lunes, 21 de enero de 2013

Capítulo sesenta y cinco.

Realmente, sin inspiración para dejarles una
entrada decente.
Espero les guste el capitulo, a mi me agrado como quedo,
espero a ustedes igual.
¡Bienvenidas nuevas lectoras! Si quieren que les avise
cuando suba, déjenme su user de twitter
o su tumblr :)

No olviden dejarme sus comentarios, ya que son los que me dan ese empujoncito
que a veces necesito para seguir con el fic.

Las quiero.
Yanan.



El reloj marcaba las siete de la mañana, solo había dormido como una hora, máximo. Me encontraba dando vueltas por la habitación, tratando de pensar todo… Adam había estado a punto de decirme que me amaba, pero la cuenta regresiva del nuevo año, lo interrumpió. ¿Qué debía hacer? Yo no lo amaba… yo lo quería, le tenía demasiado cariño, ¿pero amarlo? No.
Me sentía asustada. ¿Qué pasaba si después de esto quería decírmelo de nuevo? Yo no sabría que responderle, y no quería ser grosera con él ni romperle el corazón, pero tampoco podía mentirle.

Me aventé a la cama, de espaldas y con las manos en la cara. Necesitaba hablarlo con alguien, ¿pero con quién? En Barcelona, donde estaba Melanie, era casi medio día, y por experiencia sabía que no respondía el teléfono después del año nuevo, ya que dedicaba ese día exclusivamente a su mamá, así que ella quedaba descartada. Danny, él también estaba descartado, Emma y Karen odiaban ser despertadas a esta hora de la mañana, además, si teníamos en cuenta que habíamos llegado al hotel a eso de las seis de la madrugada, estaba claro que no las iba despertar, Harry y Dougie… no, también descartados, no es como que no les tuviera la confianza, si se las tenía, pero no sabía cómo hablar de estos temas con ellos, así que el ultimo de mi lista era Tom… necesitaba hablarlo con alguien, así que, él era el indicado.
Estire mi brazo hacia la mesita de noche y tome mi celular, lo desbloquee y me dirigí hacia mis números favoritos, di clic sobre el nombre de Tom y espere a que respondiera.

 El teléfono seguía sonando, me entro el remordimiento de despertarlo, cuando estuve a punto de cortar la llamada, respondió.
— ¿Sam? —hablo con la voz ronca en un susurro.
Err… sí.
¿Todo bien? —escuche del otro lado de la línea, como algo había caído. Supuse que estaba intentando encender la lámpara que estaba sobre la mesa.
Realmente, no sé. ¿Crees que podamos hablar? Prometo no quitarte mucho tiempo… —conforme decía eso, me avergonzaba a mí misma por haberlo despertado por algo que, para otras personas, podría esperar, pero no para mí, necesitaba saber qué hacer. Había un silencio del otro lado. Apretaba el puente de mi nariz, en señal de frustración. — Oye, sabes que… creo que puedo esperar hasta que estemos completamente descan-
No, está bien, Sam. Solo dame unos minutos y te busco en tu habitación. —suspire aliviada.
Gracias, Tom.
Síii…—dijo desvaneciendo la “i”, y terminando la llamada.

Me puse de pie, estaba completamente nerviosa, así que seguí dando vueltas por la habitación. Sabía que era una dramática, pero es que esto no estaba planeado, ¿Cómo podía amarme? Era demasiado rápido.
Unos ligeros toquecitos en la puerta, me distrajeron. Suspire y camine hacia allá.
La abrí y ahí estaba Tom, en pijama y con un beanie en su cabeza, supongo que cubriendo su despeinado cabello.

