lunes, 22 de octubre de 2012

Capítulo cincuenta y nueve.



Las hojas del calendario seguían cayendo, y ya nos encontrábamos en noviembre. Adam se había estado comportando extraño conmigo los últimos días, al igual que Emma, siempre que estábamos juntos los tres, y yo por alguna razón debía ponerme de pie o alejarme de ellos, al regresar los encontraba hablando bajo, como si trataran de excluirme de sus ideas, pero en cuanto me veían, regresaban a su posición y se ignoraban. Trataba de no tomarle importancia, pero había veces en las que sinceramente si me ponía a pensar en eso.

— ¿Pero no son novios? Quiero decir, tú y Adam…—pregunto Melanie del otro lado de la línea. Yo, mientras me estaba arreglando, ya que tenía una cena con Adam.
—Er… no. —admití.
—Entonces, creo yo, no están en posición de reclamarle algo, solo hablan… además, Emma esta con Tom, y no creo que sea de esas chicas que engaña a su mejor amiga y a un hombre como Tom…
—No quiero dudar de nadie…
—Lo estas haciendo.
—Es inevitable, no se desde cuando me volví tan insegura…
—Desde que te gusto…
—No digas su nombre
—la interrumpí. —Estoy muy feliz con lo que tenemos, o tal  vez no tenemos, pero bueno… lo que esta pasando conmigo y Adam en estos momentos…
—Entonces no desconfíes, tal vez todo tenga una respuesta.

—Tal vez… Gracias, Mel. Te extraño, en serio, ¿Cuándo regresaras?
—Creo estar allá para Navidad, pero no se, depende de como salga todo. —
Guardo silencio— ¿Cómo esta Dougie? —Pregunto con una ligera tristeza en su voz
—El esta bien… ¿entonces es definitivo? ¿No regresaran? La ultima vez que supe, dijeron que era mientras estabas de viaje…
—No sé, Sam, todo es tan complicado… no puedo dejar a mi mamá en estos momentos
—la mamá de Mel había sido diagnosticada con cáncer en el seno, unas semanas atrás— sé que él lo entiende, pero no quiero que me esté esperando por años, ¿sabes? Quiero que sea feliz.
—Entiendo.
—y realmente lo entendía, solo que me ponía triste ver mal a dos de mis mejores amigos. — ¿Cómo esta tu mamá?
—Esta mejor, va reaccionando bien a las quimioterapias, lo bueno, si es que hay algo bueno en todo esto, es que fue todo demasiado rápido, y pudieron moverse a tiempo. La próxima semana empezara a ir con un terapeuta, para que le ayude a sobreponerse a la operación.
—Me hubiera encantando estar con ustedes en esos momentos tan difíciles.
—Siento no habértelo dicho.
—Estas perdonada…  Pero ¿ya quedo libre de cáncer?
—Los doctores dicen que si, pero no quieren cantar victoria hasta que termine la quimio.
—Me alegro, en serio, dale un abrazo de mi parte y dile que la quiero.
—Yo le digo. Sam, debo cortar, ya va a salir de su sesión… ¿estamos en contacto? Te quiero, salúdame a todos.

Al terminar la llamada, el interfon sonó, avisándome que el taxi que había pedido ya estaba abajo. Habíamos quedado de vernos en su casa. Casi corriendo, me coloque los tacones y los aretes y salí como una bala de mi departamento.
Media hora después, me encontraba caminando hacia la puerta de su casa, no había movimiento, y todo esto se sentía como un déjà vu. De mi bolso saque la llave que Adam me había dado cuando vivía aquí y abrí la puerta, pero así como el exterior, adentro también estaba todo en silencio. Cerré la puerta y camine hacia la sala, la cual estaba ligeramente iluminada por la lámpara que estaba al lado del sofá.
— ¿Adam? Ya estoy aquí. —grite, pero no se escuchaba nada, solo vi que Winston se acercaba a mi, me dio risa el verlo vestido con un esmoquin, deje mi bolso sobre el sillón y me puse a su altura y jugué con sus orejas, cuando me di cuenta de que de su collar colgaba una nota, la tome, las desdoble y comencé a leerla. 

