Tenía ya una semana
trabajando en la tienda de antigüedades de Paula y Martin, así como también,
tenía una semana sin hablar con Melanie. Al día siguiente de lo que paso con
Danny en su casa, la llame tres veces, y en ninguna me respondió, así que…
tenía una semana sin hablar con ella y sin ver a los chicos, solo mantenía
contacto con Tom por teléfono y con Karen y Harry vía Skype, con Dougie no, ya
que por lo que Tom me había dicho, él y Melanie habían comenzado a salir
formalmente y bueno, simplemente no lo llamaba porque sabía que estaría con
ella. Lo sé, soy muy orgullosa, pero yo no había hecho nada, así que no le
llamaría de nuevo.
Cambie el letrero de
cerrado por el de abierto y comencé a abrir las persianas para que la luz del
sol entrara a la tienda. Estaba muy feliz, estaba haciendo una muy buena
amistad con Emma, ella era realmente adorable, siempre tenía una sonrisa en su
cara, además de que era un poco tímida.
— ¡Hey Sam! ¿Lista para otro día lleno de trabajo? —pregunto sarcásticamente Emma, al momento en que entraba a la tienda.
—Esperemos hoy sea un buen día… aunque a veces me pregunto ¿habrá gente que en serio compre antigüedades? —reí por lo bajo. Ella se acercó a mí y me saludo con un beso y un abrazo.
—Bueno… yo. —dijo tímida.
—Lo sé. Por eso lo decía. —le guiñe el ojo.
— ¿Cómo estuvo tu fin de semana? —inquirió mientras se sentaba en el taburete que estaba a mi derecha. Yo despegue mi vista de la computadora y la mire.
—Muy aburrido, no hice nada, excepto comer y comer… oh sí, y dibuje algunas cosas. ¿Qué hay de ti?
—Wow, pensé que yo era aburrida, pero te conocí. —me dio un golpe en la cabeza. —Fui al cine con mis padres, y… bueno… tampoco hice nada. —me miro cuidadosa.
—Somos patéticas.
— ¿Perdón? Yo no soy patética, solo no me gusta lo que a todos le gustan, no me aburrí, tal vez no tenga un gran círculo social, pero así soy feliz.
—Lo siento, no quise decir eso. Solo que, no me hagas caso Emma. —suspire. —No la he pasado muy bien que digamos.
— ¿Tu amiga sigue sin hablarte?
—Bueno… yo tampoco lo intente de nuevo, solo la llame tres veces y no respondió ninguna vez.
— ¿Y qué tal si sí hubiera respondido a la siguiente llamada?
—Siempre me doy y les doy a las personas tres oportunidades —dije. —no sé porque, pero así soy yo. —ella se encogió de hombros.
Empezó a entrar gente a la tienda, así que nos pusimos a atender, ella siempre atendía con una sonrisa, yo la miraba y me preguntaba si no le dolían las mejillas de tanto sonreír, parecía sacada de un cuento.
Me dirigí hacia unos chicos que estaban mirando unos viejos instrumentos de música.
— ¿Les puedo ayudar en algo? —dije colocándome detrás de ellos con los brazos en jarras. Cuando se giraron, quitándose la capucha, me había dado cuenta de que eran Tom y Harry, así que me les avente y los abrace. — ¿Qué hacen aquí?
—Venimos a saludarte. —dijo Harry. —Ya que si no veníamos a ti, tú ya no irías a nosotros.
—Eso es mentira. —hice una mueca.
—“No creo ir, es que estará blah, blah, blah” ¿te suena conocida esa frase? —lo mire fijamente con el ceño fruncido.
—Deja de torturarla, Harry. — me defendió Tom. —aunque tienes razón.
—Basta, como sea, ¿Cómo supieron que trabajaba aquí?
—Oye, Sam…—dijo Emma, quien venía caminando sin despegar su vista de la libreta que tenía en sus manos, tropezando con Tom. —Lo siento. —dijo poniéndose roja como tomate.
—No te preocupes. —le sonrió.
—Oh… —se acercó a mí y murmuro en mi oído. — ¿Sabes con quien estás hablando? —intentando no gritar, yo reí. Tom y Harry nos miraban divertidos.
—Si lo sé, chicos… —Emma me miro con los ojos bien abiertos, mientras intentaba no gritar o desmayarse, o ambas. —Ella es Emma, mi amiga y compañera de trabajo. Emma, ellos son…
—Se quiénes son. —dijo casi en un susurro, sin dejar de mirar a Tom.
—Mucho gusto, Emma. —Dijeron ambos, mientras le daban un beso en la mejilla
—Bien…—junte mis manos. —Son mis amigos.
—Y yo que pensaba que tu vida era aburrida.
—Lo es. —dijo Harry guiñándole el ojo, como si le estuviera contando un secreto. Yo bufe.
