La campanita que estaba sobre la puerta y
anunciaba cuando alguien entraba, tintinó. Alce la mirada y me percate de que
Adam había llegado. Le sonreí mientras que él caminaba hacia el mostrador con
otra sonrisa.
— ¡Hey! —dije a modo de saludo, mientras se inclinaba sobre la barra y besaba suavemente mis labios.
— ¿Cómo estás? —preguntó mientras se separaba ligeramente de mi.
—Ahora estoy mucho mejor, ¿tu? ¿Has venido a salvarme? —Emma no había podido venir, así que me había tocado estar sola en la tienda, el día en el que hacíamos el inventario.
—Algo así. Además de que no quería que te regresaras sola a tu casa, aparte, ¿Qué te parece si vamos juntos a hacer las compras navideñas?
— ¿Las compras navideñas? —Adam se sentó frente a mí en un banquito.
—Si, Sam, faltan dos semanas para la nochebuena, ¿no piensas comprarles algún detalle a tus amigos? —abrí la boca en una gran “o” ¿en serio ya estábamos a diciembre?
—Ni siquiera había pensado en eso. —confesé.
—Bueno, eso se arregla, podemos ir a caminar por las tiendas y si ves algo que te guste, pues lo compras y listo, navidad resuelta.
—Bien, solo espera que termine esto —señale la libreta que estaba sobre el mostrador —y podremos irnos ¿de acuerdo?
Salimos de la tienda, tomados de la mano. Ya estaba haciendo demasiado frio y se tenia prevista una tormenta de nieve, por mi parte eso no me preocupa, porque amaba la nieve. Mientras caminábamos, Adam me iba platicando de su día y yo un poco del mio, el cual estuvo aburrido. Últimamente, la tienda no había tenido mucho movimiento y eso le estaba preocupando a Paula y Martin, tenían miedo de que un día, ya nadie fuera y tuvieras que cerrarla. No me gustaría que eso pasara, ya que me daría pena por ellos, era como su vida y si la cerraban, se deprimirían, lo sabia perfectamente. No me preocupaba por mí, ya que estaba joven y podía buscar trabajo en cualquier otro lado, pero no sabia si ellos contaban con alguna otra entrada de dinero que no fuera la tienda. No me gustaría que quedasen desamparados.
— ¡Hey! —dije a modo de saludo, mientras se inclinaba sobre la barra y besaba suavemente mis labios.
— ¿Cómo estás? —preguntó mientras se separaba ligeramente de mi.
—Ahora estoy mucho mejor, ¿tu? ¿Has venido a salvarme? —Emma no había podido venir, así que me había tocado estar sola en la tienda, el día en el que hacíamos el inventario.
—Algo así. Además de que no quería que te regresaras sola a tu casa, aparte, ¿Qué te parece si vamos juntos a hacer las compras navideñas?
— ¿Las compras navideñas? —Adam se sentó frente a mí en un banquito.
—Si, Sam, faltan dos semanas para la nochebuena, ¿no piensas comprarles algún detalle a tus amigos? —abrí la boca en una gran “o” ¿en serio ya estábamos a diciembre?
—Ni siquiera había pensado en eso. —confesé.
—Bueno, eso se arregla, podemos ir a caminar por las tiendas y si ves algo que te guste, pues lo compras y listo, navidad resuelta.
—Bien, solo espera que termine esto —señale la libreta que estaba sobre el mostrador —y podremos irnos ¿de acuerdo?
Salimos de la tienda, tomados de la mano. Ya estaba haciendo demasiado frio y se tenia prevista una tormenta de nieve, por mi parte eso no me preocupa, porque amaba la nieve. Mientras caminábamos, Adam me iba platicando de su día y yo un poco del mio, el cual estuvo aburrido. Últimamente, la tienda no había tenido mucho movimiento y eso le estaba preocupando a Paula y Martin, tenían miedo de que un día, ya nadie fuera y tuvieras que cerrarla. No me gustaría que eso pasara, ya que me daría pena por ellos, era como su vida y si la cerraban, se deprimirían, lo sabia perfectamente. No me preocupaba por mí, ya que estaba joven y podía buscar trabajo en cualquier otro lado, pero no sabia si ellos contaban con alguna otra entrada de dinero que no fuera la tienda. No me gustaría que quedasen desamparados.