 “Samantha, o Sam para los amigos… ¿quisieras que todo esto fuera oficial? Xxxx”

Al momento de terminar de leerla, las luces se encendieron tenuemente, iluminando toda la habitación, dejando ver que la mesa estaba puesta para dos. Mi boca formo una gran O, y Adam apareció frente a mí con una sonrisa tímida. Me ayudo a enderezarme, yo seguía sin darle crédito a lo que veía.
—Si… bueno… creo que ahora ya puedes decir algo. —dijo después de unos minutos.
Me mordí mi labio inferior, mientras le daba otra leída a su nota… no quería reírme en su cara, pero fue inevitable. El me veía con un gran signo de interrogación en su rostro, no sabia como reaccionar, estaba totalmente confundido.
Me acerque un poco mas a él, coloque mis dos brazos al lado de su cabeza sobre sus hombros y lo mire fijamente.
— ¿Quisieras que todo esto fuera oficial? Cuatro equis. —dije citando parte de su notita. — ¿Qué demonios fue eso, Adam? Eres un desastre… —seguía sonriendo frente a él, su cara era un poema, me daba ternura. —Eres un cursi… o algo así. Pero bueno… supongo que esperas que diga algo mas, ¿no? —el solo asintió, sin despegar sus ojos de los míos. Casi podía sentir como sus manos temblaban en mi cintura. —La verdad es que pensé que ya no me lo pedirías de nuevo…—susurre muy cerca de sus labios, me sorprendía conmigo misma…— aunque hubiera preferido leer la palabra novia, a ser oficiales, pero si… si me gustaría. —y en el momento en el que dije eso, sus pulmones se desinflaron, no sabia que estaba aguantando la respiración. Sonreí de nuevo y bese sus labios rápidamente, el no reaccionaba y yo estaba tratando de entender todo este numerito que había hecho.
—Eso fue un poco malo de tu parte, Sam. —dijo hablando por fin.
— ¿Qué? Tu no fuiste el único que quería hacer diferente todo esto… —me encogí de hombros. —y si me sorprendiste, pensé que si teníamos que salir o algo así y no quería. —sonreí. —Fue una linda sorpresa.
—Siento que me perdí… ¿Acabas de decir que si quieres ser mi novia? —asentí y sus ojos se iluminaron, para después presionar sus labios sobre los míos, de una manera apasionada, lo que provoco que nos quedáramos sin aire, rápidamente.
—Wow. —dije. —Bien… ¿podríamos comer algo ya? Muero de hambre.


{…}

—Así que ya son novios. —dijo Danny, mientras me miraba, tratando de recuperar su respiración.
Habíamos ido a caminar al día siguiente de que Adam me pidiera que fuera su novia. Se nos había hecho costumbre, el venia por mi temprano en la mañana en su auto, acompañado de Bruce y Ralphie, e íbamos a las afueras de la ciudad, donde había un lugar muy lindo, en el cual muchas personas iban a pasear y relajarse con sus mascotas.
Soltamos a los perros de sus cadenas y dejamos que anduvieran un rato por ahí, nos sentamos sobre el césped seco a descansar un poco.
Lo mire con los ojos entrecerrados por el sol, me miraba fijamente.
—Si. —dije y regrese mi vista al frente, hacia donde estaban los perros.
—Me alegro por ti y por el.
—Gracias, yo igual. —dije. Y fue todo, fin de la conversación.
¿Por qué los hombres eran tan complicados? No lo entiendo, ellos decían que éramos nosotras las complicadas, pero claramente, no se han visto a ellos mismos. Dios.

{***}

Al llegar a casa, después de haber pasado toda la mañana con un Danny de ánimos cambiantes, -lo sé, que raro…- me di una ducha rápida y le llame a Melanie para darle la buena nueva… Porque era una buena noticia, ¿no?

Estúpido, Danny y sus maneras de hacer que sobre piense siempre todo.

