martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo veintidós.


Me separe de las chicas para ir a los sanitarios, necesitaba estar un momento a solas. Se suponía que me estaban esperando fuera, pero al parecer se habían aburrido y cambiaron de lugar.
Comencé a caminar por la feria buscándolas, pero no las veía por ninguna parte, también las llamaba y ninguna me respondía. Era como si la tierra se las hubiera tragado.

Ya cansada de tanto caminar, me detuve y me puse a ver los juegos. Si lo sé, ¿Quién hace eso cuando esta pérdida? Yo.
Estaba viendo uno, que era como un carrusel, pero las sillas eran voladoras. Solo al verlo me dio nauseas, comencé a hacerme para atrás para reanudar mi búsqueda, cuando choque contra el pecho de alguien.
—Lo siento. —dije rápidamente.
—Creo que nuestro destino es chocar entre nosotros. —dijo con una sonrisa.
—No creo. —comencé a caminar. El me imito y camino a mi lado, como si yo lo hubiera invitado a hacerlo. Danny traía sus manos ocultas en los bolsillos de sus pantalones, y no dejaba de ver la montaña rusa que estaba frente a nosotros, al fondo. Se veía adorable, ya que las luces de los juegos hacían que sus ojos brillaran más. El me encontró mirándolo y sonrió de nuevo. Yo gire mi vista hacia otro lado rápidamente.
— ¿Qué hacías sola? ¿Y las chicas?
—No lo sé, fui al baño y cuando salí ya no estaban.
— ¿También las aburriste a ellas? —hizo un gesto de desaprobación. Yo lo mire ofendida y golpe su hombro. —Auch, era broma, Sam. —me encogí de hombros, mientras seguía caminando, yo tenía los brazos cruzados, ya que el aire comenzaba a sentirse mas frio.
Danny y yo caminábamos juntos, pero ya ninguno de los dos decía algo. No era incomodo, pero me sentía muy nerviosa teniéndolo al lado de mi.
— ¿Y los chicos? ¿Porque no estás con ellos? —pregunte intentando romper el silencio.
—No lo sé. —se encogió de hombros. —Íbamos juntos, pero entonces te vi y decidí venir a hacerte compañía. —lo mire y no pude sonreír ante lo que dijo.

A medida que pasaban los minutos, comenzábamos a platicar más fluidamente y a reír, no quería sacar el tema de la canción, ni porque me había mirado así, aunque moría de ganas por hacerlo. Pero tal vez solo había sido imaginación mía, aunque las chicas también lo hubieran visto. No quería hacerme ilusiones.

Tenía mucho tiempo que no iba a una feria, casi 11 años. No pude evitar suspirar tristemente y que los ojos se me humedecieran, los limpie rápido.
— ¿Te pasa algo? ¿Estás bien? —pregunto Danny preocupado.
—Sí, solo que… no sé. Tenía mucho tiempo que no iba a una feria, me trae gratos recuerdos. —el me acerco hacia él y paso su brazo detrás de mí cuello. Yo me tense un poco.
—No te pongas triste, las ferias son para pasarlo bien. —dijo. Yo lo mire y le sonreí, mientras me separaba de él.
—Gracias.

Seguimos caminando, y la gente se iba juntando más y más, casi era imposible caminar. Danny había ido a comprar algo a un puestito de caramelos, yo mientras me puse a ver como unos niños jugaban tiro al blanco, pero al salirme de ahí, sin querer choque con una chica, o más bien, ella choco conmigo, intentando pasar.
—Perdón. —dije rápidamente. La chica, regreso y se puso frente a mí, haciendo que me detuviera de golpe.
—Fíjate por donde caminas, flaquita. —dijo desafiante.
—Ya dije que lo sentía, en todo caso la que debería fijarse por dónde camina eres tú, ya que yo me hice a un lado para que pasaras.
— ¿Me estás diciendo gorda? —se acerco mas a mí, yo me tense y trague saliva. ¿Le había dicho gorda?
—No, no lo dije.
—Pero lo pensaste, ustedes las flacas y bonitas creen que pueden hacer menos a todos los que quieran, pero conmigo no funciona.
— ¿Perdón? ¿En qué momento te falte al respeto? —pregunte ya molesta. —Tú eres la que está diciendo todo esto, tú misma te dijiste gorda, yo no.
— ¿Ves? Me lo dijiste de nuevo.
— ¿Qué? —reí irónica—Como digas, no pienso perder mi tiempo haciéndote ver algo que no hice. —la mire con cara de pena y me gire para buscar a Danny, pero ella me tomo del brazo girándome bruscamente.
— ¡Hey, guapita! ¡Esto es por dejarme con la palabra en la boca y por decirme gorda! — me empujó hacia atrás, haciendo que perdiera un poco el equilibrio.
— ¡Sam! —escuche a Danny, quien venía corriendo, la gente se empezaba a arremolinar a nuestro alrededor, la chica, que era demasiado grande, estaba furiosa.
— ¿Quién te crees que eres para golpearme? —pregunte acercándome a ella.
—Y esto, es para que no me retes. —me dio un golpe que hizo que volviera a perder el equilibrio, entonces me tomo del cabello, jalándomelo con algo de brusquedad.
 — ¡Oye, déjame! —grite. Ella, me tomo con más fuerza y sin dejar mi cabello me aventó al piso. Demonios, golpeaba como hombre.
— ¡Basta! —dijo uno de seguridad, que también venia corriendo hacia nosotras. La chica se acerco a mí, y me dio un golpecito en la mejilla, algo fuerte, y empujándome, para que no me pudiera levantar.
— ¡Déjala! —dijo Danny ya a mi lado, ayudándome a parar. Me sentía muy, muy mareada. La chica se percato de quien era, y al parecer era su fan, por lo que vi al observar su camisa que tenia escrito “McFly” ella se puso roja y comenzó a correr, el de seguridad fue detrás de ella. — ¿Qué paso? ¿Te encuentras bien? —pregunto preocupado, mientras me tenia agarrada de la cintura.
—Todo se mueve a mí alrededor. —dije intentando reírme, pero el dolor me lo impidió.
— ¿Por qué te golpeo? ¡Te abrió el labio, Sam!
—Creo que me torcí el tobillo o algo. —dije ignorando su comentario.
—Te llevare a casa. Te ves mal. —yo asentí.

Danny me ayudo a caminar, hasta su auto. Aun me sentía mareada y demasiado adolorida. ¿Que siempre me iban a golpear, sin tener culpa alguna de ello? Tenía una semana limpia sin golpes, ya que Ken estaba fuera de la ciudad, pero entonces llego esta chica y me golpeo, sin deberla ni temerla.

Íbamos rápido por la carretera, la cabeza me había comenzado a doler, y Danny me había dado una de sus corbatas para que limpiara mi labio, el cual seguía sangrando, ya que al recibir el golpe me lo había mordido, haciendo que se tronara un poco.
—No me limpiare con tu corbata, se ve cara. —dije regresándola al asiento trasero.
—Hazlo.
—No, lo hare. —sentí que un líquido caliente caía hacia mi boca. —Ugh. —dije un voz baja.
Danny encendió la luz del auto y me miro.
—Te está sangrando ahora la nariz. —se estaba poniendo nervioso, sus caras eran de lo más cómico que pudiera existir en el mundo.
El semáforo se puso en rojo, y él se estiro, colocando el peso de su cuerpo en el mío, para intentar hacer hacia atrás mi asiento. Ya que lo hizo, se acomodó de nuevo en su asiento.
—En serio, esto no es necesario. Ya no sangra. —dije quitándome la mano de la nariz.
—Claro que si, al igual que tu labio. Recuéstate, ya casi llegamos. —gruñí un poco, pero le hice caso.

En menos de 5 minutos, nos encontrábamos entrando al garaje de una casa ¿Qué hacíamos aquí? No lo sé.
—Esta no es mi casa, Danny. —dije poniéndome derecha.
—Lo sé, te traje a la mía, era la más cerca.

No, no podía estar en su casa. No debía estar en su casa.



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Hola, acá esta el capitulo, algo corto pero debía cortarlo ahí, espero les haya gustado. si puedo les traigo cap el viernes, si no hasta la próxima semana, no he tenido nada de inspiración por andar con la familia y todo eso por las fiestas, pero bueno, no les dejare de subir el fic, no crean que si me tardo en subir jamas regresare hahaha

am... lo siento, siempre les dejo mis testamentos hahaha
ya saben, mas de 1O+ likes y subo capitulo, también quiero que comenten, me gusta leer lo que piensan del fic.

Las quiero.
Yanan
x.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo veintiuno.





En ese momento yo deseaba que el asiento me tragara. ¿Por qué tenía que llegar, Danny en el justo momento en que estaba hablando de él? Miraba a Melanie, y ella estaba igual de sorprendida que yo. Así que, tenía que salir de esta yo sola. Lo mire, sentado como si fuera el rey del mundo, esperando una respuesta. Me miraba con insistencia, haciendo que me cohibiera.
Alcé una ceja y moje mis labios para comenzar a hablar.
— ¿Y bien? —dijo Danny.  — ¿Qué decían de mi?
—Nada que sea necesario decir. No te preocupes, no hablábamos en específico de ti.
—No sé porque no confió en lo que dices. —dijo mientras hacia un sonido con la lengua.
—Eres el menos indicado para hablar de “confianza”. — dije haciendo las comillas con mis dedos. Melanie me miro con cara de “oh no, lo hiciste”. —Quiero decir…
— ¿De qué hablas? —el se enderezo y se inclino hacia mí.
—De nada. —bufé nerviosa, girando la silla, para que el me viera de perfil. Danny estiro su brazo e hizo girar la silla de nuevo, para que yo lo mirara.
—Explícate, yo nunca he mentido.
—No importa… Yo ya me iba. —me puse de pie. — Melanie, nos vemos el viernes ¿de acuerdo? —la mire y le sonreí.
—Tal vez te llame antes, tenemos una plática pendiente.
—Como quieras. —gire los ojos. Mire a Danny. —Con permiso. —dije a manera de despedida, el me miro extrañado.