—Oye Sam, —continúo Tom. —No nada más vinimos de visita, queríamos invitarte a una presentación que tendremos este viernes.
— ¿En serio? ¿Dónde? Si voy.
—Es en la feria, a las afueras de Londres. ¿Si iras verdad? —pregunto Harry. —Tú también estas invitada Emma. — ella sonrió ampliamente.
—Oh, muchísimas gracias, pero…
—Nada, si iremos. —dije rápidamente. Sería la primera vez que los vería en vivo y no me lo perdería por nada.
—Perfecto. —dijo Harry frotándose las manos, como si de un plan maligno se tratara, yo lo mire raro y Emma reía ante ese acto.
—Bueno chicas, es hora de que nos vayamos. —dijo Tom acercándose a mí, mientras me rodeaba con sus brazos. Suspire sobre su hombro. — ¿Te encuentras bien? —dijo en mi oído, yo me encogí de hombros.
—Todo bien. —dije separándome de él y dándole un beso en la mejillas. —Adiós, señor músculos. —me acerque a Harry y lo abrace, el me elevo en sus brazos. — ¿Podrías bajarme? —pedí.
—Wow, es como si levantara una pluma. —dijo mientras me bajaba. — ¿Segura que te alimentas? —lo golpee en el hombro.
—Un gusto conocerte, Emma. —dijo Tom. Ella se sonrojo y él le sonrió de una manera muy linda.
—Las esperamos ahí ¿eh? —concluyo Harry, despidiéndose de Emma.
—Sí, sí. Adiós.
— ¡Hey Sam! ¿Lista para otro día lleno de trabajo? —pregunto sarcásticamente Emma, al momento en que entraba a la tienda.
—Esperemos hoy sea un buen día… aunque a veces me pregunto ¿habrá gente que en serio compre antigüedades? —reí por lo bajo. Ella se acercó a mí y me saludo con un beso y un abrazo.
—Bueno… yo. —dijo tímida.
—Lo sé. Por eso lo decía. —le guiñe el ojo.
— ¿Cómo estuvo tu fin de semana? —inquirió mientras se sentaba en el taburete que estaba a mi derecha. Yo despegue mi vista de la computadora y la mire.
—Muy aburrido, no hice nada, excepto comer y comer… oh sí, y dibuje algunas cosas. ¿Qué hay de ti?
—Wow, pensé que yo era aburrida, pero te conocí. —me dio un golpe en la cabeza. —Fui al cine con mis padres, y… bueno… tampoco hice nada. —me miro cuidadosa.
—Somos patéticas.
— ¿Perdón? Yo no soy patética, solo no me gusta lo que a todos le gustan, no me aburrí, tal vez no tenga un gran círculo social, pero así soy feliz.
—Lo siento, no quise decir eso. Solo que, no me hagas caso Emma. —suspire. —No la he pasado muy bien que digamos.
— ¿Tu amiga sigue sin hablarte?
—Bueno… yo tampoco lo intente de nuevo, solo la llame tres veces y no respondió ninguna vez.
— ¿Y qué tal si sí hubiera respondido a la siguiente llamada?
—Siempre me doy y les doy a las personas tres oportunidades —dije. —no sé porque, pero así soy yo. —ella se encogió de hombros.
Empezó a entrar gente a la tienda, así que nos pusimos a atender, ella siempre atendía con una sonrisa, yo la miraba y me preguntaba si no le dolían las mejillas de tanto sonreír, parecía sacada de un cuento.
Me dirigí hacia unos chicos que estaban mirando unos viejos instrumentos de música.
— ¿Les puedo ayudar en algo? —dije colocándome detrás de ellos con los brazos en jarras. Cuando se giraron, quitándose la capucha, me había dado cuenta de que eran Tom y Harry, así que me les avente y los abrace. — ¿Qué hacen aquí?
—Venimos a saludarte. —dijo Harry. —Ya que si no veníamos a ti, tú ya no irías a nosotros.
—Eso es mentira. —hice una mueca.
—“No creo ir, es que estará blah, blah, blah” ¿te suena conocida esa frase? —lo mire fijamente con el ceño fruncido.
—Deja de torturarla, Harry. — me defendió Tom. —aunque tienes razón.
—Basta, como sea, ¿Cómo supieron que trabajaba aquí?
—Oye, Sam…—dijo Emma, quien venía caminando sin despegar su vista de la libreta que tenía en sus manos, tropezando con Tom. —Lo siento. —dijo poniéndose roja como tomate.
—No te preocupes. —le sonrió.
—Oh… —se acercó a mí y murmuro en mi oído. — ¿Sabes con quien estás hablando? —intentando no gritar, yo reí. Tom y Harry nos miraban divertidos.