En épocas de frio, tendía a obscurecer mas rápido,
las luces navideñas que colocaban en la calle se empezaban a encender,
iluminando de colores las banquetas.
Y siendo honesta, si no hubiera sido por Adam, me hubiera quedado sin regalos para dar, ya que se me había olvidado por completo que ya estábamos en diciembre.
Las calles estaban llenas de gente haciendo compras y disfrutando del ambiente navideño que se respiraba.
Me acomode la bufanda, tapando un poco mi nariz y mejillas.
—Bien, ya estamos aquí… ¿tienes pensado que comprar? —pregunto Adam, mientras me giraba para que quedara frente a él, y me abrazara. La punta de su nariz estaba ligeramente roja, se me hacia adorable.
Y siendo honesta, si no hubiera sido por Adam, me hubiera quedado sin regalos para dar, ya que se me había olvidado por completo que ya estábamos en diciembre.
Las calles estaban llenas de gente haciendo compras y disfrutando del ambiente navideño que se respiraba.
Me acomode la bufanda, tapando un poco mi nariz y mejillas.
—Bien, ya estamos aquí… ¿tienes pensado que comprar? —pregunto Adam, mientras me giraba para que quedara frente a él, y me abrazara. La punta de su nariz estaba ligeramente roja, se me hacia adorable.
A veces parecía como un niño pequeño, era
realmente tierno conmigo, pero sin ser empalagoso. A sus 23 años era demasiado
maduro, muy, muy inteligente, sabía lo que quería con su vida y no dejaba que
el ser modelo elevara su ego. Muchos pensarían que el ser modelo profesional es
una carrera fácil, pero Adam me explico el como llego a serlo. No era algo que
tenia planeado, ni siquiera le había pasado por la cabeza serlo. Adam quería ser
abogado, pero su familia paso por una racha económica muy mala, y Adam tuvo que
dejar la universidad 2 años después. Comenzó a trabajar en un juzgado, cuando
uno de los clientes de ahí, lo miro y le pregunto si era modelo, a lo que el respondió
que no, el señor este, le pregunto que qué hacia trabajando aquí, Adam le
explico un poco lo que pasaba y después de cruzar varias palabras con este
señor, le dijo que él era dueño de una agencia de modelaje muy importante, diciéndole
que veía potencial, y que le podía conseguir un trabajo formal ahí, y que ganaría
muy bien. Después el señor se fue y lo dejo pensando, tuvo dos días pensándolo,
mientras miraba y jugaba con la tarjeta de presentación que le había ofrecido. Finalmente
se decidió a ir, renuncio a su trabajo en el juzgado y acepto el trabajo de
modelo. Lo resto es historia, su familia se recupero en su economía, y Adam encontró
otra pasión.
Estábamos a una semana de la nochebuena y la
verdad es que no tenia planes alguno, así que estaba planeando en como le haría
para darles sus regalos a los chicos y a las chicas, cuando un correo llego a
mi bandeja de entrada. Lo abrí y comencé a leer.
Era de Danny.
Era de Danny.
“Sammmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm,
no se porque rayos no puedo comunicarme contigo… ¿ya contrataste teléfono en tu
casa? Porque déjame decirte que tu celular no recibe llamadas… -gire mi cabeza para buscar
mi celular, lo tome y lo revise, estaba apagado. Seguí leyendo. – y la verdad es que no sabia como podía comunicarme
contigo, ya que los chicos y yo estamos en Manchester, el punto de este correo
es que, te queremos invitar a nuestra reunión navideña que será el 24 y todo
eso, si no tienes planes para ese día nos encantaría que nos acompañaras. Puedes
llevar a Adam si quieres, no hay problema, por favor Sammy!! –reí al leer como me había
dicho, nunca me había dicho así- ¡ve, ve, ve! Queremos que estés
ahí con nosotros ese día, seria increíble tenerte ahí y bueno…. Ya sabes.