Salí de la oficina de Melanie roja, nerviosa y queriendo que la tierra me tragara. Camine hacia el ascensor rogando para que se abriera rápido, cuando las puertas se abrieron entre y comencé a apretar como una completa loca los botones para que se cerraran. Pero una mano, logro que no ocurriera eso, deteniendo el ascensor. Suspire.

El entro y se coloco a mi izquierda, yo miraba hacia las puertas del ascensor esperando que fuera el momento en que se abrieran y así salir corriendo. ¿Por qué demonios a Melanie se le había ocurrido tener su oficina en el piso número diez?
—Samantha…
—No hables. —dije en voz baja.
—Pero quiero que…
—No digas nada. No te escuchare. —seguí mirando las puertas fijamente.
—Eres tan… ¡uugh! —gruño y yo lo mire asustada. —Lo siento, pero me sacas de mis casillas.
—Yo no hago nada. Solo, limítate a no hablarme.
— ¿Por qué? —pregunto de una manera en la que estuve a punto de derretirme, pero tome aire y aclare mis pensamientos.
¿Qué esta cosa no podía ir más rápido?
—Danny, por favor. —lo mire. El ascensor abrió las puertas y yo salí lo más rápido que pude, sentía que Danny me seguía.
— ¡No puedes irte en taxi a estas horas! —grito detrás de mí.
Maldita sea, ¿porque se comportaba así? Me dejaba como la mala del cuento. Detuve mi paso y lo mire, él venía agitado por haber corrido.
—Gracias. —dije. — pero solo déjame ir, no tengo ganas de hablar, ni mucho menos pelear contigo.
— ¿Quién dijo que pelearíamos? Solo te llevare a tu casa, déjame hacerlo.
—No, no lo harás. —un taxi se detuvo y Danny me miro preocupado y confundido, sus ojos me mostraban tantas cosas. —Maldita sea, no me mires así. —el sonrió de lado. —Yo debo irme, pero gracias, de nuevo.
Dicho eso, subí al taxi dejando a Danny parado bajo la luz de la luna viendo como me iba.
“Eres una idiota.”
“¿Sabes? No tengo ganas de hablar contigo.”
“¿Sabes? Eres una completa tonta, Samantha Dickens”


***

El viernes llego, y la verdad si estaba demasiado emocionada por la presentación de los chicos en la feria. Emma y yo le habíamos pedido permiso a Paula de que nos dejara salir temprano y faltar el sábado por la mañana, pero ella nos dijo que podíamos tomarnos también todo el fin de semana, ya que tenía que salir hacia Essex para visitar a uno de sus hijos.

Emma llegaría a mi casa a las seis de la tarde, un auto de la disquera pasaría por nosotros. Me puse a buscar que me pondría y fuera perfecto para una presentación. Opte por unos jeans entubados, algo rasgados y que dejaban a la vista la piel de mis piernas, una top blanca de manga larga con un estampado de corazón y dentro de este la palabra “love”, una chaqueta de cuero, una bufanda ligera de color tinto y unos botines de tacón alto a juego, me maquille un poco y me puse a esperar a Emma, quien tenía diez minutos de retraso.

Tocaron el timbre, me asome y era un auto, si, el que habían mandado los chicos por nosotras, a lo lejos divise que Emma se iba acercando a casa, así que tome mis cosas y salí de ahí.

(…)

Llegamos a la feria, y estaba llena, miles de letreros con los rostros de los chicos, adornaban los postes de luz, las paredes y los cestos de basura.
Emma y yo caminamos hacia donde estaba el escenario, no era tan grande ni tampoco tan pequeño, a lo lejos logre divisar a Melanie y a Karen, así que me acerque hacia ellas, mi acompañante venia muy tímida, cosa que no era normal en ella.
— ¡Chicas!
— ¡Sam! ¿Cómo estás? —dijo Karen acercándose a mí y abrazándome.
—Bien ¿y ustedes?
—Muy bien, pensamos que no vendrías. —dijo Melanie.
—Pues ya vieron que si. Chicas, les presento a Emma, Emma, mis chicas.
—Mucho gusto. —dijo tímida.
—Oh vamos, no te pongas tímida con ellas, son buenas, no te van a morder. —Emma rio.
Empezamos a platicar y mi pelirroja amiga comenzó a agarrar confianza, y las 3 comenzaron a hablar de mí, en broma, pero lo hacían.
— ¿Y los chicos?
—En los camerinos, ¿quieres ir a saludarlos? —pregunto Karen.
—No se… mejor esperare a que salgan.
—A ellos les gustaría verte antes de que empiece el show. —dijo Melanie alzando una de sus cejas. Sabía que se refería a Danny.
—No creo.
— ¿Porque no te quitas la duda y vas? Que Emma te acompañe.

Camine detrás del escenario y logre ver a Harry moviendo sus baquetas divertidamente. Emma se tensó y la tuve que jalar para que siguiera caminando.
—Harry. —dije mientras me acercaba a él.
— ¡Samantha, Emma! —camino hacia mí y me abrazo. — pensé que no vendrían.
—Pues ya ves que sí. ¿Y los demás?
—Aquí. —dijo Tom saliendo de una puerta, junto con Dougie. Emma se sonrojo al ver a Tom, yo negué con la cabeza divertida. Les di un beso en la mejilla y presente a Samantha con Dougie.
—Pensé que te habías olvidado de mí. —dijo Dougie en un puchero.
— ¿Cómo crees que me olvidaría de ti? Eso nunca.
Estuvimos charlando un poco, hasta que Emma, ya sin pena, abrió la boca.
—Aquí falta uno. —dijo señalándolos.
—Si, Danny. —dijo Dougie. Yo mordí mi labio, intentado que no saliera un “y donde se encuentra” de mi boca. —Esta vocalizando en el camerino, ¿quieren que lo llame? —pregunto mirándome.
—No, nosotras ya nos iremos a nuestros lugares. El show no tarda en comenzar. —dije mirando mi muñeca.
—No tienes un reloj ahí. —dijo Harry divertido.
—Cierto, lo olvide. —deje de ver mi muñeca. —Bueno, nosotras nos iremos afuera. Suerte.

Nos despedimos de ellos y salimos, las luces del escenario ya estaban encendidas, y las fans comenzaron a llegar. Nunca había escuchado cantar a los chicos en vivo, me sabía algunas viejas canciones, pero fuera de eso, no sabía cómo se escuchaban ahora.

Las luces comenzaron a bajar y los gritos a hacerse más fuerte, las chicas y yo estábamos muy cerca del escenario, en el centro para ser exactas. Un bajo con lucecitas salió, todas empezaron a gritar era Dougie, después logre ver a Harry con sus baquetas fluorescentes, y por ultimo salieron Tom y Danny brincando. Las luces se encendieron y la música comenzó.

Yo tarareaba las canciones, había muchas que no me sabia, pero me dejaba llevar, brincaba, gritaba, la verdad es que me estaba divirtiendo. Las chicas ya habían hecho amistad con Emma, así que las cuatro estábamos como locas, de repente los chicos nos miraban y se reían de nosotros.

Siempre que Danny cantaba, sentía como miles de cosas dentro, tenía una voz tan… no sé. Me encantaba.
—Y bueno, esta canción se llama “Falling in love” —dijo Tom, desatando mas gritos.
Las guitarras comenzaron a sonar, después la batería y por ultimo logre escuchar el bajo de Dougie.
Danny comenzó a cantar, sin dejar de mirarme, después regresaba su vista al público, yo no dejaba de verlo, y cuando me miraba, dirigía mi vista rápidamente a Tom. Estaba justo enfrente de Danny, así que no podía ponerme nerviosa.
—Waking up to people talking—comenzó a mirarme de nuevo sin dejar de cantar y tocar la guitarra. —, and it's, getting later every morning.
Now I, realise it's nearly midday, and I've, wasted half my life, to throw it away… Saying: everyday should be a new day, to make you smile— inconscientemente al escuchar eso, sonreí, haciendo que él sonriera. Yo me puse roja y mire hacia otro lado— and find a new way, of falling in love...

Me sentía nerviosa, tenía ganas de salir corriendo de aquí. Cuando Danny quito su vista de mí y comenzó a caminar por el escenario, para después regresar y comenzar a cantar de nuevo. El sonido de los instrumentos comenzó a bajar y la voz de Tom tomo lugar en el escenario.
—Sick of waiting, I can't take it gotta tell ya….
—I can't take another night on my own,
—comenzó a cantar Danny, girándose hacia donde yo estaba. — so I take a breath and then I pick up the phone she said: Oh Oh Oh durante toda esa estrofa, Danny me miraba con más insistencia, yo me había perdido en sus ojos azules, era como si no hubiera gritos de fans, ni empujones, como si solo estuviéramos él y yo.