Lo invite a pasar, camino hacia la cama y se dejó caer. Yo me quede de pie frente a él, no sabiendo por dónde empezar a hablar.
—Bien, soy todo oídos.
—Bueno, es que… —empecé a platicarle todo, desde lo que me dijo Adam y que apenas y logre escuchar por todo el alboroto que había a nuestro alrededor, hasta lo que soñé –o no- y que hizo que me despertara. — Antes de que empezara la cuenta regresiva, él estaba diciendo algo, decía que no podía más y de que era el momento adecuado… Empezaba con la palabra “te”, entonces, yo dormida, es como si hubiera captado que me iba a decir “te amo”, mi deducción es que me ha dicho muchas veces “te quiero”, entonces ¿Por qué esta vez seria especial? Estoy 100% segura de que me iba a decir que me amaba… ¿Qué si me amaba?
—A ver, déjame ver si te entendí. Hablas demasiado y muy rápido, toma aire ¿sí?—hablo Tom, el cual se encontraba totalmente despierto, sentado frente a mí en la cama. Asentí y lo mire expectativa. —Dices que Adam iba a decirte que te amaba… —volví a asentir. — ¿Estas segura? —Volví a asentir— De acuerdo, con lo que me dices, también pienso que te iba a decir eso, pero, ¿qué tiene de malo? —Lo mire con cara de obviedad — Oh, ¿tú no lo amas?
—No… lo quiero, mas no lo amo… es muy rápido para decir la palabra que inicia con A.
—Bueno, eso de rápido o no, depende de la persona, pero ok, no lo amas… ¿tienes miedo de que te lo vuelva a decir?
—Sí, no quiero lastimar a Adam, pero en serio que no estoy preparada para escuchar eso y no sé qué hacer si me lo llega a decir de nuevo, no es que quiera romperle su corazón.
—Lo mejor de los casos y yo, como tu amigo, te diría que fueras sincera con él en ese momento. Sería lo mejor. Además, puede que algún día lo llegues a amar, ¿no crees? —me encogí de hombros y lo mire fijamente. —Sam… —después de unos segundos, hablo— creo que debes pensar muy bien si esta relación es buena, para ti y para él, puede que Adam este 100% metido en ella, ¿pero tú? ¿Tu estas igual de metida en la relación como él?
—No quiero lastimarlo. —dije al fin.
—Lo sé, por eso debes pensar y meditar bien la situación. Piensa en lo que es lo mejor para ambos y por milésima vez, piensa en ti. —asentí triste— ¿si eres feliz siendo su novia?
Suspire.
—Danny me pregunto lo mismo hace unos días. —reí fingidamente.
— ¿Danny? —pregunto extrañado.
—Sí, y le dije que sí, pero, no sé, supongo que sí lo soy… ¿Por qué no debería estarlo? Quiero decir, Adam me quiere muchísimo.
—De acuerdo, pero puede que tu corazón, —señalo mi pecho— y tu cabeza —coloco una de sus manos en mi mejilla— están en otro lado, algo así como, ¿el piso de arriba?
—Tom…
—Piensa bien las cosas. —miro el reloj de la mesita de noche. Marcaban las nueve de la mañana. —Es mejor que vaya a dormir algo. —asentí. 
Ambos nos pusimos de pie y caminamos hacia la puerta, estando ahí, el me abrazo fuertemente mientras me decía palabras de aliento al oído. 
—Te quiero. —dije separándome del abrazo. El apretó mi nariz, y beso mi mejilla.
—Yo también. Piensa bien las cosas. Y trata de no pensar de más, porque eso también te hace mal.
Perdona por haberte despertado.
—No importa, ¿para qué estamos los hermanos? —me guiño el ojo y yo lo abrace de nuevo.
—Gracias.

 Dicho eso, nos separamos y el salió de mi habitación para dirigirse a la suya.
Ya más tranquila, cerré las cortinas para que no entrara la luz del sol y me metí de nuevo a la cama, quedándome dormida al instante.

{***}

Era 3 de Enero, nos encontrábamos en el aeropuerto esperando que anunciaran el vuelo de los chicos y las chicas. Adam y yo no regresaríamos a Londres hasta el 7 de Enero, ya que la sede de la agencia de modelaje en la que trabajaba, se había enterado que estaba de vacaciones en la ciudad y le habían pedido que se reuniera con ellos el 4, así que él me había pedido que lo acompañara unos días. No pude negarme. Y no podía negar, que tenía miedo de que ahora que nos quedáramos solos, me tratara de decir de nuevo la palabra con “a”.

