¡HOLA! Creo que ahora me tarde menos en actualizar, que el capítulo pasado...
En fin, ahora si me inspire escribiendo el capítulo, y siento que es el mas largo que he escrito hasta el momento.
En fin, ahora si me inspire escribiendo el capítulo, y siento que es el mas largo que he escrito hasta el momento.
Espero les guste tanto como a mi, y BIENVENIDAS nuevas lectoras.
Muchas gracias a todas y cada una de ustedes por seguir leyéndome no saben lo contenta que me pone ver que aun tengo "vistas" en mis entradas. Gracias por siempre entenderme, en serio, se merecen un abrazo de oso y una galletita.
Ahora si, pararé mi parloteo y las dejaré leer el capitulo.
Espero tengan una bonita semana.
Besos.
Yanan.
Tres horas
después, me encontraba caminando por el aeropuerto de Barcelona, rezando para
que se me hiciera fácil encontrar un taxi disponible. Moría por ver la cara de
Mel cuando me viera.
Salí del aeropuerto
algo nerviosa, ya que mi español no era demasiado bueno, solo sabía palabras
básicas y sentía que me arrepentiría de no haber tomado las clases de español
que ofrecía mi Universidad, en California. Para mi suerte, un señor regordete
de ojos azules y cabello cano se acercó a mí. Yo era un poco más alta que él
así que me dio ternura.
— ¿Necesita un taxi? —preguntó.
—No hablo muy bien el español. —respondí con una sonrisa.
—No se preocupe. —respondió en inglés y con una sonrisa. Suspire aliviada.
Me ayudo con mi equipaje y caminamos hacia su taxi. Era un señor agradable. Me abrió la puerta y subí. Ya dentro del auto, busque en mi bolso una hoja donde tenía anotada la dirección de la oficina de Melanie, llegaría ahí, ya que no sabía dónde vivía. Le enseñe la hoja a Manuel –el taxista- y el con otra sonrisa me dijo que no estábamos a más de veinte minutos de la Avenida Diagonal, que es donde se encuentra el edificio en donde trabaja Melanie.
— ¿Necesita un taxi? —preguntó.
—No hablo muy bien el español. —respondí con una sonrisa.
—No se preocupe. —respondió en inglés y con una sonrisa. Suspire aliviada.
Me ayudo con mi equipaje y caminamos hacia su taxi. Era un señor agradable. Me abrió la puerta y subí. Ya dentro del auto, busque en mi bolso una hoja donde tenía anotada la dirección de la oficina de Melanie, llegaría ahí, ya que no sabía dónde vivía. Le enseñe la hoja a Manuel –el taxista- y el con otra sonrisa me dijo que no estábamos a más de veinte minutos de la Avenida Diagonal, que es donde se encuentra el edificio en donde trabaja Melanie.
Después de
unos minutos hablando, se detuvo frente a un edificio de 6 pisos. Se bajó y yo
me baje después de él, me ayudo con mi equipaje y le pague. Cuando me encontré
a mí misma, sola fuera de ese edificio, la emoción estaba por hacerme brincar
como niña pequeña, pero me contuve.
Arregle
rápidamente mi cabello, me acomode mi bolso y tome mi maleta con mi mano
derecha. Abrí la puerta y camine hacia la recepcionista. Los que se encontraban
en la sala de espera me miraban raro.
— ¿Si? ¿En qué te puedo ayudar? —pregunto la chica frente a mí, y no tuve idea de lo que dijo, solo había entendido el “si” y el “ayudar”. Así que le pregunte si sabía hablar inglés, a lo que ella asintió.
—Busco a Melanie, ¿Está disponible?
— ¿Quién la busca?
—Oh, no quiero que sepa que soy yo, vengo a darle una sorpresa desde Londres… ¿podrías ayudarme? —la chica me miro con cuidado, pero al final acepto. Levanto el auricular y tecleo un número, después se encontraba hablando en español, mientras lo hacía no dejaba de mirarme… no tenía idea de lo que decía. Después de unos segundos que se me hicieron eternos, colgó.
—Puedes pasar, toma el elevador y ve hacia el 2do piso, y es la cuarta puerta a la derecha.
—Muchas gracias. —dije mientras me dirigía hacia los elevadores.