Cuando Melanie respondió mi llamada, le platique todo, le dije que Adam me había explicado sus secreteos con Emma, ya que ella le había ayudado a planear todo, y en ese momento en el que me explicaba eso, me había sentido muy mal por haber dudado de ambos, cosa que le hice saber a Adam, el cual, me premio con un beso en la nariz -¿no es adorable?- después de eso, le conté lo bien que me la había pasado con el después de cenar, habíamos bebido un poco de vino y seguimos hablando y después, para concluir, le platique de como habíamos terminado en el sofá, riendo como niños pequeños. Todo lo que ella dijo durante nuestra platica fue: “Aww” “te lo dije” “que tierno” “me lo como” “que suerte” y cosas así. Después le dije lo que paso con Danny: “es normal” “se esta dando cuenta de lo que perdió por andar con esa… -palabra altisonante-” “no le hagas caso” “con Adam serás feliz” y cosas por el estilo.

{***}

Las hojas del calendario seguían cayendo. Llego diciembre. Adam seguía de adorable. Danny seguía de bipolar, pero siendo mí amigo. Melanie y Dougie no se hablaban. Faltaba poco para la boda de Harry y Karen. Tom y Emma habían ido a Roma. Y yo, seguía tratando de pensar que había tomado la decisión correcta.








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Acá esta, despues de dos semanas... lo siento mucho, en serio como les he dicho varias veces hago lo posible por escribir y subirles, pero a veces simplemente las cosas no salen como unos queremos... en fin.

Siento que al fic le quedan como unos 20-30 capitulos, si no es que menos :(... igual aun falta mucho, no se preocupen.

Otra cosa, el otro dia buscando fotos de McFLY en Tumblr, encontre que alguien subía mi fic y me saco muchisima de onda, ya que nunca he dejado que alguien lo suba, asi que si alguna de ustedes lectoras es la que lo esta subiendo, no me lo tome a mal, esta bonito que les guste mi fic, pero lo que no esta bonito es que lo suban sin permiso, ya que yo practicamente me quiebro la cabeza para escribirles, para que a alguien se le haga facil subirlo, asi que, a quien sea, le pido de favor que lo retire... y eso, espero me entiendan, no es por sangrona, si no que no me parece que lo hagan, y menos sin yo estar enterada. Ni siquiera a mi hermana le he dado permiso de que suba mis fics, asi que, ahi tienen, por fa, entiendanme.

Y bueno, eso es todo, quería explicarles ese asunto por si se les hacia complicado darle scroll a la pagina o copiar algo, bloquee esas opciones, lo siento.

Espero sus comentarios y demás.
Gracias y las quiero.

Yanan.


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viernes, 5 de octubre de 2012

Capítulo cincuenta y ocho.



Deje el celular sobre mi mesa de noche, y me estire para apagar la lamparita que estaba sobre esta. Me acomode dentro de las sabanas y cerré los ojos. Al momento de hacer eso, alguien toco la puerta. Abrí un ojo y me di cuenta de la hora que era, diez y media de la noche. Me puse de pie, mientras me ponía una sudadera. Salí de mi habitación, encendí la luz de la sala y me acerque a la puerta, mire por la mirilla y no había nadie. Apague la luz y me dirigí de nuevo a mi habitación, justo cuando me iba a meter nuevamente a la cama, volvieron a tocar la puerta, bufé y me puse de pie, camine de nuevo hacia la sala y abrí la puerta, esta vez sin fijarme por la mirilla. “Esto es una mala broma” pensé al no ver a nadie frente a mi puerta, pero justo cuando la iba a cerrar, una mano con una película y un paquete de palomitas, impidieron que lo hiciera.
—Auch, eso dolió. —dijo aquella voz.
— ¡Adam!, por Dios, pude haberte lastimado. —dije abriendo mas la puerta, el me dedico una gran y blanca sonrisa. — ¿Qué haces acá? —pregunte divertida.
—Oh… bueno, no podía dormir y pensé que era buena idea visitarte y traer esto —alzo su mano derecha y me mostró la película y las palomitas.
—“Como perder un hombre en diez días” —leí en voz alta la portada, mientras lo invitaba a pasar. — Suena bien.
— ¿Ya estabas durmiendo?
—Apunto de… pero me has interrumpido. ¿En serio no te lastime?
—Lo siento y no —miro su muñeca— todo perfecto.
—Pude haberlo hecho, pude haberte cortado la mano y podrías haber perdido tu contrato con la agencia.
—No lo había pensado de esa manera.
—D’uh. —le di un golpe en su brazo.