La canción término, Danny me sonrió y después se giro hacia los chicos. El show llego a su fin. Tom, Dougie, Harry y Danny dieron las gracias, para después salir del escenario.
— ¿Qué fue lo que paso ahí? —preguntaron las chicas, mientras íbamos hacia los juegos, que era donde esperaríamos al los chicos.
— ¿De qué hablan? —pregunte haciéndome la indiferente mientras caminaba delante de ellas, no quería que vieran que estaba completamente roja, nerviosa y demasiado confundida.
—Del momento de miradas que tuvieron Danny y tu durante todo el show, pero más durante la última canción. —hablo Melanie
—No me miraba a mí, miraba a la rubia exuberante que estaba detrás de mí. —dije.
—Yo creo que te miraba a ti. —opino Karen.
—Si, la rubia a pesar de querer llamar su atención, no lo logro. El te miraba a ti, con mucha insistencia, Sam. —dijo Emma.
—Ustedes tres están chifladas. El no me miraba. —las tres bufaron y giraron sus ojos.

¿Qué intentaba? En serio, no comprendía a Danny, era tan… bipolar.







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¿Les gusto? ¿que les pareció? ¿que opinan? ¡DÍGANME! en fin, para que vean que si prometo lo que digo, hehehe. Ya saben 1O+ likes y algunos comentarios y el siguiente capitulo (martes o miércoles ;) ) Espero que si les este gustando el fic, y que no las este aburriendo.

Pasen una muy Feliz Navidad! y que Santa les traiga lo que hayan pedido. HOHOHO(?)

Las quiero.
Yanan.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Capítulo veinte.



Llegue al edificio donde trabajaba Melanie, a ella le gustaba todo eso de la comunicación, a eso se dedicaba. Tenía su propia oficina, así que cuando me acerque a la recepción me dijeron que subiera y así lo hice.
Mientras me acercaba a la puerta, iba pensando en que le iba a decir. Toque delicadamente con mis nudillos y ella grito un “pase” desde dentro.
Abrí la puerta y vi que no estaba sola, sentía que toda la sangre se me bajaba a los pies, trague saliva y lo mire. Era Danny.
—Creo… creo que vengo en otro momento, no sabía que estabas ocupada. —dije girándome.
No entendía porque siempre que él estaba cerca, me sentía tan tímida. Simplemente yo era todo, menos tímida.
—No Sam, no te vayas. Yo ya me iba. —dijo Danny poniéndose de pie y despidiéndose de Mel con un beso.
“Hubieras deseado ser ella.” —hablo mi vocecita.
“No.”
“Claro que sí. No me mientas.”
“Eh…”
“Touché”

Yo no me moví de mi lugar –en la puerta- así que al momento en que Danny iba a salir, mi pecho rozo con el suyo, lo sentí como en cámara lenta. Me quede parada en ese lugar, aun aspirando ese perfume que no se iba de mi mente desde hace semanas.
—Sam, pasa. —dijo Mel haciendo que regresara a la realidad.
Entre y me senté frente a ella.
—Yo… Melanie, siento lo del otro día.
—Habías prometido que lo intentarías…
—Y créeme que lo he intentado, pero es que Danny también es… no sé. Yo pensé que ya nos llevaríamos bien, pero parece ser que le sigue incomodando mi presencia. —suspire triste. — ¿Te molestaste conmigo? —la mire e hice una mueca, ella se recargo en el respaldo de su silla giratoria.
— ¿Tu qué crees? —alzo una de sus cejas.
—No lo pude evitar.
—Debes de dejar de ser tan impulsiva, Sam.
—No me hagas decir lo siento por cuarta vez, porque no lo hare. —dije y ella sonrió.
—Ya no estoy molesta, solo, no lo vuelvas a hacer.
—Lo prometo. —sonreí abiertamente.
Estuvimos hablando de absolutamente todo lo que nos habíamos perdido la semana anterior. Melanie me platico de cómo Dougie le había pedido que fuera su novia, ¿pueden creerlo? Se lo pidió en un recorrido por el Zoológico, solo a Dougie se lo habría ocurrido eso, pero después de eso, la invito a cenar, algo más normal para Mel. De mi parte, yo le platique que ya estaba trabajando en la tienda, que tenía una nueva amiga y también le dije lo del café, si… me dijo lo mismo que Emma, que mejor lo hubiera invitado yo, en vez de mandarle un sobre con el dinero.

Mi amistad con Mel era muy cómica, porque pareciera que nunca nos separamos, a pesar de vivir en diferentes continentes y con diferentes zonas horarias, nunca habíamos dejado de hablar, hacíamos como “citas” y quedábamos para hablar. Siempre jugábamos juntas cuando niñas, Mel no había cambiado, seguía siendo la misma niña a la que le gustan las cosas buenas, a la que no puedes pisotear, la que siempre da buenos consejos, la que te hace reír por las cosas que dice sin pensar, no sé, ella era mi mejor amiga y si éramos muy diferentes, ella era más femenina que yo, a ella nunca le había gustado jugar en la tierra ni treparse a los árboles, era muy “correcta” para su edad, yo siempre estaba sucia y con el cabello fuera de su lugar. A ambas nos gustaban las muñecas, así que se podría decir que nunca faltaba el juego de las “mamás amigas” que llevaban a sus bebes al médico, que vergonzoso. 
Pero después de lo que pasó con mi papá, todo cambio y yo me fui y volví a saber de ella hasta un año después.
— ¿Iras el viernes? —pregunto de repente.
—Sí, aunque no lo creas, estoy emocionada por ese día y no sé porque. —reí.
—Eres rara, ¿lo sabías?
—Me lo han dicho. —ambas reímos. Guarde silencio pensando muy bien en como formular mi siguiente pregunta y que no hiciera que Mel sacara malas o diferentes conclusiones. — ¿Y Dannyhaestadobien? —pregunte rápidamente.
— ¿Qué? —dijo acercando un poco su cabeza a mí. —Sam, hablaste muy rápido, no entendí ni pío de lo que dijiste.
—Pregunte… bueno, solo quiero saber si Danny ha estado bien. —ella me miro y sonrió de lado, alzando su ceja izquierda. — ¿Qué? ¿Porque me miras así?
—Sam… —estiro sus brazos hacia mí, colocándolos sobre el escritorio, y tomo mis manos atrayéndome hacia ella, como si me fuera a decir un secreto. — ¿Te interesa Danny?
— ¿Eh? ¿A mí? Pff no. —dije rápida y nerviosa. Mel me miro fijamente y yo no pude pensar en nada más que en esos ojos azules mirándome en la ligera obscuridad de aquel maldito armario. Mis mejillas comenzaron a colorearse de rojo, de nuevo. —Yo…
—Lo sabía. —me guiño el ojo. —Debemos hacer algo al respecto.
¿No has llegado odiar tener una mejor amiga? Bueno, en esto momento yo odiaba tener a Melanie y que me conociera tan bien y se diera cuenta de cosas –que yo sentía- antes de que yo lo hiciera.
— ¿Hacer algo al respecto? —pregunte con pánico. —No, no haremos nada. —dije.
—Entonces no me estas negando que te gusta. —sonrió y mostro todos sus dientes.
—Yo… Melanie, yo no sé ni que siento por él. —suspire y la mire. — Tal vez me atraiga, un poco, nada más. Es que, Danny es…

|Danny|
Había decido ir a pedirle disculpas a Melanie, por lo de la vez que me fui así de su casa, había sido grosero de mi parte, además de que Samantha y yo nos habíamos comportado como si no hubiera nadie más ahí, y pues la realidad es que si había.
Estaba hablando con Melanie, cuando alguien abrió la puerta, y entonces ahí la vi, mi mirada se posó en sus ojos, perdiéndome en ellos.
—Creo… creo que vengo en otro momento, no sabía que estabas ocupada. —dijo girándose y a punto de cerrar la puerta.
—No Sam, no te vayas. Yo ya me iba. —dije poniéndome rápidamente de pie, y despidiéndome de Mel. No quería ser grosero con ella, es que era tan… no sé. Maldita sea.
Camine hacia la puerta, no sabía si saludarla o algo, así que simplemente salí de ahí, al momento de hacerlo, nuestro cuerpos rozaron y yo sentí como si una corriente eléctrica hubiera recorrido cada parte de mi cuerpo.

Durante varias horas no había logrado quitarme a Samantha de la cabeza, se veía hermosa y olía delicioso. Después de haber hecho varias cosas, me di cuenta de que mi celular no estaba en mi bolsillo, recordando que lo había dejado en la oficina de Melanie, golpee el volante y conduje de regreso, rogando que aun estuviera Mel ahí.

La secretaria me dio un pase y camine hasta su oficina, abrí la puerta y las vi hablando.
—Es que Danny es…—decía Sam.
— ¿Qué yo soy qué? —interrumpí mientras caminaba hasta el escritorio, Sam se tensó poniéndose roja como tomate y Mel me miraba con la boca abierta. Creo que había llegado en un buen momento.
Me tome la libertad de sentarme en la silla que estaba a la izquierda de Samantha, esta me miro aun sonrojada y con la boca un poco abierta por la sorpresa. —Sigan hablando, con confianza. —dije recargándome en el respaldo y cruzando mis brazos a la altura de mi pecho, sin dejar de mirar a Sam, que cada vez se ponía más roja, haciéndola ver, realmente adorable. Humedeció sus labios, para después quitar sus ojos de sobre de mí y mirar a Mel. Yo me había quedado hipnotizado viendo esos labios, por culpa del gesto que había hecho con su lengua.
Aclare mi garganta y las mire a los ojos a ambas. — ¿No van a continuar? —alce ambas cejas, y acepto que me veía un poco arrogante, pero la duda me estaba matando.