—Si lo sé, chicos… —Emma me miro con los ojos bien abiertos, mientras intentaba no gritar o desmayarse, o ambas. —Ella es Emma, mi amiga y compañera de trabajo. Emma, ellos son…
—Se quiénes son. —dijo casi en un susurro, sin dejar de mirar a Tom.
—Mucho gusto, Emma. —Dijeron ambos, mientras le daban un beso en la mejilla
—Bien…—junte mis manos. —Son mis amigos.
—Y yo que pensaba que tu vida era aburrida.
—Lo es. —dijo Harry guiñándole el ojo, como si le estuviera contando un secreto. Yo bufe.
—Oye Sam, —continúo Tom. —No nada más vinimos de visita, queríamos invitarte a una presentación que tendremos este viernes.
— ¿En serio? ¿Dónde? Si voy.
—Es en la feria, a las afueras de Londres. ¿Si iras verdad? —pregunto Harry. —Tú también estas invitada Emma. — ella sonrió ampliamente.
—Oh, muchísimas gracias, pero…
—Nada, si iremos. —dije rápidamente. Sería la primera vez que los vería en vivo y no me lo perdería por nada.
—Perfecto. —dijo Harry frotándose las manos, como si de un plan maligno se tratara, yo lo mire raro y Emma reía ante ese acto.
—Bueno chicas, es hora de que nos vayamos. —dijo Tom acercándose a mí, mientras me rodeaba con sus brazos. Suspire sobre su hombro. — ¿Te encuentras bien? —dijo en mi oído, yo me encogí de hombros.
—Todo bien. —dije separándome de él y dándole un beso en la mejillas. —Adiós, señor músculos. —me acerque a Harry y lo abrace, el me elevo en sus brazos. — ¿Podrías bajarme? —pedí.
—Wow, es como si levantara una pluma. —dijo mientras me bajaba. — ¿Segura que te alimentas? —lo golpee en el hombro.
—Un gusto conocerte, Emma. —dijo Tom. Ella se sonrojo y él le sonrió de una manera muy linda.
—Las esperamos ahí ¿eh? —concluyo Harry, despidiéndose de Emma.
—Sí, sí. Adiós.
Ya que se fueron,
Emma me miro con cara de “¿!porque no me lo habías dicho antes?!”
—No es algo que tenga importancia. —dije caminando hacia el mostrador, para hacer el conteo final del día, ya que hoy solo trabajábamos medio día.
—Claro que si la tiene. —dijo colocándose frente a mí.
—Para mí no, ellos son solo personas normales, Emma.
—Lo sé, pero son una banda famosa aquí, ¿sabes que millones de chicas matarían por ser tú? —yo solté una carcajada.
—Solo soy su amiga.
— ¡¿Y?!
—Tranquila, ahora ya los conoces… son adorables ¿no? —ella suspiro. Y yo negué con la cabeza. Camine hacia la trastienda y saque mi bolso y chaqueta. — ¿Nos vamos?
—No es algo que tenga importancia. —dije caminando hacia el mostrador, para hacer el conteo final del día, ya que hoy solo trabajábamos medio día.
—Claro que si la tiene. —dijo colocándose frente a mí.
—Para mí no, ellos son solo personas normales, Emma.
—Lo sé, pero son una banda famosa aquí, ¿sabes que millones de chicas matarían por ser tú? —yo solté una carcajada.
—Solo soy su amiga.
— ¡¿Y?!
—Tranquila, ahora ya los conoces… son adorables ¿no? —ella suspiro. Y yo negué con la cabeza. Camine hacia la trastienda y saque mi bolso y chaqueta. — ¿Nos vamos?
Salimos y caminamos
hasta la esquina de la calle. Íbamos charlando y riendo, ella no dejaba de
hablar de Tom, yo la veía raro, esto no era normal para mí.
— ¿Qué vas a hacer ahorita? —pregunte deteniendo mi paso.
— ¿Ir a casa?
— ¿Me acompañarías a la oficina de correos?
—Seguro… ¿a quién le enviaras carta? —dijo golpeando mi codo, con una sonrisa pícara.
—Mmm, a nadie importante. Enviare un dinero, veras… el otro día no me quisieron recibir un billete de £20 libras… — y le comencé a platicar la historia del día del Starbucks, mientras reanudábamos el paso. —Así que mejor le enviare el dinero y una nota de agradecimiento.
— ¿Hablas enserio?
— ¿Por qué no lo haría?
—Es algo ilógico, vas a gastar en un timbre postal y sobres y todo eso que se usa en las cartas, en vez de invitarle un café a un tipo que por lo que me platicas, estaba hermoso.
—Sí, tenía algo. Pero no pensaba volverlo a ver para pagarle un café.
Metí el sobre en el buzón, junto con una nota:
“Adam, acá esta lo que te debo del café, me la pase muy bien el otro día. Eres un caballero, en serio. Muchas gracias. Samantha.”