Anunciaron el vuelo de los chicos, todos nos pusimos de pie y nos empezamos a despedir. En realidad no entendía por qué todo esto de la despedida, siendo que en unos días nos veríamos de nuevo. No quería que se fueran, no quería quedarme sola con Adam. Sola la idea de lo que pudiera suceder, me aterraba.
El único que sabía todo esto, era Tom, así que al momento de despedirme de él, me hablo al oído.
— ¿Ya pensaste las cosas?
—No realmente.
— ¿Qué planeas hacer entonces?
—Supongo que en estos días lo descubriré. Creo que me ayudara un poco estar más tiempo con él, no sé.
—Si, tal vez tengas razón, sabes que cualquier cosa, puedes hablarme y acordar una sesión por Skype. ¿Crees que sería bueno que pusiera un consultorio para ayudar psicológicamente a otras personas? —golpee su brazo, ya que se estaba burlando de mí.
—Nos vemos en unos días. —le di un abrazo y un beso y se alejó.

Danny se acercó hacia mí, después de haberse despedido de Adam. Me miro en silencio por unos segundos y me abrazo. Fuertemente. De esos abrazos que hacen que tus piernas se aflojen y solo quieras fundirte con la otra persona. Lo abrace igual. Se separó de mí y me miró fijamente en los ojos. Sentía que podía ver mi alma y yo la suya, su mirada era sincera, triste y tierna al mismo tiempo. Danny no quería que me quedara con Adam. Lo sabía y lo había sentido en su abrazo.
—Cuídate, —me abrazo de nuevo— Sam. Te espero en Londres. —me dejo de abrazar y me miro de nuevo.
— ¡Pórtate mal! —gritaron Harry y Dougie, mientras hacían señas y movimientos obscenos, para después simular que se daban un beso en los labios. Danny solo les dio un golpe en la cabeza y los jalo para que siguieran caminando. Después, Danny comenzó a caminar solo, sin los demás, Vanessa se despidió rápidamente de mí y prácticamente tuvo que correr hacia él y tomar su mano, ya que la había dejado atrás.

Oh, Danny… ¿Por qué si tanto te molesta no haces nada al respecto? Me pregunte en silencio, mientras veía como todos iban desvaneciéndose en la distancia.

Adam y yo nos regresamos al hotel, y fuimos a nuestras habitaciones. En el trayecto no habíamos hablado casi nada y me ponía nerviosa que Adam sospechara algo o me preguntara si me sucedía algo, así que le había dicho que tenía ganas de darme una ducha y que nos veríamos para cenar.

Cuando la noche llego, salimos a cenar a un restaurante muy mono. La velada había pasado tranquila, había logrado comportarme como si no hubiera sucedido nada, o como si no estuviera por suceder algo, así que haba disfrutado la noche.
La mañana siguiente habíamos dando un tour por la ciudad y habíamos ido a lugares a los cuales no habíamos ido con los chicos.

Al otro día, que era la cita de Adam con la agencia, salimos juntos y mientras entraba a su cita, yo me había puesto a caminar por los alrededores. Para cuando Adam salió, yo ya estaba sentada en una banca fuera del edificio, con dos cafés, y dos panecillos, uno para él y uno para mí. Beso mis labios y se sentó a mi lado. Le entregue su café y su panecillo.
— ¿Y bien? ¿Cómo te fue? ¿Qué querían?
—Bien, pensé que me iban a despedir o algo por el estilo. —sonrió mientras le daba un mordisco a su pan.
— ¿Qué te dijeron entonces?
—Quieren que me vaya a su agencia en Italia, no saben si a la de Milán o a la de Roma, pero que definitivamente necesitan a alguien como yo allá, que han recibido critican increíbles de mí y que les encantaría tenerme allá.
—Wow, eso está padrísimo, Adam. Era lo que más querías, ¿no? —Asintió tímido— ¿y que les dijiste? ¿Aceptaste? —negó con la cabeza, lo que hizo que abriera mi boca en una gran “o”.
—Les dije que me dieran tiempo de pensar bien las cosas, y les pareció bien, yo les avisare que es lo que he decidido.
—Pensé que ya lo tenías decidido, era uno de tus sueños, era algo que querías desde hace mucho, ¿qué fue lo que cambio?, ¿por qué no quieres ir?, ¿por qué debes pensarlo?
El seguía en silencio, así que lentamente, elevo sus ojos y me miro. Y de pronto entendí por qué no había aceptado. No lo había aceptado por mí. Lo mire.
—Piensa bien lo que debes hacer, Adam. No me digas nada, solo piénsalo bien antes de que tomes una decisión. —suspiro y me sonrió tristemente.
Nos quedamos en silencio, mientras seguíamos mordiendo nuestros panecillos, ya fríos, al igual que nuestro café.