No sé que más poner, pero
bueno, ya estas apartada para nosotros ese día.
Te queremos.
Danny
Xxx”
Le di clic a “responder” y comencé a escribir
mi respuesta.
“Danny, sabes que te quiero
muchísimo ¿verdad? Si, si lo sabes, por lo mismo, te pido que no me vuelvas a
decir “Sammy” ¿de acuerdo? Suena estúpido. Y bueno, pasando a temas más importantes,
o como sea, me encantaría ir a la cena, estaba matando las pocas neuronas que
me quedan, tratando de averiguar donde seria un buen lugar para darles sus
regalos, así que estaría increíble dárselos ese día :D. Y sobre lo de mi celular,
se quedo sin batería y no me di cuenta, y no, no tengo teléfono en mi casa, lo
que pasa es que no quiero que me llames.. No, no te creas es broma, solo no he
tenido tiempo de ir a contratarlo.
Le avisare a Adam de este
plan y todo eso…. Los veo entonces el 24, diviértanse en Manchester.
Los quiero.
Sam :D
Al enviarlo, me puse de pie para tomar mi
celular y así ponerlo a cargar, digamos que no me gustaba estar incomunicada. Deje
que se encendiera mientras, y me acerque a mi computadora de nuevo, ya que mi
bandeja de entrada, me estaba avisando de otro correo.
“Sammy, yo también te quiero
muchísimo.
Nos vemos el 24.
Nos vemos el 24.
Danny :).
XXX”
XXX”
Y para ser
una experta en los correos electrónicos, no supe que responderle, me había
quedado en estado de shock, mientras leía y releía ese mensaje. Mi celular
sonando me saco de mis pensamientos. Corrí y lo tome de sobre mi cama.
— ¿Todo bien? Tengo varios minutos tratando de comunicarme contigo. —era Adam.
—Si, solo no me había dado cuenta que me había quedado sin batería, pero ya lo puse a cargar… ¿ya estas en tu casa?
—No, apenas voy saliendo. La sesión de hoy estuvo realmente pesada, me preguntaba si querías que fuera a estar contigo hoy…
—Oh… si, pero dormirás en el sofá. —respondí nerviosa.
—No me importa, solo quiero estar contigo. Llego en media hora, ¿quieres que lleve algo de cenar?
—Si, trae lo que quieras, muero de hambre.
—Perfecto, te veo en un rato. Te quiero.
—Yo también. Bye. —colgué.
— ¿Todo bien? Tengo varios minutos tratando de comunicarme contigo. —era Adam.
—Si, solo no me había dado cuenta que me había quedado sin batería, pero ya lo puse a cargar… ¿ya estas en tu casa?
—No, apenas voy saliendo. La sesión de hoy estuvo realmente pesada, me preguntaba si querías que fuera a estar contigo hoy…
—Oh… si, pero dormirás en el sofá. —respondí nerviosa.
—No me importa, solo quiero estar contigo. Llego en media hora, ¿quieres que lleve algo de cenar?
—Si, trae lo que quieras, muero de hambre.
—Perfecto, te veo en un rato. Te quiero.
—Yo también. Bye. —colgué.
Adam trajo comida mexicana, una de mis
favoritas. Cuando terminamos de cenar, me ayudo a recoger las cosas y después nos
recostamos a los ancho del sofá y nos pusimos a platicar de nuestro día.
—Danny me escribió. —dije después de un rato. Tenia mi cabeza sobre su pecho, mientras el acariciaba mis brazos. Pude ver que se tenso un poco, no entendía el por qué, siendo que ya sabia que Danny y yo éramos muy buenos amigos.
— ¿Te escribió? —pregunto después de un rato. Yo jugaba con los vellos de su brazo. Asentí.