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chicas, ahora si no les traigo mi súper testamento, porque agarre la lap de mi hermano sin pedírsela -super ruda(?)- bien, el jueves les traeré otro capitulo, como regalo de navidad(?) okno hahahahahaah buuuuueno, gracias por la espera de la semana anterior, espero que para la próxima ya tenga mi cargador e_e
en fin, espero les guste el capitulo.
1O+ likes eh? también comenten, quiero saber que les parece :)
un beeesooooo!!

Yanan.


pd. buen inicio de semana :D

lunes, 12 de diciembre de 2011

Capítulo diecinueve.



Tenía ya una semana trabajando en la tienda de antigüedades de Paula y Martin, así como también, tenía una semana sin hablar con Melanie. Al día siguiente de lo que paso con Danny en su casa, la llame tres veces, y en ninguna me respondió, así que… tenía una semana sin hablar con ella y sin ver a los chicos, solo mantenía contacto con Tom por teléfono y con Karen y Harry vía Skype, con Dougie no, ya que por lo que Tom me había dicho, él y Melanie habían comenzado a salir formalmente y bueno, simplemente no lo llamaba porque sabía que estaría con ella. Lo sé, soy muy orgullosa, pero yo no había hecho nada, así que no le llamaría de nuevo.
Cambie el letrero de cerrado por el de abierto y comencé a abrir las persianas para que la luz del sol entrara a la tienda. Estaba muy feliz, estaba haciendo una muy buena amistad con Emma, ella era realmente adorable, siempre tenía una sonrisa en su cara, además de que era un poco tímida.
— ¡Hey Sam! ¿Lista para otro día lleno de trabajo? —pregunto sarcásticamente Emma, al momento en que entraba a la tienda.
—Esperemos hoy sea un buen día… aunque a veces me pregunto ¿habrá gente que en serio compre antigüedades? —reí por lo bajo. Ella se acercó a mí y me saludo con un beso y un abrazo.
—Bueno… yo. —dijo tímida.
—Lo sé. Por eso lo decía. —le guiñe el ojo.
— ¿Cómo estuvo tu fin de semana? —inquirió mientras se sentaba en el taburete que estaba a mi derecha. Yo despegue mi vista de la computadora y la mire.
—Muy aburrido, no hice nada, excepto comer y comer… oh sí, y dibuje algunas cosas. ¿Qué hay de ti?
—Wow, pensé que yo era aburrida, pero te conocí. —me dio un golpe en la cabeza. —Fui al cine con mis padres, y… bueno… tampoco hice nada. —me miro cuidadosa.
—Somos patéticas.
— ¿Perdón? Yo no soy patética, solo no me gusta lo que a todos le gustan, no me aburrí, tal vez no tenga un gran círculo social, pero así soy feliz.
—Lo siento, no quise decir eso. Solo que, no me hagas caso Emma. —suspire. —No la he pasado muy bien que digamos.
— ¿Tu amiga sigue sin hablarte?
—Bueno… yo tampoco lo intente de nuevo, solo la llame tres veces y no respondió ninguna vez.
— ¿Y qué tal si sí hubiera respondido a la siguiente llamada?
—Siempre me doy y les doy a las personas tres oportunidades —dije. —no sé porque, pero así soy yo. —ella se encogió de hombros.

Empezó a entrar gente a la tienda, así que nos pusimos a atender, ella siempre atendía con una sonrisa, yo la miraba y me preguntaba si no le dolían las mejillas de tanto sonreír, parecía sacada de un cuento.
Me dirigí hacia unos chicos que estaban mirando unos viejos instrumentos de música.
— ¿Les puedo ayudar en algo? —dije colocándome detrás de ellos con los brazos en jarras. Cuando se giraron, quitándose la capucha, me había dado cuenta de que eran Tom y Harry, así que me les avente y los abrace. — ¿Qué hacen aquí?
—Venimos a saludarte. —dijo Harry. —Ya que si no veníamos a ti, tú ya no irías a nosotros.
—Eso es mentira. —hice una mueca.
—“No creo ir, es que estará blah, blah, blah” ¿te suena conocida esa frase? —lo mire fijamente con el ceño fruncido.
—Deja de torturarla, Harry. — me defendió Tom. —aunque tienes razón.
—Basta, como sea, ¿Cómo supieron que trabajaba aquí?
—Oye, Sam…—dijo Emma, quien venía caminando sin despegar su vista de la libreta que tenía en sus manos, tropezando con Tom. —Lo siento. —dijo poniéndose roja como tomate.
—No te preocupes. —le sonrió.
—Oh… —se acercó a mí y murmuro en mi oído. — ¿Sabes con quien estás hablando? —intentando no gritar, yo reí. Tom y Harry nos miraban divertidos.
—Si lo sé, chicos… —Emma me miro con los ojos bien abiertos, mientras intentaba no gritar o desmayarse, o ambas. —Ella es Emma, mi amiga y compañera de trabajo. Emma, ellos son…
—Se quiénes son. —dijo casi en un susurro, sin dejar de mirar a Tom.
—Mucho gusto, Emma. —Dijeron ambos, mientras le daban un beso en la mejilla
—Bien…—junte mis manos. —Son mis amigos.
—Y yo que pensaba que tu vida era aburrida.
—Lo es. —dijo Harry guiñándole el ojo, como si le estuviera contando un secreto. Yo bufe.
—Oye Sam, —continúo Tom. —No nada más vinimos de visita, queríamos invitarte a una presentación que tendremos este viernes.
— ¿En serio? ¿Dónde? Si voy.
—Es en la feria, a las afueras de Londres. ¿Si iras verdad? —pregunto Harry. —Tú también estas invitada Emma. — ella sonrió ampliamente.
—Oh, muchísimas gracias, pero…
—Nada, si iremos. —dije rápidamente. Sería la primera vez que los vería en vivo y no me lo perdería por nada.
—Perfecto. —dijo Harry frotándose las manos, como si de un plan maligno se tratara, yo lo mire raro y Emma reía ante ese acto.
—Bueno chicas, es hora de que nos vayamos. —dijo Tom acercándose a mí, mientras me rodeaba con sus brazos. Suspire sobre su hombro. — ¿Te encuentras bien? —dijo en mi oído, yo me encogí de hombros.
—Todo bien. —dije separándome de él y dándole un beso en la mejillas. —Adiós, señor músculos. —me acerque a Harry y lo abrace, el me elevo en sus brazos. — ¿Podrías bajarme? —pedí.
—Wow, es como si levantara una pluma. —dijo mientras me bajaba. — ¿Segura que te alimentas? —lo golpee en el hombro.
—Un gusto conocerte, Emma. —dijo Tom. Ella se sonrojo y él le sonrió de una manera muy linda.
—Las esperamos ahí ¿eh? —concluyo Harry, despidiéndose de Emma.
—Sí, sí. Adiós.
Ya que se fueron, Emma me miro con cara de “¿!porque no me lo habías dicho antes?!”
—No es algo que tenga importancia. —dije caminando hacia el mostrador, para hacer el conteo final del día, ya que hoy solo trabajábamos medio día.
—Claro que si la tiene. —dijo colocándose frente a mí.
—Para mí no, ellos son solo personas normales, Emma.
—Lo sé, pero son una banda famosa aquí, ¿sabes que millones de chicas matarían por ser tú? —yo solté una carcajada.
—Solo soy su amiga.
— ¡¿Y?!
—Tranquila, ahora ya los conoces… son adorables ¿no? —ella suspiro. Y yo negué con la cabeza. Camine hacia la trastienda y saque mi bolso y chaqueta. — ¿Nos vamos?
Salimos y caminamos hasta la esquina de la calle. Íbamos charlando y riendo, ella no dejaba de hablar de Tom, yo la veía raro, esto no era normal para mí.
— ¿Qué vas a hacer ahorita? —pregunte deteniendo mi paso.
— ¿Ir a casa?
— ¿Me acompañarías a la oficina de correos?
—Seguro… ¿a quién le enviaras carta? —dijo golpeando mi codo, con una sonrisa pícara.
—Mmm, a nadie importante. Enviare un dinero, veras… el otro día no me quisieron recibir un billete de £20 libras… — y le comencé a platicar la historia del día del Starbucks, mientras reanudábamos el paso. —Así que mejor le enviare el dinero y una nota de agradecimiento.
— ¿Hablas enserio?
— ¿Por qué no lo haría?
—Es algo ilógico, vas a gastar en un timbre postal y sobres y todo eso que se usa en las cartas, en vez de invitarle un café a un tipo que por lo que me platicas, estaba hermoso.
—Sí, tenía algo. Pero no pensaba volverlo a ver para pagarle un café.

Metí el sobre en el buzón, junto con una nota:
“Adam, acá esta lo que te debo del café, me la pase muy bien el otro día. Eres un caballero, en serio. Muchas gracias. Samantha.”

Me despedí de Emma y cada quien camino hacia diferentes direcciones. Tenía una semana sin ver, ni saber nada de Danny… ¿estaría bien? Tome mi celular y busque en mis contactos su nombre, ¿le llamaba? Negué con la cabeza y guarde mi móvil en mi bolso de nuevo. —Estás loca. —me dijo mi voz interior.