Entramos a la cocina, yo me puse a buscar algo para beber y el metía la bolsa de palomitas en el microondas, cuando estuvieron listas, las puse en un plato hondo y juntos caminamos hacia la sala, Adam metió la película en el DVD, mientras yo iba por una frazada.
Nos sentamos en el sofá, palomitas en mano y nos dispusimos a verla.

La película avanzaba, a veces le ponía atención, otras veces no, simplemente odiaba que mi mente no me dejara ni un minuto tranquila, ¿siempre tenia que estar pensando en cosas?
De vez en cuando, miraba a Adam sin que él se diera cuenta, sonreí. Sin saber si era lo correcto o como lo tomaría el, me recargue en su hombro y decidí ponerle un poco de mas atención a la película, pero cuando ya estaba agarrando el curso de esta, Adam se removió en su lugar, yo, apenada, levante mi cabeza de su hombro y me acomode en mi lugar.
—Am, lo siento, no quise incomodarte. —dije mientras me sonrojaba. Adam me miro con cara de “¿Qué jodidos estas diciendo?”.
Me tomo y se recostó más sobre el sofá, logrando que yo quedara recostada sobre su pecho.
— ¿Cómo puedes pensar eso? Pensé que tu estabas incomoda, así que quería acomodarme de una manera en la que los dos estuviéramos a gusto.
—Oh…
—Sigamos viendo la película. —dijo mientras besaba mi coronilla. Sonreí en su pecho y regrese mi vista a la pantalla.

“-Creo que… creo que al final has hecho tu trabajo.
-Así es.
- ¿Querías perder a un hombre en diez días? ¡Enhorabuena! Lo has conseguido, acabas de perderlo.
-No lo he perdido, Ben. No puedes perder algo que nunca has tenido.”

No puedes perder algo que nunca has tenido.
No, no se puede. Esa frase me dejo pensando y había hecho que la decisión que había tomado horas antes, pareciera la correcta.
—Sam…—hablo Adam sacándome de mis pensamientos. —Ya termino la película. —dirigí mi mirada a la televisión y en efecto, los créditos ya estaban saliendo.
—Estaba buena.
—Claro, como le pusiste atención…—dijo divertido.
—Si se la puse, en serio. —lo mire de nuevo, fijamente. El me miro, y después regreso su vista al frente, después me volvió a mirar confundido, como si estuviera nervioso, como si se preguntara que pasaba por mi mente. No podía dejar de mirarlo, tenia una pelea interior sobre lo que estaba apunto de hacer.
«Hazlo.» dijo mi vocecita interior. Y lo iba a hacer.

Me comencé a acercar lentamente a Adam, mi respiración comenzó a agitarse, mientras Adam me miraba ahora fijamente. Me seguí acercando a él, cerrando mis ojos. Mis labios ya rozaban los suyos, cuando él se hizo para atrás, poniendo sus manos sobre mis hombros. Abrí de golpe mis ojos y mis mejillas se colorearon de rojo. Quería que la tierra me tragara y me escupiera en el espacio.
—Sam…
—L-lo siento. —lo interrumpí. Aún seguía muy cerca de él. Baje mi mirada tímida. Adam toco mi barbilla e hizo que mis ojos quedaran a nivel de los suyos.
—No me malentiendas, muero, en serio muero porque esto suceda,  pero quiero que estés segura de lo que estas haciendo.
—Estoy segura. —respondí en un tono suave y bajo. Y decidida, me acerque de nuevo a él, mi corazón latía con fuerza y sentía que mis manos sudaban, pero no me importaba.