En cuanto llegue al segundo piso, seguí las indicaciones que la chica de la recepción me había dado. Tope con una puerta. No sabía si tocar o simplemente entrar. Opte por la segunda opción. Al momento en el que entre sin tocar, Melanie salto molesta de su silla. Sus reacciones pasaron de molestia a sorpresa en un dos por tres.
— ¿Qué? —grito. — ¡Sam! ¿Qué haces aquí? —le dio la vuelta a su escritorio y camino hacia mí. Nos abrazamos fuertemente dando brinquitos por toda su oficina.
—Quería darte una sorpresa.
— ¿Cómo? Samantha, pudiste haberte perdido, debiste de haberme avisado.
—No, si te hubiera dicho, mi sorpresa no sería sorpresa…
—Mi mamá se pondrá tan feliz de verte. —dijo caminando hacia su escritorio. Tomo el teléfono y comenzó a hablar en español. Minutos después colgó, tomo su bolso y camino hacia mí de nuevo. —Tengo la tarde libre, así que vámonos, tenemos mucho de qué hablar.
— ¿Si? ¿En qué te puedo ayudar? —pregunto la chica frente a mí, y no tuve idea de lo que dijo, solo había entendido el “si” y el “ayudar”. Así que le pregunte si sabía hablar inglés, a lo que ella asintió.
—Busco a Melanie, ¿Está disponible?
— ¿Quién la busca?
—Oh, no quiero que sepa que soy yo, vengo a darle una sorpresa desde Londres… ¿podrías ayudarme? —la chica me miro con cuidado, pero al final acepto. Levanto el auricular y tecleo un número, después se encontraba hablando en español, mientras lo hacía no dejaba de mirarme… no tenía idea de lo que decía. Después de unos segundos que se me hicieron eternos, colgó.
—Puedes pasar, toma el elevador y ve hacia el 2do piso, y es la cuarta puerta a la derecha.
—Muchas gracias. —dije mientras me dirigía hacia los elevadores.
En cuanto llegue al segundo piso, seguí las indicaciones que la chica de la recepción me había dado. Tope con una puerta. No sabía si tocar o simplemente entrar. Opte por la segunda opción. Al momento en el que entre sin tocar, Melanie salto molesta de su silla. Sus reacciones pasaron de molestia a sorpresa en un dos por tres.
— ¿Qué? —grito. — ¡Sam! ¿Qué haces aquí? —le dio la vuelta a su escritorio y camino hacia mí. Nos abrazamos fuertemente dando brinquitos por toda su oficina.
—Quería darte una sorpresa.
— ¿Cómo? Samantha, pudiste haberte perdido, debiste de haberme avisado.
—No, si te hubiera dicho, mi sorpresa no sería sorpresa…
—Mi mamá se pondrá tan feliz de verte. —dijo caminando hacia su escritorio. Tomo el teléfono y comenzó a hablar en español. Minutos después colgó, tomo su bolso y camino hacia mí de nuevo. —Tengo la tarde libre, así que vámonos, tenemos mucho de qué hablar.
{***}
La casa de
Melanie estaba como a una hora de donde trabajaba. Era un municipio llamado
Arenys de Mar. Prácticamente había elegido ese lugar por su mamá, así que la
distancia al final del día no le importaba con tal de verla feliz. Durante el
trayecto habíamos pasado por unas cuantas casetas de pago, las cuales iban a
cuenta de la empresa en la que trabaja Mel.
Antes de
llegar a su casa, hicimos una parada para comprar algunas cosas para la cena,
así que en cuanto nos subimos de nuevo a la camioneta, Mel condujo directo y
sin escalas a su casa.
Se detuvo
frente a una casa de dos pisos. Fachada blanca, con ventanas y puertas en
acabados vanguardista, tal y como era el gusto de Mel, pero aun así se podía
ver por las flores, que su mamá había puesto su granito de arena en la
decoración. Me baje de la camioneta realmente sorprendida. Lograba sentir la
brisa del mar golpear mi rostro.
Mel abrió
la puerta principal y el olor a pastel de zanahoria golpeo mi nariz. Aventó las
llaves sobre un cenicero de cristal que estaba en una mesa cerca de la entrada.
Me hizo una seña para que no hiciera ruido.
— ¡Mamá, ya estoy en casa! —grito mientras caminábamos por un pasillo.
—Estoy en la cocina… ¿no es muy temprano para que estés aquí?
—Tengo la tarde libre. —contesto, yo la seguía muy de cerca.