No quería ir a casa, así que iría a donde Melanie trabajaba, para hablar con ella, extrañaba a mi mejor amiga y no dejaría que por una estupidez —porque en realidad lo había sido—, nos distanciáramos.




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Igual se les va a hacer un poco aburrido, pero son capítulos que deben de ser publicados, hehehe. aun así así les guste.

chicas, tengo una mala noticia, por 3 razones estaré subiendo 1 vez por semana (si puedo subo 2 veces, pero no les aseguro aun nada) la primera razón es que, no tengo pila en mi laptop y mi cargador ha muerto, la segunda es porque, como no tengo donde escribir capítulos, los estoy escribiendo en el iPod y mi hermano no siempre me puede prestar su compu para editarlos y subirlos :c  y la tercera, es porque falta poco para navidad y mi papa tiene un restaurante, así que debo ayudarle a hacer los pedidos de comida que le hagan y todo eso, así que estaré un poco cargada de trabajo. aun así, no dejare de subirles capítulos, y claro si puede les subo como siempre 2, aun así, creo que a partir de la próxima semana les subo los miércoles ¿que dicen? o ¿prefieren que siga subiendo cada lunes?
en serio espero me entiendan y tampoco espero perder lectoras, estoy muy emocionada escribiendo este fic, pero bueno, así me quede con 1 persona leyendo, no la dejare de subir...
que tengan bonita semana, las quiero.

cualquier cosa ya saben donde buscarme @waalinthesuun.

¡por cierto! a Adam, me lo imagine como Joe. pero ustedes imaginenselo como mejor les guste :)

ya saben 10+likes y comentarios 

¡un besote!

Yanan.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo dieciocho.



La lluvia no duro mucho, fue de esa que dura menos de 10 minutos y así como llega, se va. El taxista me dejo fuera de un Starbucks, no era lo que esperaba, no tenía ganas de un café comercial. Pague y me dirigí hacia la famosa cafetería.

Me forme, había una fila interminable. Así que cuando fue mi turno, yo ya me sentía lo realmente estresada para pensar en que iba a ordenar, así que me fui por lo típico.
—Un mocha cappuccino, por favor.
— ¿A qué nombre? —dijo el chico del mostrador.
—Samantha.
—Son, £2.33 libras. —extendió su mano. Busque en mi cartera, y lo único que tenia era un billete de £20 libras, se lo di. —Lo siento, no puedo cobrarle un café con un billete de esta cantidad. —lo mire molesta.
— ¿Cómo dice?
—Que no puedo…
—Si entendí eso, pero ¿Por qué no? Al fin de cuentas es dinero. —Comencé a frustrarme, los clientes que estaban detrás de mí se estaban molestando.
—Así son las cosas aquí, señorita.
—No tengo otro billete. —hice una mueca.
—Bueno, lo siento no puedo hacer nada. —fruncí el ceño y gruñí por lo bajo. Definitivamente no era mi día.
—Yo se lo pago. —dijo una voz masculina detrás de mí.
— ¿Qué? —me gire. —No gracias, yo ya me voy, vendré en otra ocasión.
—Por favor…. —estiro su cuello y observo el vaso con mi nombre. — Samantha, —dijo sonriendo. —No la estoy comprometiendo a nada, luego me lo paga.
—De acuerdo, muchas gracias. En estos momentos iré a cambiar el billete al banco y…
—No tranquila, no dije que ahora fueras. —rio. Pidió su café y pago el mío y el de él.
—En serio no debiste…
—Adam, me llamo Adam. —dijo estirando su mano y dándome mi bebida.
Caminamos hacia una mesa, el separo la silla para que yo me sentara.
—Gracias. —dije tímida. Ahora debía hablar con un extraño.
Adam era atractivo. Cuando me gire a verlo en la fila, sus grandes ojos color avellana me habían llamado la atención, ya que emitían un brillo divertido e infantil, tenía el cabello color castaño y corto, unas pequeñas pecas adornaban su nariz y mejillas… pero no como las de… ¿Qué no podía dejar de pensar en él un poco? Estaba con un chico muy guapo, y Danny aparecía. Suspire.
Como decía… eran pocas pecas, cejas pobladas y largas pestañas, tenía una sonrisa que hacía que lo miraras, ya que mostraba una perfecta y blanca dentadura. Este chico parecía modelo.
—No soy un secuestrador, ni soy del tipo de hombre que le paga cafés a chicas bonitas para llevárselas a su cama. —no pude evitar reír ante ese comentario. Wow, hasta su risa era armoniosa y se le formaban unas ligeras arruguitas a los lados de los ojos.
—Gracias por el dato, pensé que me raptarías. —concedí.
Estuvimos hablando por algo de tiempo, Adam era muy chistoso y divertido, además de que era un caballero. Su celular comenzó a sonar y se puso de pie para tomar la llamada.

Me puse a ver por la ventana, caían poquitas gotas de lluvia. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me sentía así? Coloque mi cabeza sobre mis brazos.

 [Flashback]
—Tengo hambre. —dijo recostando su cabeza sobre mis piernas. Eso me había tomado por sorpresa, así que sin pensar eleve mis manos intentando no tener contacto con él, ¿Por qué? No sé, me sentía realmente nerviosa.
Poco a poco me fui relajando y coloque una de mis manos sobre su cabello y la otra sobre sus manos, que estaban cruzadas arriba de su abdomen.
Sentía miles de cosas, no sé cómo explicarlas, pero el simple hecho de sentir como mi mano subía y bajaba a causa de su respiración me hacia sonrojar. Sin pensar, comencé a jugar con su cabello, haciéndolo como un churrito entre mis dedos.
—Yo también tengo hambre. Son unos malvados. 
Danny abrió sus ojos y yo lo estaba mirando fijamente, esta vez había algo que no me dejaba despegar mi vista, esos ojos azules eran como un imán.
—Tienes unos ojos muy bonitos ¿lo sabías? —dijo de repente, haciendo que me sonrojara.
—Gracias… Nunca me lo habían dicho.
— ¿En serio?
—En serio… —dije sincera. Suspire.
— ¿Sabes?
— ¿Qué? —pregunte, aun tenía mis dedos enredados en su cabello.
—Tal vez deba agradecerle a los chicos que nos hayan dejado encerrados aquí. —Sonreí de nuevo— Si no hubiera sido por esta trampa, tal vez nunca habríamos aclarado las cosas. En serio creía que me odiabas.
—Si, bueno… Yo había intentado arreglar las cosas una vez…— me miro con cierta confusión. —Una vez, fuera de mi casa, había salido solo a intentarlo, pero tú abriste la boca e hiciste que me enfureciera y regresara al departamento.
—Lo recuerdo. —quito una de sus manos, poniéndola sobre la mía, ya que estaba en su abdomen. Mire rápidamente su movimiento y después lo mire a los ojos de nuevo. — Y lo siento…
[Fin del flashback]




—Mentiroso. —dije molesta.
— ¿Perdón? —levante rápido mi cabeza y mire a Adam sentándose de nuevo frente a mí.
— ¿Qué? No nada, hablaba conmigo misma.
— ¿Te encuentras bien? —pregunto preocupado.
—Si, solo no he tenido un buen día. Creo que ya debería irme… —me puse de pie y después lo mire de nuevo. El estaba de pie también. — ¿Cómo te pagare el café?
— ¿Qué te parece si nos vemos en otra ocasión? En serio me gustaría volverte a ver. —lo mire fijamente, ¿Qué podía perder?
—De acuerdo… el próximo café lo pago yo.
—Solo recuerda traer billetes pequeños en tu bolsa.
—Lo tomare en cuenta. —sonreí.
—Ten—extendió su mano. —Esta es mi tarjeta, llámame cuando quieras pagar el café.
—Adam Miller —leí en voz alta. — ¿Modelo? —el asintió tímido. —Interesante… —abrí mi bolso y guarde la tarjeta. —Uy, yo no tengo una tarjeta, pero me llamo Samantha y no tengo profesión.
—Bueno… no importa, esperare tu llamada.
—De acuerdo, yo te llamo. Gracias de nuevo, Adam. En serio que me has hecho pasar una agradable tarde.
—Me alegro.
Los dos caminamos hacia la salida, nos despedimos de beso y caminamos en direcciones contrarias.
Me esperaría un poco, y mejor le enviaría el dinero del café a la dirección de su tarjeta, no quería salir con nadie en estos momentos ¿Por qué? No lo sé, simplemente… no tengo idea, no quiero.
Pero lo que en serio quería, era llegar a casa, darme una ducha caliente y llamarle a Melanie para pedirle unas disculpas por ayer. Aunque yo no había hecho nada, ella se tomaba muy a pecho todo. No quería problemas con mi mejor amiga.






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chicas, no tengo cargador de la lap, rueguen que mi hermano me preste la suya para subir capítulos y escribirlos hahahaha
en fin, que tengan bonito fin de semana.
ya saben, 1O likes y algunos comentarios y subo el siguiente :)

¡por cierto! presten mucha atención a este nuevo personaje ;) y si pueden, díganme a quien se lo imaginan o a quien se parece lol

bueno, bye bye las quiero.

yanan 
x.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo diecisiete.