Cerré mis ojos y sucedió. Adam me beso. Una ligera sensación de calor me abrazo, aspire el olor de su perfume, uno de mis favoritos, y el olor de su aliento, dulce y con ligero olor al té que habíamos tomado minutos atrás. La presión en mis labios se hacía mas profunda, Adam se iba recostando hacia atrás, quedando horizontalmente, y yo sobre de él, el beso no era para apasionado, era muy diferente a los otros que nos habíamos dado anteriormente, porque ahora este, era recibido por ambos, yo había decido que pasara, no había sido sorpresa. Estaba consiente de todo esto y me gustaba.
Adam se separo ligeramente de mi, nuestras narices aún se tocaban, rozo sus labios con los míos, pero sin hacer presión, fue un movimiento suave que hizo que se me erizaran los cabellos de la nuca, después de eso, beso mi mejilla, regresando a rozar mis labios, para después susurrarme un “te quiero, Sam.”, que me había hecho sonreír. Me beso de nuevo y sonrió en mis labios. Se separo de nuevo de mi, beso mi nariz, y con un movimiento suave, coloco unos mechones de cabello detrás de mi oreja.

El aire regresaba a mi, y lo aturdida que me había dejado el beso se iba. Abrí los ojos y lo mire mirándome fijamente y con una sonrisa. Puse mis manos sobre su pecho y coloque mi barbilla sobre estas, mirándolo ahora yo fijamente. Tenia ganas de gritar… ¿era eso normal?
—Yo también te quiero, Adam. —al decir esas palabras, el me abrazo fuertemente, para después hacer un movimiento rápido, logrando que yo quedara sobre el sofá, debajo de él, lo mire divertida. Él apoyaba todo su peso en su brazo izquierdo, que estaba en el sofá, mientras que con la palma de su otra mano, acariciaba mi rostro, cerré los ojos y el beso castamente mis labios.
—Me siento feliz. —dijo dándome otro beso. Abrí los ojos y suspire.
— ¿Me creerás que yo me siento igual, feliz? —dije apretando sus mejillas, como si de plastilina se trataran, el reía, sin dejar de jugar con mi cabello y rostro. Ambos nos quedamos en silencio y nos perdimos en nuestras miradas… Si en ese momento, alguien me preguntaba quien y que significaba para mi, Danny Jones, respondería: ¿Quién es el?
Nos quedamos así por unos minutos más, solo mirándonos y suspirando. Pero Adam debía irse, y por raro que pareciera, no quería que se fuera, quería que se quedara. Pero… aun no estaba preparada para eso.
— ¿Nos vemos mañana? —pregunto mientras abría la puerta.
—Si, me llamas y organizamos algo. —respondí. Adam se puso frente a mi y pego su frente a la mía, para después darme un beso suave y corto.
—Perfecto. Yo te llamo, descansa, Sam… te quiero.
—Yo igual, Adam. —le sonreí con todos los dientes y me despedí de él. Vi como se metía al elevador, después cerré la puerta y grite y brinque como una adolecente, me sentía feliz conmigo misma, había dado un gran paso y no  había pensando en Danny durante todo este rato.


{***}


Los días pasaron y Adam y yo estábamos saliendo mucho juntos, habíamos ido al cine, al parque, al Zoológico, al museo y a varios conciertos. Me agradaba mucho eso, porque estaba conociendo otra parte de Adam que me estaba gustando muchísimo, me estaba dejando conocer una parte muy extrovertida y divertida y yo me estaba volviendo mas cercana a él, y me estaba abriendo mas a todo esto. En una ocasión habíamos salido a cenar con Emma y Tom, y nos la habíamos pasado demasiado bien, y hasta ellos se habían sorprendido de como se había soltado Adam con ellos.

Ahora cuando pensaba en Danny, que cada vez era menos, no me ponía triste, si no que sonreía y me ponía feliz, porque él estaba conmigo y cada día nuestra amistad se fortalecía mas, y nos llevábamos mucho mejor, y simplemente todo era perfecto en estos momentos.


{***}

Me encontraba caminando por las calles de Londres, en espera de Danny, hoy habíamos decidido pasar el día juntos, ir a comer y después ir a pasear por ahí, solo nosotros dos, como en los viejos tiempos. No me sentía nerviosa como en otras veces, solo me sentía emocionada por verlo, demasiado, tenia ganas de abrazarlo en cuanto lo viera. Así que cuando lo vi acercarse hacía mi, con ese peculiar estilo para caminar, camine yo también hacia él, y me avente en sus brazos, el me rodeo con los suyos y me cargo dándome una vuelta, para cuando me dejo en el piso, me dio un beso en la mejilla y me dedico una gran sonrisa.
 