Llegamos a la cocina, la mamá de Mel nos daba la espalda, así que Mel con una sonrisa me puso detrás de ella. —Oye, ma… tengo algo muy importante que enseñarte.
— ¿Sobre qué? —pregunto mientras seguía rayando algunas zanahorias. Era extraño verla cocinar después de tanto tiempo, pero sin duda, después de lo poco que lograba ver sobre ella, seguía siendo esa señora elegante y sofisticada. El cáncer no había hecho nada en ella.
— ¿Podrías mirarme cuando te hablo? —bufó Mel, lo que me hizo casi soltar una carcajada.
— ¿Qu…—pregunto girándose— ¡Oh Dios mío! —dijo cuándo Mel se movió hacia la derecha, dejándome en descubierto.
—Sorpresa. —respondí con una sonrisa. —camine hacia ella y la abrace, ella me respondió con un abrazo más fuerte. Me recordaba tanto a mi mamá, que estuve a nada de soltarme a llorar en su hombro.
—Sam hija, ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?
—Vine a visitarlas… llegue hoy, hace unas horas.
—Qué bonita sorpresa, justamente le he estado preguntando a Melanie que cuando te podría invitar. —puso sus manos sobre mis mejillas y beso mi frente. —Para festejar, haré yo misma de cenar… el postre ya está hecho, así que… Melanie, muéstrale la casa y su habitación, la cual no está preparada, por cierto, así que debes hacerlo también, mientras preparo la cena.
— ¡Mamá, ya estoy en casa! —grito mientras caminábamos por un pasillo.
—Estoy en la cocina… ¿no es muy temprano para que estés aquí?
—Tengo la tarde libre. —contesto, yo la seguía muy de cerca.
Llegamos a la cocina, la mamá de Mel nos daba la espalda, así que Mel con una sonrisa me puso detrás de ella. —Oye, ma… tengo algo muy importante que enseñarte.
— ¿Sobre qué? —pregunto mientras seguía rayando algunas zanahorias. Era extraño verla cocinar después de tanto tiempo, pero sin duda, después de lo poco que lograba ver sobre ella, seguía siendo esa señora elegante y sofisticada. El cáncer no había hecho nada en ella.
— ¿Podrías mirarme cuando te hablo? —bufó Mel, lo que me hizo casi soltar una carcajada.
— ¿Qu…—pregunto girándose— ¡Oh Dios mío! —dijo cuándo Mel se movió hacia la derecha, dejándome en descubierto.
—Sorpresa. —respondí con una sonrisa. —camine hacia ella y la abrace, ella me respondió con un abrazo más fuerte. Me recordaba tanto a mi mamá, que estuve a nada de soltarme a llorar en su hombro.
—Sam hija, ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?
—Vine a visitarlas… llegue hoy, hace unas horas.
—Qué bonita sorpresa, justamente le he estado preguntando a Melanie que cuando te podría invitar. —puso sus manos sobre mis mejillas y beso mi frente. —Para festejar, haré yo misma de cenar… el postre ya está hecho, así que… Melanie, muéstrale la casa y su habitación, la cual no está preparada, por cierto, así que debes hacerlo también, mientras preparo la cena.
Dejamos a
la mamá de Mel silbando en la cocina, y subimos al segundo piso, donde Mel me
enseño la habitación de su mamá, después la suya, para por ultimo mostrarme la
habitación en la que yo dormiría, que estaba justo al lado de la de Mel. Me
ayudo a desempacar y después de un rato, su mamá nos llamó para cenar.
La cena fue
increíble, me recordó tanto a las cenas que solíamos tener cuando éramos chicas
y nuestras mamás se juntaban. Todo fue risas, confesiones, hasta que llego el
postre, donde las tres nos pusimos un tanto sentimentales recordando a mis
papás, después volvimos a sonreír, hasta que el reloj marco las once de la
noche y la mamá de Mel se disculpó y subió a su habitación para descansar.
Nosotras
nos encargamos de la limpieza, así que para cuando terminamos, Mel me invito a
conocer su jardín, el cual tenía una terraza demasiado perfecta, una piscina y
una hermosa vista a la playa. Mel tomo una toalla y salimos hacia la playa,
caminamos en silencio por la arena y nos sentamos a ver el reflejo de la luna
sobre el mar, mientras la brisa despeinaba nuestros cabellos.
—Ya veo porque no quieres regresar a Londres, esto es hermoso, Melanie.