Y en ese momento Tom dijo las palabras que no deseaba escuchar en mucho tiempo “¿Te gusta Danny?” no sé porque me tardaba en pensar, en buscar la respuesta correcta a esa pregunta tan… ¿sencilla? Solo jugaba con mis manos, Tom me veía paciente.
«Oh vamos, Samantha. Si no te gusta ¿porque tardas tanto en responder?»
«No me gusta.»
«¿No? ¿Estás segura?»
«S-si.»
«Te conozco.»
«¡Cállate! No me gusta….»
fruncí el ceño. Odiaba perderme en mis pensamientos y discutir y hablar conmigo misma o mi conciencia, lo que sea que hable dentro de mí.
Mire a Tom fijamente, y un poco dudosa le respondí.
—No… ¿Por qué preguntas eso?
— ¿Estás segura? —elevo una de sus cejas.
— ¿Qué quieres decir? ¿Por qué no debería estar segura? —el se encogió de hombros.
—No sé, por la manera en la que actúas… yo pensaría que te gusta.
— ¿Hablas enserio? Nunca me podría gustar alguien como Danny que solo piensa en él y nada más que en él, y que además de todo es un mentiroso… —comencé a decir rápidamente. Tom solo me miraba divertido intentando no reír en mi cara.
—De acuerdo —giro los ojos. — No te gusta.
—No, no me gusta. —repetí para mí misma, como si intentara asegurarme de eso.
Me quede unos segundos viendo hacia el otro lado de la calle, en serio había actuado como una idiota con Danny, el solo quería irse y desde que llego no se veía cómodo, tal vez por mi presencia, pero seamos realistas, el sabia que vendría ¿no? ¡Entonces si no me quiere ver para que viene!
— ¿En qué tanto piensas? —pregunto Tom, mientras pasaba su brazo por mis hombros para atraerme hacia él. Estaba haciendo un poco de frio.
— ¿Qué haces aquí conmigo? Quiero decir… ¿porque no te fuiste a casa?
—Porque eres mi amiga, Sam. Y no estás bien, no te iba a dejar sola por Londres en la noche, es peligroso.
¿Yo sola en la noche por Londres? Me agradaba la idea de que algo pudiera pasarme… bueno, un poco.
—Lo hubieras hecho. —concluí. —Siento que estoy dividendo al grupo de amigos… no sé, siento que por mi culpa Danny ya no va a salir con Melanie o con ustedes, porque siempre o más bien, la mayoría de las veces estoy metida ahí. Y créeme que lo que menos quiero es que tengan problemas, yo fui la última que llego. Melanie de seguro me odia por eso, me había hecho prometerle que intentaría llevarme mejor con Danny —seguía recargada en el hombro de Tom, jugando con una de las pulseras que traía en su mano— pero simplemente no puedo.
— ¿Qué tiene que hayas sido la última? Todos te queremos y ya eres de nuestras amigas, no tienes porque sentirte así, somos lo demasiado maduros, como para andar con esos jueguitos de “si ella va, no voy yo”, así que quédate sin cuidado…
—Estamos hablando de Danny… ¿tú crees que es lo suficiente maduro para no actuar así? —el mordió su labio.
—Tienes razón… pero Sam, tampoco vamos a dejar de salir juntos solo porque a él no le guste, si no quiere ir, que no vaya y punto. Y sobre Melanie, si se enojo… pero vas a ver que mañana ya estará como si no hubieras echado a Danny de su casa. —rio sonoramente.
—No es divertido.
—Acepta que si lo es. —yo negué con la cabeza. —un poquito, nada más.
—Gracias por escucharme, Tom. No sé qué haría sin ti… —me quite su brazo del hombro y me gire para abrazarlo.
—Oye, Sam…
—Dime. —dije separándome del abrazo.
— ¿Qué es eso morado que tienes debajo del ojo? —estiro su brazo y con su dedo índice toco mi golpe. Yo me queje por lo bajo y me separe un poco más de él, girando mi cabeza hacia otro lado.
—No es nada. —dije rápidamente.
— ¿Segura? Parece que te golpeaste o…
—Es… son ojeras por no haber dormido bien. —el entrecerró los ojos, dudando de mis palabras. — ¿Qué a ti no te salen?
—Si, pero no duelen…
—Creo que es hora de irme. —dije cambiando de tema, al tiempo en el que me ponía de pie. Sacudí mi trasero con mis manos. Tom me imito.
—Vamos, te llevo.

***

Había pasado una pésima noche, pensando en todo lo que había ocurrido en casa de Melanie y en lo que había hablado con Tom.
Suspire mientras caminaba hacia la tienda de antigüedades de Paula y Martin, necesitaba un auto urgentemente, no podía vivir pagando taxis o haciendo que me lleven a mi casa.

Me dirigí a la tienda y una campanita comenzó a tintinear sobre mí al momento en el que abrí la puerta.
Era adorable, estaba repleta de cosas realmente hermosas y que sentías que al verlas se iban a deshacer. Estaba viendo un armario, cuando una mano se poso delicadamente sobre mi hombro, haciendo que me asustara un poco.
—Lo siento. —dijo rápidamente una voz dulce y delicada. Me gire con la mano en la pecho.
—No te preocupes. —sonreí.
— ¿Se te ofrece algo?
—Oh, no. Nada, estoy buscando a la señora Paula McKinsey ¿se encuentra?
— ¿Eres Samantha? —yo asentí.
—Mucho gusto, soy Emma. —dijo ofreciéndome su mano, junto con una gran y blanca sonrisa. Era una chica delgada y un poco más alta que yo, tenía los ojos color avellana y su cabello color naranja sujetado en una coleta con un moño, la hacía ver adorable. Era muy hermosa y por un momento me sentí mal.
—Que lindo nombre. —dije sincera.
— ¿Vas a trabajar aquí? —pregunto mientras nos dirigíamos al mostrador.
—Es lo que planeo, si.
—Sería genial tener una compañera, a veces me aburro aquí sola. —dijo en un puchero. — ¿Tienes mucho tiempo de conocer a Paula?
—Si, solía ir todos los días a su casa cuando pequeña… —le comencé a platicar como los había conocido y lo mucho que los quería, ella me miraba atenta. Se veía que era una buena chica.
Por su parte, Emma, me platico cosas de su vida, no podía creer que tuviera 23 años, era más grande que yo. Pero bueno, no tiene importancia.
— ¿Tienes planeado quedarte aquí en Londres?
—Pues si… no tengo a donde más ir —me encogí de hombros. —aquí están las personas que quiero y bueno… no sé.
Estuvimos esperando a Paula y a Martin por una hora, hasta que llegaron. Martin me vio y no dudo en abrazarme como cuando era niña, aunque solo omitiendo cuando me cargaba en sus brazos. Estuve a punto de llorar, nunca hubiera imaginado verlos de nuevo y menos en esta etapa de mi vida en la que todo me va mal. Paula me saludo igual de efusiva.
—Así que veo que ya hablaste con Emma. —dijo Martin, cuando caminábamos hacia la parte trasera de la tienda.
—Si, es muy agradable, me encantara trabajar con ella.
—Y a nosotros nos encantaría también, por favor Sam, cuando quieras puedes empezar, créeme que nada nos hace más felices que tenerte aquí de nuevo. —guardo silencio y me observo detenidamente. —Paula me platico lo de tu mamá… lo siento mucho.
—Si… —suspire. —no importa. —lo mire. El hizo una pequeña mueca y me abrazo, sentía que me iba a quebrar en los brazos de aquel señor que había sido parte de mi vida, que la había hecho de padre cuando el mío salía de viaje, aquel señor que dedicaba su tiempo contándome chistes, historias y dándome lecciones de piano.
Aclare mi garganta y me separe de ese abrazo sin parecer grosera. Le dedique una media sonrisa y mire hacia mis pies, sentía que mis mejillas estaban rojas y que si no salía en cualquier momento de ese local, lloraría, mucho. — ¿Les importaría si empiezo mañana? —los mire. —De pronto no me siento bien.
—No, claro que no querida. —dijo Paula, al momento en el que apretaba mi mano. —Puedes empezar cuando te sientas preparada. —me sonrió.
—Mañana estaré aquí, lo prometo.

Salí del local, y al poner un pie fuera comenzó a llover, maldije por lo bajo y me dispuse a buscar un taxi. No dejaría que la lluvia arruinara mis planes, así que como no me sentía bien como para comenzar a trabajar, iría a una cafetería.





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espero que la historia les este gustando, en serio acepto criticas y comentarios :) bueno, el proximo jueves o viernes les subo el siguiente, toda la semana anterior no tuve cabeza para escribir, abria el word y me perdia en twitter o viendo videos hehe.
en fin!
ya saben 1O likes y algunos comentarios :)

Yanan<3

jueves, 1 de diciembre de 2011

Capítulo dieciséis.




Llegue a casa de Melanie, y como era costumbre me dejo esperando en la puerta por unos minutos. No sabía si lo hacía para molestarme, o solo porque se le olvidaba que habían tocado.
Estire mi mano y presione el timbre de nuevo, pero ahora deje mi dedo índice por un largo tiempo.
— ¡Hey! —gritaron detrás de mí, haciendo que brincara del susto.
—No vuelvas a hacer eso, Dougie. —dije girándome, el empezó a reír. Venía acompañado de Tom y Danny, quien venía muy serio.
— ¿Cómo estas, Sam? —pregunto Tom.
—Bien y ¿ustedes?
—También bien. —dijeron Tom y Dougie, Danny no dijo nada, por lo que Tom lo miro.
—Igual que ellos.
—Bueno…
— ¿Y Melanie?
—No lo sé, tengo poco más de quince minutos esperando y no me abre. —fruncí el ceño.
—Tal vez no quiere verte. —dijo Dougie.
Iba a decirle algo, cuando abrieron la puerta detrás de mí.
—Lo siento, estaba duchándome. —dijo una Melanie agitada por bajar las escaleras corriendo.