{***}


Llegamos a Londres a las ocho de la noche del 6 de Enero. El taxi se detuvo fuera de mi departamento, y con ayuda de Adam, baje mis maletas. No deje que entrara, ya que el último día que habíamos pasado en New York, él se había enfermado al comer algo, no quería que se agitara, así que lo mande, casi obligado, a su casa. Fuera de mi edificio, nos despedimos con un  beso rápido.
—Cualquier cosa me llamas, Adam. Lo que necesites, a la hora que sea, no importa, tu llame.
—De acuerdo, igual tú.
—Te quiero. —lo abrace rápidamente y me separe de él.
—Si… —suspiro— yo también. —me miro rápidamente, como si quisiera decirme algo con su mirada, pero al parecer yo estaba demasiado ciega y no lograba verlo.
Se subió al taxi, me dijo adiós con la mano y arranco.

Aventé
las llaves en el cenicero de la entrada, mientras cerraba con el pie la puerta. Deje las maletas en el pasillo y camine hacia el teléfono, ya que el foquito rojo que avisaba nuevos mensajes, estaba brillando, presione el botón y me senté en el sofá, mientras masajeaba mis pies y escuchaba los mensajes que había recibido en mi ausencia.

Mensaje número 1, recibido el día 2 de Enero, a las quince con cincuenta y cinco minutos.
Samantha, me acabo de enterar que se fueron a New York y no me invitaron. No sé si sentirme con ustedes o dejar de ser su amiga, o simplemente olvidarlo… —Era Melanie, su voz me había hecho sonreír— Solo quiero decirte que te quiero mucho y que me haces mucha falta, en serio, amiga, necesito verte y no, no hablo de verte por Skype, necesito tenerte aquí conmigo… ¿crees que eso pueda suceder algún día? En serio no sé cuándo pueda regresar a Londres, o siquiera si vaya a regresar, así que necesito verte… Bueno, eso es todo, espero este año sea bueno y bla, bla, te quiero muchísimo, Sam. No te olvides de tu querida amiga, Mel.


Era el único mensaje que había recibido en mi ausencia. Y si, Melanie tenía razón y se me había ocurrido hacer algo al respecto.
Les mande un mensaje de texto a  los demás, avisándoles que ya había llegado y que los vería después.

Lo que resto de la noche, me la pase deshaciendo maletas, duchándome, cenando y dibujando, cosa que no había hecho en mucho tiempo. A la una de la mañana, me recosté en mi cama y trate de dormir.
Ya mañana sería otro día.
Y necesitaba comprar un boleto de avión para Barcelona.


 -------------------------
15+ likes &... ¿comentarios?

lunes, 7 de enero de 2013

Capítulo sesenta y cuatro.

¡Hola! Espero el inicio de año les haya sonreído. 
Hoy no tengo mucho que decir, solo que espero les guste el capitulo,
Se que hay momentos en los que se torna un poco aburrido y quieren mas acción entre
Danny y Sam, pero entiendan que deben pasar cosas para que esos dos estén juntos,
y no puedo dejarlo así de fácil...
Habrá cambios en el fic, si, y por lo mismo debo volver a poner
en orden TODAS mis ideas y así, todos los que leemos este fic, podremos estar contentas.
Sepan que leo cada uno de sus comentarios, y trato de tomar en cuenta todo lo que me dicen, así que, no crean que me hago de "oídos sordos", así que espero que me sigan llenando mis comentarios con sugerencias, consejos, etc... lo aprecio demasiado.