—Lo sé, es hermoso… pero si quiero regresar a Londres, a veces… Solo que mi mamá esta tan feliz aquí que no quiero quitarle eso, además, no sé, sería difícil no despertarse con esta vista.
Estuvimos una hora más, hablando de todo y de nada, hasta que el cansancio se apodero de nosotras.
—Ya veo porque no quieres regresar a Londres, esto es hermoso, Melanie.
—Lo sé, es hermoso… pero si quiero regresar a Londres, a veces… Solo que mi mamá esta tan feliz aquí que no quiero quitarle eso, además, no sé, sería difícil no despertarse con esta vista.
Estuvimos una hora más, hablando de todo y de nada, hasta que el cansancio se apodero de nosotras.
— ¿Cuánto
tiempo piensas quedarte? —pregunto fuera de su habitación.
—No sé… ¿Cuánto tiempo puedo quedarme?
—El que quieras, por mí sería increíble que te quedaras aquí conmigo.
—No estaría mal, ¿sabes?
—Aunque quisieras, no podrías dejar Londres, Sam… o más bien, no podrías dejar de ver a Danny.
—Eso no es verdad.
—Sabes que si lo es. Ahora que lo recuerdo, no hemos tocado un tema que empieza con “h” y termina con “ombres”.
—Acabo de llegar, Mel, no me atormentes. Tenemos muchos días para poder tocar ese tema, solo déjame disfrutar unos días sin esa palabra, por favor. —rogué, a lo que ella rió.
—De acuerdo… descansa, Samantha. Te quiero. —me mando un beso y se encerró en su habitación, a lo que yo imite.
—No sé… ¿Cuánto tiempo puedo quedarme?
—El que quieras, por mí sería increíble que te quedaras aquí conmigo.
—No estaría mal, ¿sabes?
—Aunque quisieras, no podrías dejar Londres, Sam… o más bien, no podrías dejar de ver a Danny.
—Eso no es verdad.
—Sabes que si lo es. Ahora que lo recuerdo, no hemos tocado un tema que empieza con “h” y termina con “ombres”.
—Acabo de llegar, Mel, no me atormentes. Tenemos muchos días para poder tocar ese tema, solo déjame disfrutar unos días sin esa palabra, por favor. —rogué, a lo que ella rió.
—De acuerdo… descansa, Samantha. Te quiero. —me mando un beso y se encerró en su habitación, a lo que yo imite.
Después de
haberme lavado la cara y cepillado los dientes y ponerme mi pijama, entre en
esa cómoda cama y caí rendida en los brazos de Morfeo. Todo aquí era tan
pacifico… era perfecto.
(***)
Era la
mañana del jueves, el ambiente olía a hot-cakes, huevos y tocino. Me estire y
camine hacia el baño para alistarme y bajar a desayunar. Me puse algo cómodo,
unos shorts de mezclilla, una playera holgada que tenía un corazón rojo en el
centro, y unas sandalias, deje mi cabello suelto para que se secara.
En la
cocina, ya estaba Diana, la mamá de Mel, poniendo la mesa, bese su mejilla y me
ofrecí a ayudarle. Minutos después bajo Melanie, con un atuendo más relajado
que el que tenía ayer.
— ¡Buenos días! —dijo.
—Buenos días. —respondimos al unísono.
— ¿No iras a trabajar hoy? —pregunto Diana extrañada.
—Hable con Antonio, mi jefe —específico hacia mí, para que yo entendiera—y le explique que había venido una amiga de visita, así que pedí unos días libres…
— ¿No te pueden correr por hacer eso? —pregunte.
—Claro que no, Antonio se volvería loco sin mí, soy como su mano derecha. —dijo dándole un sorbe a su zumo de naranja. —Prácticamente puedo hacer lo que quiera y no me pasa nada.
— ¡Buenos días! —dijo.
—Buenos días. —respondimos al unísono.
— ¿No iras a trabajar hoy? —pregunto Diana extrañada.
—Hable con Antonio, mi jefe —específico hacia mí, para que yo entendiera—y le explique que había venido una amiga de visita, así que pedí unos días libres…
— ¿No te pueden correr por hacer eso? —pregunte.
—Claro que no, Antonio se volvería loco sin mí, soy como su mano derecha. —dijo dándole un sorbe a su zumo de naranja. —Prácticamente puedo hacer lo que quiera y no me pasa nada.