Los 4 pasamos y nos dirigimos a la sala sentándonos sobre la alfombra. Llamamos a la pizzería y en menos de 30 minutos ya estábamos cenando. Todos hablábamos y reíamos, menos Danny. ¿Qué le pasaba?… era raro, ayer todo estaba bien y ahora se comportaba conmigo, como al principio. Ni siquiera me miraba.
Comenzaba a creer que era bipolar, o no sé, pero no me gustaba que estuviera así conmigo, después habernos dicho que no nos odiábamos. Tal vez me había mentido.
— ¡Sam!
— ¡¿Qué?! —dije saliendo de mi trance.
—Te preguntaba que como te había ido en la búsqueda de trabajo…—dijo Melanie.
— ¿Estas buscando trabajo?
— ¿Por qué? — pregunto Tom.
—Si, Dougie, lo estoy buscando. Y no sé bien porque, solo sé que quiero ponerme a hacer algo, distraerme… —me encogí de hombros.
—Me parece bien que te distraigas. —dijo Tom, yo mire a Danny para ver que pensaba él, aunque no sabía porque quiera saber su opinión. El al ver que lo estaba viendo, giro su vista hacia otro lado. Eso me hizo sentir un poco mal.
— ¿Y cómo te fue?... ¡Sam!, Dios mío, andas muy distraída. —dijo al ver mi reacción a su grito.
—Lo siento… no encontré nada. —torcí la boca. —y me fui deprimida y frustrada a una cafetería y me encontré con una muy buena y vieja amiga. —sonreí. — Se llama Paula. —Melanie abrió la boca sorprendida.
— ¿Paula McKinsey? —yo asentí.
—Estuve hablando con ella y le platique de mi situación laboral y me dijo que podría trabajar con ella en su tienda de antigüedades. Así que, creo que ya tengo empleo…
—Debo irme. —dijo Danny de repente mientras se ponía de pie, yo lo mire rápidamente.
— ¿Porque? —preguntaron todos al mismo tiempo.
—Tengo cosas que hacer.
— ¿En sábado? —cuestiono Dougie.
—Si, en sábado.
—Danny…
—Tom… como sea. —suspiro y me miro rápidamente. Algo le pasaba a Danny.  Gire mi vista hacia otro lado, y nada mas escuchaba como los chicos intentaban hacer que se quedara.
—Bueno, si se quiere ir que se vaya. —dije sin pensar. Todos me miraron al tiempo en el que guardaban silencio. — ¿Qué? Es obvio que no quiere estar aquí, que se vaya y ya, sigamos comiendo pizza. —Danny me miro sorprendido y mucho más serio que hace rato.
—Si me quedaría más tiempo, pero como estas tú, no se me antoja. —ahora la sorprendida fui yo. Los chicos y Melanie solo nos miraban.
—Que pena, pero yo no me iré, así que… —estire mi mano señalando la puerta. —ese es el camino de salida, puedes irte cuando quieras. —tome un pedazo de pizza y lo metí a mi boca. Danny bufo y camino con paso seguro hacia la entrada.
—Hey Danny, no le hagas caso, quédate. —dijo Melanie rápidamente.
—No, ya me aburrí y se me quito el hambre. Nos vemos. —dijo cerrando la puerta fuertemente.
Se produjo un silencio incomodo. Yo avente la pizza de regreso a la caja. No sabía porque había reaccionado así.
— ¿Acabas de correr a Danny de mi casa? —pregunto Mel molesta. —Samantha te estoy hablando ¿Qué pasa contigo? —Tom y Dougie nos miraban aun sorprendidos. —Está bien que seas mi amiga, pero el también es mi amigo y esta es mi casa… ¿Por qué lo hiciste?
Me puse de pie y camine hacia uno de los sofás.
— ¡Samantha!
—Ya me voy. —dije poniéndome mi sweater.
— ¿Qué? ¡No!, ¡Explícame que te pasa…!
Seguí caminando hacia la puerta, con una Melanie furiosa detrás de mí. Fui más rápida que ella, así que cuando llego hacia la puerta, yo ya estaba caminando por la acera, sin prestarle atención. Solo logre escuchar el golpe de la puerta al cerrarse.
Me deje caer sobre la banqueta, abrazando mis piernas del frio aire. ¿Qué fue lo que había pasado? ¿Por qué había reaccionado así? Danny es un idiota, no puedo creer que me afecte que este así, ¿Por qué? No tendría porque importarme lo que pasa con su vida, al parecer todo lo de ayer fue una farsa, sabía que él era así, para todo quería sacar su lado de “soy el más ligador y puedo tener a la chica que quiera” pero eso no funcionaria conmigo.

|Melanie|
Cerré la puerta muy molesta. Camine hacia la sala y me encontré con las miradas sorprendidas de Tom y Dougie.
— ¡Argh! —gruñí sentándome al lado de Dougie en el piso. —No puedo creer que se comporte como una niña chiquita. Lo siento. —dije.
—Si bueno, no importa. Somos amigos, no te preocupes. —dijo Tom.
— ¿Qué le pasa? No la entiendo.
—Ni nosotros entendemos a Danny. —dijo Dougie encogiéndose de hombros.
—Bueno, creo que la cena termino, me voy… ¿vienes Dougie? —pregunto Tom.
—No. —me miro. —Te veo en un rato mas, me quedare a ayudarle a Melanie a limpiar todo.
—De acuerdo. —se puso de pie y camino hacia donde estábamos, inclinándose un poco para darme un beso en la mejilla. —hablamos luego.

Tom se fue y yo me quede con Dougie, aun ambos en el piso. Recargue mi cabeza sobre su hombro, al tiempo en el que el pasaba sus brazo detrás de mí. No entendía el comportamiento de Samantha, ¿Qué pasaba con ella? Y también con Danny, eran tan estresantes y bueno, entiendo a Danny, ¿pero Samantha qué? Lo que le dijo a Danny estaba fuera de lugar.
—Tal vez no tuvo un buen día.
—Me lo hubiera dicho. —dije. —además, no tenia porque correr a Danny de mi casa, es mi amigo también.
—Tal vez lo del armario no funciono. —beso la parte superior de mi cabeza.
— ¿Y eso? —dije refiriéndome al beso.
—No lo sé, ¿te molesto? —pregunto preocupado. Yo solo negué con la cabeza y él me abrazo más fuerte. —Lo suponía.
—Dougie…
—Dime.
— ¿Que somos? —pregunte. El no dijo nada.
Bueno, tal vez no debía de haber preguntado eso.




|Tom|

Salí de casa de Melanie, pensando en cómo se había regresado Sam a su casa, si ya era tarde… pero cuando me dirigía para mi auto, vi a alguien sentado sobre la acera, debajo de un gran farol. Supuse que era un vagabundo, así que me acerque para darle unas cuantas monedas, pero al estar lo suficientemente cerca para ver sin forzar la vista, me di cuenta de que era Sam. ¿Qué hacia ahí? O más bien… ¿Cuánto tiempo tenia aquí fuera?
Se había puesto un pequeño gorro y se abrazaba las piernas, así que no me había visto llegar, me senté a su lado.
—Hace frio. —dije mientras intentaba calentar mis manos.
—No tanto.
— ¿Segura? Yo veo que te estás congelando.
—No. Estoy bien. —dijo sin mirarme aun.
—Sam…
—Tom… no quiero hablar de lo que paso dentro.
—Solo quiero saber ¿porque?
—Porque ni yo misma se que fue lo que paso…—me miro. Parecía que había llorado y debajo del ojo izquierdo tenía un ligero color morado. —Pensaba que todo estaba bien entre nosotros y… —tomo aire, para así regresar su vista al frente. — no es así, tal vez nunca podremos ser amigos. —rio irónica­—. Pero claro, no digo que sea mi amigo, si no quiere… ¿pero qué necesidad había de que me dijera que no me odiaba y todo eso? ¿Y la cena del otro día? ¿Y las platicas que tuvimos en ese armario cuando nos dejaron dentro? Tal vez todo fue una farsa para no aburrirse y quedar bien... no sé con quién, pero no creo ya nada de lo que dijo. Y ya no intentare agradarle una vez más, con esta es la tercera, y no merece mi tiempo.
—Lo entiendo, Sam. No sé qué le pasa a Danny…
—Desde que llegaron a casa de Melanie—me interrumpió—, estaba raro conmigo, se comportaba como cuando lo conocí, igual de arrogante, como si pudiera tener a todas las chicas del mundo a sus pies, pero no, Tom. Si sigue así se quedara solo y ahí estaré yo riéndome. Si, lamento haber sido grosera, pero no me iba a quedar callada, si alguien no quiere estar en el mismo lugar que yo, que se vaya… —guardo silencio— Lo siento, sé que es tu amigo y que puede que no te guste como me expreso de él, pero es un completo idiota. —yo solo la escuchaba, en parte ella tenía razón de lo que decía, no entendía el ánimo tan cambiante de Danny, ni yo, siendo su amigo por tantos años comprendía muy bien que le sucedía.
—Hablare con él, Sam.
—No lo hagas, no hables con el solo porque dije todo eso… no quiero problemas entre ustedes. Si vas a hablar con él, hazlo por qué quieres, porque siendo sincera, tu amigo necesita que alguien lo escuche. —me miro fijamente, a pesar de todo, parecía que ella se preocupaba por él.
—Sam, ¿te puedo preguntar algo? —ella asintió aun triste y molesta.
— ¿Te gusta Danny?