Y sobre todo, GRACIAS, por seguir leyendo a pesar de que hay partes que puede que no les guste y/o les agrade.
Antes de que lean el capitulo, nada mas las quiero invitar a leer el fic de Zoé, {+} una de mis amigas, es de Dougie, y esta HERMOSO, es mi favorito, así que vayan y lean y sean buenitas así como son conmigo.

DISFRUTEN EL CAPITULO y recuerden dejar sus comentarios.
Besos.
Yanan.

Pd. creo que a partir de la siguiente entrada, los capítulos empezaran a ser mas largos (o eso espero)
pd2: si cambian de username en twitter, ¡HAGANMELO SABER!


Nos habíamos ido al bar del hotel para hablar, según el más cómodamente. No tenía nada que hablar con él, siendo sinceras, al menos no en cuanto a felicidad se refiere.
Estábamos sentados en la barra, en unos taburetes altos, de madera y forro rojo. Le daban un toque antiguo al bar.
No podía mirar a Danny, seguía pensado mi respuesta y trataba de sonar lo más convencida posible en ella.
— ¿Entonces? ¿Eres feliz? —repitió.
— Danny, ¿a qué viene esta pregunta? —dije al fin, mirándolo a los ojos. A sus grandes y azules ojos.
—Solo contesta.
—Sí, soy feliz… ¿Por qué no debería de estarlo? —al pronunciar esas palabras, sentí como un nudo en la garganta se me iba formando. Tome el vaso con agua que estaba frente a mí y me lo bebí de un trago esperando que me quitara el nudo de mi garganta.
¿De dónde había sacado las fuerzas de decirle justo en su cara que si estaba feliz con Adam? Una cosa era hablar de mi vida en general y decirle que estaba feliz con ella, a que el me preguntara sobre mi relación con Adam y sobre si estaba feliz con él. Si estaba feliz con él, pero es que Danny siempre estaba en mi mente. Lo mire de reojo, estaba jugando con su vaso.
—Me alegro por eso. —dijo por fin, mirándome. La sombra de una sonrisa se hizo ligeramente visible en sus labios. Pero su mirada me decía eso.
—Creo que deberíamos ir a alistarnos.
Nos pusimos de pie. Me gire para quedar frente a Danny.
— ¿En serio te alegras? —pregunte en un susurro.
—Sam… —se acercó a mí. Estiro su mano y coloco un mechón de cabello que se había escapado de mi coleta, detrás de mí oreja. Sin pensarlo dos veces, presiono suavemente sus labios en mi frente, para después abrazarme. —Claro que me alegra. Todo lo que quiero y pido es que tú seas feliz, ¿Cuántas veces te lo voy a tener que repetir? Te mereces ser feliz. —me apreté más a él, rodeándolo con mis brazos, mientras mi cabeza descansaba en su pecho. Lograba escuchar los latidos de su corazón. Suspire y me aleje, mirándolo fijamente.
—Yo también quiero que seas feliz, Danny.
—Lo soy. Si tú lo eres, yo también lo soy, es así como funciona esto ¿no? —le sonreí de nuevo y lo abrace fuerte y rápidamente.

Salimos del bar y nos dirigimos al elevador para subir a nuestras respectivas habitaciones. Íbamos hablando como en los viejos tiempos, y Danny ya estaba menos serio, a diferencia de la actitud que tenía desde que habíamos salido de Londres y habíamos llegado aquí. Me alegraba eso, no quería que no disfrutara esta viaje, me preocupaba que tuviera una mala presentación o algo por estilo, así que ver que poco a poco que iba relajando era un gran paso.