Mi celular
vibro en mi bolsillo trasero, así que lo saque y vi que me había llegado un
mensaje de Karen que decía que la boda se había adelantado a Marzo, ya que
había habido una confusión de fechas y ya no podría ser en Mayo como lo habían
planeado desde un principio, así que me pidió que le avisara a Mel y su mamá.
— ¿Quién es? —pregunto Mel, quien ponía en la mesa un plato lleno de hot-cakes, que le hacían compañía a otro que estaba lleno de huevos y tocino.
—Es Karen, dice que la boda se cambia para el 17 de Marzo…
— ¿Qué no era en mayo?
—Sí, pero la cambian por un problema que hubo en las fechas… dicen que esperan que ustedes si puedan ir.
—Yo no creo poder ir, Sam. —dijo Diana. —Ya tenía un viaje con unas amigas planeadas para esas fechas… pero estoy segura que Melanie si ira, ¿verdad?
—Claro que si… además de que ya me hace falta ir y ver como esta todo por allá.
—Mel, ¿estás de acuerdo que la boda es en casi 1 mes, cierto? —asintió, mientras pinchaba su tenedor en un pedazo de tocino. —Me preocupa tu trabajo…
—No debería… no me he tomado vacaciones desde que llegue, además de que como te dije, Antonio no tendrá problema alguno, además de que tengo una asistente muy eficiente.
—Una razón más a la lista de “ahora entiendo porque Melanie no regresa a Londres.” —dije lo que provoco risas en Mel y Diana.
— ¿Quién es? —pregunto Mel, quien ponía en la mesa un plato lleno de hot-cakes, que le hacían compañía a otro que estaba lleno de huevos y tocino.
—Es Karen, dice que la boda se cambia para el 17 de Marzo…
— ¿Qué no era en mayo?
—Sí, pero la cambian por un problema que hubo en las fechas… dicen que esperan que ustedes si puedan ir.
—Yo no creo poder ir, Sam. —dijo Diana. —Ya tenía un viaje con unas amigas planeadas para esas fechas… pero estoy segura que Melanie si ira, ¿verdad?
—Claro que si… además de que ya me hace falta ir y ver como esta todo por allá.
—Mel, ¿estás de acuerdo que la boda es en casi 1 mes, cierto? —asintió, mientras pinchaba su tenedor en un pedazo de tocino. —Me preocupa tu trabajo…
—No debería… no me he tomado vacaciones desde que llegue, además de que como te dije, Antonio no tendrá problema alguno, además de que tengo una asistente muy eficiente.
—Una razón más a la lista de “ahora entiendo porque Melanie no regresa a Londres.” —dije lo que provoco risas en Mel y Diana.
{***}
Ya tenía
casi dos semanas en Barcelona y mañana por fin, regresaría a Londres. No había
hablado con nadie, salvo con Tom y las chicas, y de vez en cuando con Adam,
pero solo en mensajes, fuera de eso, nunca nos llamamos.
Me
encontraba tendida sobre una toalla a la orilla del mar, cuando una sombra se
puso sobre mí, impidiendo el paso del sol. Abrí los ojos y vi a Melanie
mirándome fijamente.
— ¿Qué?
—Ya mañana te vas. —dijo poniendo una toalla a mi lado. —No quiero que te vayas.
—Pero nos veremos de nuevo en unas semanas.
—No será lo mismo, Sam.
—Lo sé. —respondí mientras me sentaba. —Pero prometo venir a visitarte más seguido de lo que te puedas imaginar. Además, tú también puedes ir a visitarnos, así todos estaremos felices, ¿qué dices?
—No suena mal… tal vez si vaya algunas veces al año.
— ¿Qué?
—Ya mañana te vas. —dijo poniendo una toalla a mi lado. —No quiero que te vayas.
—Pero nos veremos de nuevo en unas semanas.
—No será lo mismo, Sam.
—Lo sé. —respondí mientras me sentaba. —Pero prometo venir a visitarte más seguido de lo que te puedas imaginar. Además, tú también puedes ir a visitarnos, así todos estaremos felices, ¿qué dices?
—No suena mal… tal vez si vaya algunas veces al año.
Nos
quedamos en silencio, solo mirando hacia el horizonte y dejando que el romper
de las olas inundara nuestros oídos.
—Oye, Sam… creo que es hora de que hablemos de la palabra que empieza con “h”…
—Lo sé.