—Quiso llamarme, pero no podía comunicarse conmigo, así como tú.
—Oh… ¿y que te dijo?
—Me invito a la cena de nochebuena… me dijo que tu también podías ir. —levante ligeramente mi cabeza para poder mirarlo. El peino mi cabello. — ¿quieres acompañarme?
—Me encantaría. —se estiro y beso mis labios. Y así dimos por concluida nuestra plática.
—Danny me escribió. —dije después de un rato. Tenia mi cabeza sobre su pecho, mientras el acariciaba mis brazos. Pude ver que se tenso un poco, no entendía el por qué, siendo que ya sabia que Danny y yo éramos muy buenos amigos.
— ¿Te escribió? —pregunto después de un rato. Yo jugaba con los vellos de su brazo. Asentí.
—Quiso llamarme, pero no podía comunicarse conmigo, así como tú.
—Oh… ¿y que te dijo?
—Me invito a la cena de nochebuena… me dijo que tu también podías ir. —levante ligeramente mi cabeza para poder mirarlo. El peino mi cabello. — ¿quieres acompañarme?
—Me encantaría. —se estiro y beso mis labios. Y así dimos por concluida nuestra plática.
{***}
Prácticamente había vaciado mi armario. No sabía
que ponerme y la cena ya era en unas cuantas horas. Estaba nevando. Según Danny,
solo iríamos nosotros, y los papás de cada uno, era algo muy familiar, pero
igual no tenia que ponerme. Me estaba volviendo loca, cuando de repente recordé
que había ido de compras unos días antes y había comprado algo para el día.
«No entiendo porque estas tan nerviosa, Sammy. No es como que vayas a ver a Danny o algo…» Y esa era mi voz interior burlándose de mí.
Decidí ignorarla, y darme una ducha.
«No entiendo porque estas tan nerviosa, Sammy. No es como que vayas a ver a Danny o algo…» Y esa era mi voz interior burlándose de mí.
Decidí ignorarla, y darme una ducha.
Eran las ocho y Adam pasaría por mí a las
nueve. Extendí mi vestido, mis medias y saque mi abrigo del armario. Me puse
crema en todo el cuerpo, después me coloque mi ropa interior, siguiendo de unas
medias hasta la cintura, después, con cuidad me puse mi vestido, me llegaba
ligeramente arriba de las rodillas, y tenia un ligero detalle que marcaba la cintura,
era de un color salmón, y las mangas eran a tres cuartos. Camine hacia mi
espejo, maquillándome ligeramente, me puse color en las mejillas, me hice una línea
negra sobre los parpados, un poco de mascara de pestañas, y me pinte los labios
del color que se parecía ligeramente al de mi vestido. Me seque y cepille bien
el cabello, para trenzármelo en una trenza de cola de sirena, haciéndomela hacia
el lado, y dejando varios mechones pequeños de cabello fuera. Por ultimo me
puse un poco de perfume, una pulse plateada, mis botines, y de mi alhajero,
saque el collar que Danny me había regalado
un mi cumpleaños, lo acaricie con cariño, para después dejar que el dije se escondiera
en mi escote, y suspire.
En cuanto termine, el timbre sonó, Adam ya había
llegado por mí. Me puse mi abrigo y una bufanda de tweed alrededor de mi cuello,
tome mi bolso y mis guantes, la bolsa de regalos y salí hacia la puerta. Me sentía
nerviosa. No podía negarlo y no sabia el por qué.
----------------------------------------------
ok, si, merezco sus insultos, porque me tarde casi 2 semanas -si no es que más- en subir, pero bueno, ya saben el por qué y no tiene caso que lo repita. Espero les haya gustado el capítulo, espero sus comentarios aqui abajito.
Las quiero.
Y espero mañana lunes sea un buen inicio de su semana.
xx
Yanan.
15+ likes & comentarios.
si se me ha olvidado avisarle a alguien, dejenme su user de twitter o url de tumblr. :)