Las puertas del ascensor se abrieron en mi piso, dio un paso hacia adelante y me gire para sonreírle a Danny, el me sonrió de vuelta antes de que las puertas se cerraran, al hacerlo, camine directo hacia mi habitación, cuando vi que Adam iba saliendo de la suya.
—Hola. —dijo acercándose coquetamente hacia mí. —Estaba por irte a buscar ya que no respondías el teléfono de tu habitación.
—Sí, baje a buscar mi bolso, lo había olvidado en el sofá.
— ¿Lo estuviste buscando por una hora? —pregunto confundido. ¿Una hora? ¿Había pasado una hora con Danny allá abajo? Tome la muñeca de Adam, levante su camisa y mire el reloj, faltaban treinta minutos para las seis y yo seguía sin arreglarme.
—Sí, lo que pasa es que al encontrarla, me encontré a Danny y me quede platicando con él un rato.
—Oh…—fue todo lo que dijo.
—No me he arreglado… ¿crees que alcance a darme un baño? —dije mientras caminaba hacia mi habitación. Adam iba siguiéndome.
—Uno rápido, sí. Uno de burbujas y sales importadas, no.

En cuanto puse un pie en mi habitación, me iba deshaciendo de mis zapatos y mi coleta. Camine hacia mi maleta, me incline para acostarla en el piso y así poder sacar unos pantalones ajustados negros, unos botines –también negros- que tenían unas tachuelas doradas adornando la parte de atrás, un blazer –negro también- y una camisa de lentejuelas dorada, saque una bolsa pequeña roja, que sería la que usaría en esta noche y una bufanda del mismo color de rojo. Adam se había acostado sobre mi cama, así que rápidamente, dándome cuenta de que estaba distraído, saque mi ropa interior, una bolsa donde tenía mis artículos personales y me enfile al baño.
—No tardo. —grite mientras cerraba la puerta.
Quince minutos después, me encontraba vistiéndome en el húmedo cuarto de baño. El botón de mi pantalón no cerraba, así que estaba dando brinquitos por todo el baño tratando de cerrarlo.
—Maldita sea. —gruñí. Tenía el cabello en la cara, comenzaba a morir de calor gracias al vapor de la ducha y no podía salir del baño, ya que Adam estaba ahí.
— ¿Todo bien? —dijeron detrás de la puerta. Era Adam. — ¿tienes problemas?
— ¡No, claro que no, la cena de navidad no está causando efecto en mi ropa…!—grite sarcástica. Adam solo rió  Suspire dándome por vencida. ¿Qué tenía que Adam me viera en brassiere? Era como un bikini, así que decidida, quite el seguro de la puerta y me dirigí hacia la cama, tirándome boca arriba en ella, Adam me miraba extrañado. Intente por última vez cerrarme el botón del pantalón acostada, y funciono. Suspire nuevamente. 
Me puse de pie, tome la blusa que me pondría y me la coloque, después me seque el cabello, y lo deje suelto, me maquille y me puse perfume. Por ultimo me calce los botines, me puse el blazer y la bufanda y estuve lista.
—Eso fue rápido. —hablo Adam, quien seguía recargado en la pared.
—Mi tiempo record. —dije tomando mi bolsa. —Ya deben de estar esperándonos.

Bajamos tomados de la mano y efectivamente, todos ya estaban ahí esperándonos. Adam me culpo por la tardanza y yo solo golpee su hombro. Salimos del hotel, y decidimos ir caminando, en vez de tomar un taxi o algo por el estilo.
Después de haber recorrido rápidamente los alrededores, fuimos a un restaurante de comida tailandesa y ahí cenamos. La noche paso tranquila. Todos estábamos relajados y divirtiéndonos.


{***}


El 31 de Enero llego. Los chicos se habían ido temprano a hacer la prueba de sonido, comerían allá y nosotros una hora antes de que el festival empezara, nos veríamos con ellos. Así que habíamos optado por quedarnos en el hotel y Adam por su lado se la había pasado haciendo y recibiendo llamadas.
El viaje estaba siendo demasiado divertido. Ayer nos había tocado ver un desfile a favor de los derechos de las parejas del mismo sexo, después habíamos ido al museo, a caminar por el Times Square, y por último, nos dimos el lujo de ir de compras.
Emma y Karen habían ido por algo a sus habitaciones, ya que se cambiarían aquí en la mía, así que me habían dejado a solas con la ya no tan desagradable Vanessa.
Ella me empezó a platicar o más bien presumir un poco su vida. No tenía mucho que envidiarle, hasta cierto punto me daba un poco de pena que fuera tan egocéntrica, presumida y arrogante. Y entre más pensaba por qué Danny salía con ella, mas quedaba en claro que no sabía el porqué de Danny se había fijado en mí.