—Bien, empieza tú… yo no tengo nada que hablar, ya sabes todo lo que ha pasado entre Dougie y yo últimamente.
—De acuerdo… No sé qué hacer, no me siento completamente feliz con Adam… no lo amo, Mel, y el a mí sí, pero yo no, y no puedo seguir haciendo que pierda su tiempo conmigo, es un buen chico, merece a alguien que en verdad lo ame, no nada más que lo quiera mucho…
— ¿Por qué no terminas con él?
—No quiero lastimarlo.
—Lo entenderá, Sam. Lo lastimaras más si le mientes sobre tus sentimientos, incluso tú también saldrás lastimada.
— ¿Ese es tu consejo? —Asintió
—Sí. Ahora solo tú debes tomar la última palabra. —suspire fuertemente. — ¿y Danny? ¿Sigue con Vanessa?
—Si… pero no lo entiendo, me sigue mandando señales confusas.
— ¿Tus sentimientos siguen exactamente igual hacia él?
—Más fuertes, creo yo.
—Me caen mal, ni tu ni el hacen algo al respecto.
—No es tan fácil.
—Claro que lo es, solo que ustedes lo hacen más difícil de lo que es, deberían abrir los ojos y darse cuenta de que son el uno para el otro. Él te complementa y tú lo complementas, no entiendo como no se dan cuenta de eso, todos lo sabemos menos ustedes, por dios, si pudiera y tuviera la manera de hacerlo, ya los hubiera unido de alguna u otra manera.
— ¿En serio crees eso?
—Demonios, sí. Y no soy la única, como te digo, todos saben que lo son, Sam… pero no podemos hacer nada, solo ustedes pueden.
—No creo que Danny deje a Vanessa… en Nueva York, cuando salíamos a caminar, ellos se quedaban atrás y se detenían afuera de tiendas de vestidos de novia. —suspire tristemente al recordar esas partes del viaje.
— ¿En serio? —pregunto asombrada.
—Sí.
—Oh… bueno…
— ¿Ahora entiendes que no es tan fácil?
—Ok, no es fácil… pero no es imposible. Y es lo último que diré sobre ese tema. —se puso de pie antes de que pudiera hablar al respecto. —Vamos a refrescarnos al mar.
Bufé molesta, pero al final la acompañe. En parte, Melanie tenía razón.
—Oye, Sam… creo que es hora de que hablemos de la palabra que empieza con “h”…
—Lo sé.
—Bien, empieza tú… yo no tengo nada que hablar, ya sabes todo lo que ha pasado entre Dougie y yo últimamente.
—De acuerdo… No sé qué hacer, no me siento completamente feliz con Adam… no lo amo, Mel, y el a mí sí, pero yo no, y no puedo seguir haciendo que pierda su tiempo conmigo, es un buen chico, merece a alguien que en verdad lo ame, no nada más que lo quiera mucho…
— ¿Por qué no terminas con él?
—No quiero lastimarlo.
—Lo entenderá, Sam. Lo lastimaras más si le mientes sobre tus sentimientos, incluso tú también saldrás lastimada.
— ¿Ese es tu consejo? —Asintió
—Sí. Ahora solo tú debes tomar la última palabra. —suspire fuertemente. — ¿y Danny? ¿Sigue con Vanessa?
—Si… pero no lo entiendo, me sigue mandando señales confusas.
— ¿Tus sentimientos siguen exactamente igual hacia él?
—Más fuertes, creo yo.
—Me caen mal, ni tu ni el hacen algo al respecto.
—No es tan fácil.
—Claro que lo es, solo que ustedes lo hacen más difícil de lo que es, deberían abrir los ojos y darse cuenta de que son el uno para el otro. Él te complementa y tú lo complementas, no entiendo como no se dan cuenta de eso, todos lo sabemos menos ustedes, por dios, si pudiera y tuviera la manera de hacerlo, ya los hubiera unido de alguna u otra manera.
— ¿En serio crees eso?
—Demonios, sí. Y no soy la única, como te digo, todos saben que lo son, Sam… pero no podemos hacer nada, solo ustedes pueden.
—No creo que Danny deje a Vanessa… en Nueva York, cuando salíamos a caminar, ellos se quedaban atrás y se detenían afuera de tiendas de vestidos de novia. —suspire tristemente al recordar esas partes del viaje.
— ¿En serio? —pregunto asombrada.
—Sí.
—Oh… bueno…
— ¿Ahora entiendes que no es tan fácil?