Me despedí de Emma y cada quien camino hacia diferentes direcciones. Tenía una semana sin ver, ni saber nada de Danny… ¿estaría bien? Tome mi celular y busque en mis contactos su nombre, ¿le llamaba? Negué con la cabeza y guarde mi móvil en mi bolso de nuevo. —Estás loca. —me dijo mi voz interior.
No quería ir a casa, así que iría a donde Melanie trabajaba, para hablar con ella, extrañaba a mi mejor amiga y no dejaría que por una estupidez —porque en realidad lo había sido—, nos distanciáramos.
— ¿Qué vas a hacer ahorita? —pregunte deteniendo mi paso.
— ¿Ir a casa?
— ¿Me acompañarías a la oficina de correos?
—Seguro… ¿a quién le enviaras carta? —dijo golpeando mi codo, con una sonrisa pícara.
—Mmm, a nadie importante. Enviare un dinero, veras… el otro día no me quisieron recibir un billete de £20 libras… — y le comencé a platicar la historia del día del Starbucks, mientras reanudábamos el paso. —Así que mejor le enviare el dinero y una nota de agradecimiento.
— ¿Hablas enserio?
— ¿Por qué no lo haría?
—Es algo ilógico, vas a gastar en un timbre postal y sobres y todo eso que se usa en las cartas, en vez de invitarle un café a un tipo que por lo que me platicas, estaba hermoso.
—Sí, tenía algo. Pero no pensaba volverlo a ver para pagarle un café.
Metí el sobre en el buzón, junto con una nota:
“Adam, acá esta lo que te debo del café, me la pase muy bien el otro día. Eres un caballero, en serio. Muchas gracias. Samantha.”
Me despedí de Emma y cada quien camino hacia diferentes direcciones. Tenía una semana sin ver, ni saber nada de Danny… ¿estaría bien? Tome mi celular y busque en mis contactos su nombre, ¿le llamaba? Negué con la cabeza y guarde mi móvil en mi bolso de nuevo. —Estás loca. —me dijo mi voz interior.
No quería ir a casa, así que iría a donde Melanie trabajaba, para hablar con ella, extrañaba a mi mejor amiga y no dejaría que por una estupidez —porque en realidad lo había sido—, nos distanciáramos.
Igual se les va a hacer un poco aburrido, pero son capítulos que deben de ser publicados, hehehe. aun así así les guste.
chicas, tengo una mala noticia, por 3 razones estaré subiendo 1 vez por semana (si puedo subo 2 veces, pero no les aseguro aun nada) la primera razón es que, no tengo pila en mi laptop y mi cargador ha muerto, la segunda es porque, como no tengo donde escribir capítulos, los estoy escribiendo en el iPod y mi hermano no siempre me puede prestar su compu para editarlos y subirlos :c y la tercera, es porque falta poco para navidad y mi papa tiene un restaurante, así que debo ayudarle a hacer los pedidos de comida que le hagan y todo eso, así que estaré un poco cargada de trabajo. aun así, no dejare de subirles capítulos, y claro si puede les subo como siempre 2, aun así, creo que a partir de la próxima semana les subo los miércoles ¿que dicen? o ¿prefieren que siga subiendo cada lunes?
en serio espero me entiendan y tampoco espero perder lectoras, estoy muy emocionada escribiendo este fic, pero bueno, así me quede con 1 persona leyendo, no la dejare de subir...
que tengan bonita semana, las quiero.
cualquier cosa ya saben donde buscarme @waalinthesuun.
¡por cierto! a Adam, me lo imagine como Joe. pero ustedes imaginenselo como mejor les guste :)
ya saben 10+likes y comentarios
¡un besote!
Yanan.
me encanto! espero pronto puedas subir te esperaremos c: nos vemos la prox semana
ResponderEliminargracias por subir
está genial la novela, sinceramente es una de mis preferidas, todos los capítulos me parecen super interesantes :)
ResponderEliminarAh! y yo apenas leí Adam Miller me imaginaba a Joe además que lo describiste haha me gusta imaginarlo a él
Estaré por aqui la otra semana :D
muy linda tu novela!
ResponderEliminarpara mi deberías subir los capitulos los lunes
besos!
Amo tu novela, me encanta, me encanta.
ResponderEliminarNo se porque quiero al padre de vuelta, digo, asi Danny la defenderia <3
Ya leí todos los capítulos, y de todas las novelas que me pasaste, empecé por la tuya. ME ENCANTA, te juro que me fascina. Y me muero por saber qué pasó con Danny :B Un beso, sis, cuidate :)
ResponderEliminar¡Ajá! Lo sabía, sabía que era Joe. O bien, yo me lo imaginé...
ResponderEliminarOh, y qué cosa. Qué bueno (?) que no estaba cada que subías uno por semana, no hubiera sobrevevido :o, pero no te hubiera abandonado... Tú novela es excelente.