Vanessa era todo lo que yo no era. Rubia, de ojos hermosos, labios perfectos y rojos, piel de porcelana, era alta, pechos redondos y grandes, cabello corto y brillante, risa perfecta y una gran lista. En cambio yo, mi cabello no era del todo rubio, el de ella era casi amarillo, el mío en cambio, era más obscuro, mis labios eran lo que yo consideraba normales y rosados, mi piel tenia algunas pecas esparcidas y llegaba a sentir que la piel ligeramente bronceada que tenía en California se estaba esfumando, mi cabello era largo y con delicadas ondas, mi risa era una completa molestia, mis ojos eran verdes, era más chica que ella, yo tenía que ponerme de puntillas para besar a Adam o cuando besaba a Danny, tenía que hacerlo también…, mis pechos eran más pequeños, éramos tan diferentes… en pocas palabras, ella era como una Barbie.
¿Me escuchaste? —hablo sacándome de mi ensoñación.
—Sí. —respondí cansina, mientras seguía hojeando mi revista.

(…)

Adam se fue, al igual que Vanessa, quien dijo que quería darse un baño relajante, dejándonos solas a Emma, Karen y a mí. Entre pláticas, música y cambios repentinos de vestuario, estuvimos listas.
Emma se había puesto una falda, una blusa de una tela un tanto transparente, y debajo de esta se puso un top a juego. Para que no le diera frío, opto por una medias, unas botas y un abrigo. Karen se vistió con un vestido azul marino, medias obscuras, un abrigo que le llegaba a la rodilla y unos tacones cerrados. Por mi parte, yo opte por unos jeans, una blusa de cuello de tortuga algo holgado color gris, una chaqueta de piel negra que se amarraba con un listón de la misma tela, una bufanda de un gris más obscura que la blusa y los mismos botines negros que me había puesto hace dos noches. Guarde mi celular, mi cámara, unos cuantos billetes, algo de maquillaje y labial y mi tarjeta de crédito en una bolsa negra que había comprado para esta noche. Mi cabello lo torcí y lo anude en un recogido alto, dejando algunos mechones sueltos, haciendo que luciera casual y despeinado. Mi maquillaje fue más elaborado… bueno, no tanto, solo me delinee los parpados con un lápiz color café obscuro, me puse un poco de polvo en las mejillas, haciendo que se vieran un poco bronceadas, y mis labios los pinte de rojo, les di dos capas de mascara a mis pestañas, me coloque mis aretes, anillos y pulseras. Y me rocié un poco de perfume.
Cuando todos estuvimos listos, bajamos y tomamos un taxi que nos llevara hacia el Hard Rock Café. Al llegar, ya había una larga fila fuera, esperando a que los dejaran entrar. Nosotros teníamos pases especiales, así que al llegar a la entrada los mostramos y nos dejaron entrar, una persona en el backstage nos llevó a donde estaban los chicos preparándose. Era un total caos. Caminamos por un pasillo que estaba rodeado de estuches de instrumentos, hasta que llegamos a una pequeña habitación al final de un pasillo. En la puerta se leía “McFLY” en un papel blanco. Entramos y encontramos a los chicos sentados en un sofá charlando. Saludamos y estuvimos un rato hablando con ellos, antes de que alguien viniera a decirnos que nos fuéramos a tomar nuestro lugar.