Me acomode mi bufanda –ya que estábamos acercándonos a Diciembre y las temperaturas comenzaban a bajar drásticamente- y le sonreí de vuelta, mientras jugaba con las bolitas que adornaban el gorro que lo protegía del aire helado.

Comenzamos a caminar sin rumbo, sonriendo y hablando de las novedades que había en nuestra vida y en la banda. Como siempre, yo no había tenido mucho que contar, seguía trabajando en la tienda de antigüedades, y no era como que le iba a hablar de cuantas sillas, tazas o armarios había vendido en el día, y no sabia si era, como decirlo… adecuado hablarle de Adam y de como nuestra relación iba creciendo, a menos de que el me lo preguntara, claro esta, así que le conté solo cosas vanas y sin importancia

Nos paramos frente a un camión que vendía hot-dogs y comimos de pie entre bromas y risas. De repente, algunas personas que lo reconocían se acercaban a saludarlo y cosas por el estilo, pero como siempre, Danny no me dejaba de lado y trataba de incluirme en sus platicas, aunque a las demás personas no les importara quien era, y eso me hacia reír.

Después de haber devorado esos deliciosos perros calientes y que Danny no me dejara pagar, seguimos caminando y decidimos seguir nuestro paseo dentro del Parque Hyde, caminamos debajo de los arboles, a los cuales ya les quedaban pocas hojas, hasta llegar a la orilla del lago Serpentine, nos detuvimos ahí, y Danny del bolsillo de su chamarra, saco una bolsita con pedazos pequeños de pan y comenzó a aventarlos, en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos rodeados de patos, cisnes y algunos gansos.
—Intenta darles tú. —dijo mientras colocaba un poco de pan sobre mi mano.
—No, me van a morder.
—No haces nada, solo sentirás como rozan sus picos con tu mano, pero fuera de eso, no pasa nada, anda, no seas miedosa. —alimentando, como siempre mi orgullo, acepte y comencé a darles yo también un poco de morusas de pan, pero en cuanto vieron, que Danny ya no tenia mas pan en su poder, todos se vinieron conmigo y yo algo asustada, comencé a gritarle a Danny, pero el comenzó a reírse y a burlarse de mi.
—No te burles, y quítamelos de encima. —grite, cada vez se acercaban mas a mi, ya me rodeaban, y era imposible que me moviera, sin caer encima de alguno de ellos o pisarlos. Danny casi se ahogaba por falta del aire, pero seguía riéndose de mí. —Eres un maldito. —avente el pan que sobraba frente a mi, todos los animales se fueron hacia allá y yo corrí hacia Danny, el comenzó a correr para que yo no lo atrapara, pero estuvo apunto de tropezar, y en ese momento, me avente en su espalda, quedado de caballito, rodee su cintura con mis piernas y su cuello con mi brazo, él no se molesto, y tomo mis piernas y así seguimos caminando por un rato mas cerca del lago. Recargue mi rostro sobre su hombro y lo abrace.
 
Danny me soltó y yo baje de su espalda, nos sentamos en la orilla, para ver como se iba haciendo de noche, no dejábamos de bromear, hacíamos burbujas con jabón y hacíamos como que fumábamos cuando exhalábamos, el vapor blanco que salía de nuestras bocas por las bajas temperaturas.

Me sentía feliz, y solo por haber pasado este día con el. Era una salida fuera de lo común, nunca habíamos salido solo así, como amigos, y había amado esto, verlo sonreír, me hacia sonreír, así que, estaba completamente encantada y esperaba que esto sucediera de nuevo.







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Si, si, ya se lo que me dirán y ya saben lo que les diré, no tengo perdón, ahahaha, pero bueno, acá esta, ya saben que NUNCA la dejaría inconclusa, puede que me tarde un poquitín, pero nada mas.

Y chicas, espero que no dejen de leerme, por el rumbo que esta tomando el fic, pero muchas cosas no siempre son lo que parecen y generalmente el resultado final, suele ser, bueno, o al menos eso es lo que tengo en mente.

Les dejo un beso y un abrazo, esperando que tenga un fin de semana LLENO DE ALEGRÍA.

Las quiere.

Yanan.




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mwha.