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Ya es diciembre, ¿y que hice durante todo el año? nada, solo fangirlee. lol, como sea... 
En serio espero no les este aburriendo el fic jhdfdgb dejenme sus comentarios, regaños, criticas constructivas, lo que quieras :B
y ya saben 1O+ likes y subo el lunes :D

yanan.





pd. no se porque, pero cuando escribo los caps en word se ven mas largos (y eso que uso letra pequeña  pero bueno... ya que)

lunes, 28 de noviembre de 2011

Capítulo quince.





Me levante cuidadosamente, ya que las persianas estaban cerradas y me impedían ver con claridad, busque con cuidado el interruptor para encender las luces de mi dormitorio. Eran las 8:15 de la mañana. ¿Qué hacia despierta tan temprano? Bueno, había decidido salir a buscar trabajo, está bien, tengo dinero… pero necesitaba algo con que distraerme, no podía estar molestando a Melanie, ni mucho menos a los chicos, en vista de que eran los únicos amigos que tenia.

Camine hacia el baño y abrí el grifo, esperando que el agua se pusiera un poco caliente.
Refresque mi cara y me quede viendo mi reflejo en el espejo, otra pelea, otro ojo morado. En realidad por más que pensara, no sabía el porqué Ken se portaba tan mal conmigo, ¿Por qué los golpes? No podía hacer nada, y aunque quisiera, no debía. Promesas son promesas.

Fui directo hacia mi armario y saque unos jeans y una camiseta de vestir, junto con unas botas y un ligero sweater. Quería ir presentable, pero no lo suficiente formal. Me cepille el cabello, dejándolo suelto. Mi cabello me llegaba un poco abajo del busto y tenía una ligeras ondas, así que no se veía mal si lo llevaba así, solo hice una pequeña trenza a la altura de mi fleco, sujetándola con una horquilla. Hubiera deseado lo más natural posible, pero tuve que maquillarme para ocultar lo morado debajo de mi ojo.

Después de dejarle preparado todo a Ken, salí con mi bolso, un periódico y tome el taxi que me estaba esperando fuera.

***

Cansada de estar buscando trabajo, fui a una pequeña cafetería.
Ya en mi mesa y con un té helado frente a mí, me puse a ver las posibilidades que me quedaban, ya que de las 20 que había elegido, en al menos 15 me habían dicho que no era lo que necesitaban. Me sentía realmente frustrada.
—Ok, esta ya no me gusto —dije en voz baja, mientras hacía una cruz sobre un trabajo de niñera. —Veamos esta…— trabajo en un zoológico… ¿realmente había elegido eso? — definitivamente no.
Al termino de leer todas las opciones que me quedaban, me di cuenta que no tenía nada. Gruñí un poco, mientras colocaba mis manos en mi rostro.

Sentía que alguien me observaba muy de cerca, así que alce mi cabeza y me tope con una señora algo regordeta mirándome con insistencia, yo me gire, para ver si no tenía a alguien sentado en la mesa detrás de mí, pero no había nadie. Así que me gire para verla de nuevo, me miraba como preguntándose si yo era real.
— ¿Se le ofrece algo? —pregunte amablemente.
—Yo… lo siento, es que te pareces demasiado a alguien… pero no…—dijo una palabra tras otra.
— ¿En serio? —pregunte divertida. — ¿Quién querría parecerse a mí?
La señora era adorable, tenía el cabello corto y blanco, sus mejillas estaban rosas y sus ojos eran cafés y cansados por los años.
—Bueno, eres una muchacha muy linda, por lo mismo te observaba. Hace mucho yo conocía a una niña, mas bien, que es muy parecida a ti… —dijo sentándose en mí mesa.
— ¿Y qué paso con ella?
—Pasaron varias cosas, que hicieron que saliera del país junto con su mamá. —decía sin quitarme la vista de encima. Lo último que dijo me había hecho pensar… pero no, sería mucha coincidencia.
— ¿Y cómo se llamaba? —ella sonrió ante mi pregunta.
—Era una niña muy inteligente, llena de vida y risueña, siempre se la pasaba jugando con los pájaros, dibujando o intentando tocar el piano de mi esposo, su nombre era Samantha, pero odiaba que le dijeran Sam. —termino con una sonrisa más grande y un ligero brillo en los ojos. De mi parte, yo me atragante con mi bebida, estuve a punto de escupirla. — ¿te encuentras bien, querida? —pregunto preocupada.
—Si, solo que… es mucha coincidencia…—dije sin mirarla. — ¿me podría decir su nombre? —pedí.
—Por supuesto, me llamo Paula McKinsey.
¿Paula? ¿Paula McKinsey? ¡No podía ser ella! Era una gran amiga de mi madre, ella me cuidaba cuando mis padres salían de viaje, era como una abuela para mi… recuerdo todas las tardes que pasaba en su casa jugando e intentando tocar ese gran piano de cola negro. Era hermoso… ¿Cómo podía haberla olvidado?
Los ojos se me empezaron a humedecer, la mire con la boca en una muy formada “o”
—No puedo creerlo…
— ¿Sam? ¿Mi Samantha? —yo asentí, estaba a punto de llorar. Me puse de pie y me senté a su lado. Ella me miro, hace mucho no me miraban así, con amor, con ternura, me deje ir a sus brazos y haciendo que me abrazara fuertemente. Me separe poco a poco y me acomode el cabello de nuevo, tome aire y recupere la compostura. — ¿Qué haces aquí, en Londres? —dijo después de unos minutos.
—Es una larga historia, Paula. —dije torciendo la boca. Ella miro el gran reloj de pared, que estaba detrás de mí.
—Bueno, tenemos toda la tarde. —me regrese a mi lugar, para así quedar frente a ella. Le platique que había muerto mi madre y que por eso había regresado, porque ella quería ser enterrada aquí. —Lamento muchísimo escuchar eso. —dijo con un dejo de tristeza en su voz.
—Yo también, no sabes… —suspire.
— ¿Dónde te estás quedando?
—Con mi padrastro.
—Oh… así que se volvió a casar…
—Si, y no niego que fue feliz mientras estuvo con él, solo que no me cae muy bien…
Estuvimos varias horas hablando de mi vida y la de ella, aunque claro esta de la mía no pude contarle casi nada, solo que me había graduado de la universidad. En cambie ella me platico de muchas cosas, que sus hijos Max y Leonardo ya se habían casado y ahora era abuela. De su esposo Martin, solo me platico que seguía igual que siempre de consentidor, solo que ahora lo hacía con sus nietos. Me dijo que se pondría feliz de verme. Y bueno, yo también quería verlo. Había pasado muchos de mis mejores momentos ahí, con ellos dos.
— ¿Y ese periódico? —dijo mientras le daba un sorbo a su café.
—Planeaba ponerme a trabajar, pero parece que no nací para ninguno de los trabajos que aquí piden —dije mostrándole todas las cruces rojas.
— ¿Trabajar? ¿Y tu porque quieres trabajar?
—No lo necesito, pero quiero distraerme, sentirme productiva y bueno… no quiero ser una carga para Melanie y sus amigos, los cuales ahora son míos —dije sonriendo.
— ¿Una carga?
—Si, todos ellos trabajan, son parte de la banda McFly —dije sonriendo— y Mel, ella también trabaja.
—Ya entiendo, no sabía que Melanie estaba aquí por cierto. Tengo mucho sin verla…
—Sigue igual de loca. —ambas reímos. Ella se quedo en silencio por un momento.
— ¿Sabes, Sam?
—Dime…
—Martin y yo tenemos una tienda de antigüedades, una jovencita como tu edad más o menos trabaja con nosotros y bueno… no creo que a Martin le moleste tener otra empleada, nosotros ya somos viejos y pues ella no puede sola… ¿Te gustaría trabajar con nosotros?
— ¿Es enserio? —los ojos se me iluminaron.
— ¡Claro que sí! Te daré una tarjetita con nuestra dirección y vas mañana si quieres, o cuando puedas. Martin se pondrá feliz.
Saco un papelito de su bolso y me lo tendió. Lo leí y lo guarde en mi bolso.
—Muchas gracias. —dije poniéndome de pie y besando su mejilla.

Mi celular sonó, haciendo que me acomodara de nuevo en mi asiento. Era mensaje de Melanie.
“Noche de pizzas en mi casa, te espero.”

Le respondí al mensaje a Mel y después de eso, Paula me dijo que debía irse. Así que salimos juntas de la pequeña cafetería, haciéndome prometerle que iría a su tienda.
En serio me había alegrado demasiado verla, era como, no sé cómo explicarlo, pero me hacía sentir tan cerca de mi madre… Al parecer la vida no me odiaba del todo, porque me estaba poniendo personas increíbles a mí alrededor y regresando viejas amistades.









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acá esta el capitulo, quedo un poco corto, cuando lo escribí se via largo .____., en fin espero les guste. ya saben 10 likes  y algunos comentarios subo el jueves-viernes :) es que en serio quiero ver cuantas personas lo leen afjhsdfjhsd.

Yanan.