Caminamos hacia una especie de balcones, justo enfrente del escenario. Poco a poco vimos como la pista y nuestros alrededores se iban llenando. Nos la estábamos pasando bien, Emma y Karen parecían llevarse mejor con Vanessa, mientras que Adam y yo hablábamos de todo un poco. Los meseros nos traían cosas de beber, así que estábamos pasándonos un buen rato.
Las luces se apagaron y salió el presentador del evento. Dio la bienvenida y agradeció antes que nada, a las bandas que se estaban presentando. Y así como hablo, se fue, dando inicio al concierto.
Antes de que los chicos salieran, pasaron 5 bandas, así que cuando fue su turno, nosotras empezamos a gritar como locas, y nos dimos cuenta de que ellos también habían sido muy bien recibidos, lo que les sorprendió. Su setlist estuvo compuesto de canciones como “Party Girl”, “Five Colours In Her Hair”, “Lies”, “Shine a light”, “Nowhere Left To Run”, “all about you” entre otras. Todas y cada una de ellas, fueron coreadas por el público presente. Al terminar, con Shine A Light, dieron las gracias y salieron del escenario.
Habían estado increíbles y todos los presentes hablaban de su presentación. Me sentía realmente feliz por ellos. Segundos después, Tom nos envió un mensaje diciéndonos que nos verían en la salida. Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos hacia donde estaban ellos.
Al verlos, tenían una gran sonrisa en su rostro, los cuatro estaban satisfechos por la respuesta de los presentes. Los felicitamos y después de hablar un poco sobre la presentación, decidimos que estaría increíble hacer el conteo final del año, en el Times Square.
Decidimos irnos caminando, ya que estábamos a tan solo tres cuadras. Mientras caminábamos, Tom y Danny iban hablando de un posible tour en Estados Unidos. Nosotros solo caminábamos en silencio y de vez en cuando hablábamos.

Times Square estaba lleno. No se podía caminar. Tratamos de hacernos espacio conforme caminábamos, al final, logramos llegar casi al centro del lugar, donde la pantalla se veía a la perfección.

Faltaban tan solo minutos para que nuevo año llegara, estaba con las personas que más quería y me sentía feliz. Había mucho ruido, casi era imposible escuchar nuestras propias voces, así que teníamos que gritar para hablarnos entre nosotros. Todos estábamos como en una especie de círculo.

Adam tenía su brazo sobre mis hombros, y yo con uno de mis brazos, abrazaba su espalda. Adam me apretó más a él, para después inclinarse un poco hacia mí, besando largamente mi sien. Después sentí su cálido aliento golpear mis oídos, haciendo que me estremeciera.
—Oye, Sam… hay algo que quiero decirte—logre escuchar con dificultad, a causa del gran alboroto que nos envolvía. Lo mire un tanto confundida y trate de acercarme más a él para escucharlo mejor— creo que es el momento adecuado de decirlo, además de que no puedo más… te…— y no logre escuchar el término de su frase.
En ese momento todo mundo comenzó a gritar — ¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno, FELIZ AÑO NUEVO! —comenzó a caer confeti a nuestro alrededor, empezaron a lanzar fuegos artificiales y todos nuestros acompañantes se habían comenzado a abrazar. Adam se giró hacia a mí, apretándome más a él, y me comenzó a besar, el famoso beso de año nuevo.  Nuestros amigos se dejaron venir hacia nosotros, interrumpiéndonos, entre gritos y abrazos. Tenía unos completos locos como amigos. Después de que dejaron de abrazarnos, fue mi turno de abrazar a Adam, me puse de puntillas, envolviendo su cuello con mis brazos.
—Feliz año nuevo. —susurre, aunque sabía que no me escuchaba. El coloco los suyos en mi cintura y me dedico una sonrisa. — ¿Qué me estabas diciendo? No te escuche muy bien, gracias a los gritos. —dije muy cerca de su oreja. El me sonrió cariñosamente, después se inclinó para besar mis labios, se acercó a mi oído y me susurro un “feliz año hermosa”, para después abrazarme con muchísima ternura.
Cuando la gente se fue yendo, decidimos que era hora de que regresáramos al hotel. Al llegar, todos estábamos muertos, así que cada quien se fue directo y sin escalas a su habitación.
Adam me dio mi beso de buenas noches y espero hasta que entrara a mi habitación. Al estar dentro, me despoje de mi ropa, me puse el pijama, me lave la cara y los dientes y me aventé dentro de la cama, dejando que el cansancio me venciera.

«…Te amo.»
Me desperté sobresaltada. Las palabras de Adam retumbaban en mi cabeza. Mi corazón latía a mil por hora. ¿Había entendido bien o lo había soñado? No, Adam… Adam iba a decir que me amaba, me amaba…




¡Gracias por leer!
15 likes & comentarios.
x