—Ok, no es fácil… pero no es imposible. Y es lo último que diré sobre ese tema. —se puso de pie antes de que pudiera hablar al respecto. —Vamos a refrescarnos al mar.
Bufé molesta, pero al final la acompañe. En parte, Melanie tenía razón.
(…)
Era mi
última noche aquí, así que las tres habíamos decidido que esto ameritaba una
cena en algún restaurante de aquí.
Cuando terminamos el postre, de mi bolsa saque una cajita y un paquete, la cajita era para Mel, así que se lo acerque, y el paquete se lo di a Diana.
—Estos son mis regalos que les compre para Navidad, lo sé, algo tarde, pero no quería que no tuvieran algo de mi aquí. Así que espero les guste.
Ambas abrieron sus respectivos regalos. A Mel le había regalado un brazalete donde estaban grabadas nuestras iniciales y a Diana le regale una caja de chocolates de sus favoritos y un libro de un autor que le encantaba. Ambas me abrazaron y agradecieron el regalo. A Mel le mostré mi muñeca, ya que yo también tenía un brazalete exactamente igual, como señal de nuestra amistad.
Cuando terminamos el postre, de mi bolsa saque una cajita y un paquete, la cajita era para Mel, así que se lo acerque, y el paquete se lo di a Diana.
—Estos son mis regalos que les compre para Navidad, lo sé, algo tarde, pero no quería que no tuvieran algo de mi aquí. Así que espero les guste.
Ambas abrieron sus respectivos regalos. A Mel le había regalado un brazalete donde estaban grabadas nuestras iniciales y a Diana le regale una caja de chocolates de sus favoritos y un libro de un autor que le encantaba. Ambas me abrazaron y agradecieron el regalo. A Mel le mostré mi muñeca, ya que yo también tenía un brazalete exactamente igual, como señal de nuestra amistad.
Después de
caminar un rato por la playa, decidimos que era hora de regresar a la casa.
Mel y yo decidimos pasar la noche juntas, como cuando éramos pequeñas. Nos acostamos en su cama y nos quedamos mirando el techo mientras recordábamos nuestra niñez… El reloj marcaba las 7am cuando por fin nos quedamos dormidas.
Mel y yo decidimos pasar la noche juntas, como cuando éramos pequeñas. Nos acostamos en su cama y nos quedamos mirando el techo mientras recordábamos nuestra niñez… El reloj marcaba las 7am cuando por fin nos quedamos dormidas.
(…)
A causa de
nuestra larga noche, nos despertamos a las tres de la tarde, así que con
prisas, ya que debía estar en el aeropuerto a las cinco, ya que mi vuelo salía
a las seis de la tarde, Mel me ayudo a empacar todo mi equipaje.
Eran las
4pm. Me despedí de la mamá de Melanie e intente no llorar de nuevo. Salimos
hacia la camioneta de Melanie, subimos mi equipaje y mientras íbamos en el
auto, íbamos comiendo unos sándwiches que su mamá nos había preparado.
Faltaban 10
minutos para las 5pm, así que Melanie casi corriendo detrás de mí, me acompaño
a documentar mi equipaje, para cuando lo hice, ya pude relajarme. Nos sentamos
en la sala de espera y seguimos hablando hasta que anunciaron mi vuelo.
— ¿Cuándo iras a Londres?
—Tratare de estar allá un día antes de la boda y si no, nos veremos el mismo día, pero nos veremos, eso es lo importante.
—Más te vale ir, no puedes no ir.
—Estaré ahí, lo prometo. ¿Quién te recogerá en el aeropuerto?
—Hable con Adam, así que él lo hará.
—Bien… entonces, ¿ya tomaste una decisión? —yo asentí. —Perfecto, me cuentas que paso.
— ¿Cuándo iras a Londres?
—Tratare de estar allá un día antes de la boda y si no, nos veremos el mismo día, pero nos veremos, eso es lo importante.
—Más te vale ir, no puedes no ir.
—Estaré ahí, lo prometo. ¿Quién te recogerá en el aeropuerto?
—Hable con Adam, así que él lo hará.
—Bien… entonces, ¿ya tomaste una decisión? —yo asentí. —Perfecto, me cuentas que paso.
Ahora sí,
nos despedimos con un abrazo y yo camine hacia la señorita que sellaba los
boletos, diciéndole adiós con la mano.
{***}
Eran las 9
de la noche cuando aterrizamos en Londres. Salí del aeropuerto con mis maletas,
esperando ver a Adam por ahí, pero al no hacerlo, me senté en una de las
banquitas que se encontraban afuera. Saque mi celular y me puse a hacer nada con
él.
—Hola…—susurraron en mi oído, haciendo que brincara en mí asiento, asustada, girándome para ver la cara de Danny a tan solo unos centímetros de la mía.
— ¡Danny! ¿Qué haces aquí? ¡Me asustaste! —Dije poniéndome de pie, con el pulso al 100%
—La última vez me dijiste que solo dijera “hola.”
—Si mal no recuerdo, dije que me saludaras como la gente normal, no que casi me mataras… —exhale el aire que no me había dado cuenta que estaba conteniendo. — Y ¿Qué haces aquí?
—Vine por ti.
— ¿Por mí? —Pregunte confundida — ¿Y Adam? —el solo se encogió de hombros apenado.
— ¿Tienes hambre? —pregunto mientras tomaba mi equipaje y me incitaba a comenzar a caminar.
—Hola…—susurraron en mi oído, haciendo que brincara en mí asiento, asustada, girándome para ver la cara de Danny a tan solo unos centímetros de la mía.
— ¡Danny! ¿Qué haces aquí? ¡Me asustaste! —Dije poniéndome de pie, con el pulso al 100%
—La última vez me dijiste que solo dijera “hola.”
—Si mal no recuerdo, dije que me saludaras como la gente normal, no que casi me mataras… —exhale el aire que no me había dado cuenta que estaba conteniendo. — Y ¿Qué haces aquí?
—Vine por ti.
— ¿Por mí? —Pregunte confundida — ¿Y Adam? —el solo se encogió de hombros apenado.
— ¿Tienes hambre? —pregunto mientras tomaba mi equipaje y me incitaba a comenzar a caminar.
No entendía
nada, parecía que el mundo estaba contra mí, tratando de mantenerme confundida
en una daily basis.
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y comentarios.
y comentarios.
ASDLFHSDGKJDFHGKJH SUBE OTRO CAPÍTULO YA, NECESITO SABER LO QUE PASA
ResponderEliminarKLJASDM,ASFKLJWERQWIOPRPOASFKASLÑD QUE PASARÁ ENTRE SAM Y DANNY? OMGGGGGGGGG ESPERO ANSIOSA :(
ResponderEliminar¡DANNY! ¡NO MAMESH! Tengo un buen presagio acerca de esto, enserio. Algo bueno por fin va a pasar ¡por fin! No puedes dejarme así, enserio, dejar tan intrigadas a tus lectoras debería ser un delito castigado con subir lo más pronto posible. Te quierodio mucho <3
ResponderEliminarHola! Demasiado tiempo sin comentar, pero estuve un poco liada. Aun asi he seguido leyendo.
ResponderEliminarMe encantó el cap y espero que en el siguiente las cosas vayan a mejor :)
un abrazo y gracias por avisar.
http://livethemoment.tumblr.com/
Holaa Me Encanto el capitulo y si estuvo super largo te quedo genial, que bueno que por fin valla a terminar con Adam...
ResponderEliminarMe quede mucho mas intrigada me encanta tu historia cada ves quiero mas
Besos Nena Sube Pronto :3
Que emocionante. Esperare con ansias el siguiente capitulo :)
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah tienen que estar juntoss!!!!!!!
ResponderEliminarno puedes dejarme asi por dios yannan!
ResponderEliminarSube capitulo pronto porfavooor *-*
diosdiosdiosdios! ¿Vas a dejar que me haga esperanzas y me lo imagine todo?' yannaaaan!sube pronto porfis *-*
-AnnaLau;'
Amo tu novela siempre leo aunque es la 1 vez que comento , sube pronto <3 :)
ResponderEliminarYo quiero que se kede
ResponderEliminarCon Adam
EliminarEspero y ya se decidan a estar juntos,que no ven el amor que se tienen ambos, estuvo gienial el capitulo y espero subas pronto xD Jimenitha_jones
ResponderEliminarMe encanta!!
ResponderEliminarA ver si Danny y Sam vuelven juntos de una vez por todas.
Sube pronto que necesito saber que pasa entre estos dos.
Un abrazo :)
SUBE YA PLZ NECESITO SABER QUE PASAAAAAAA!
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