lunes, 27 de febrero de 2012

Capítulo treinta y dos.




Entre al departamento, y mientras encendía las luces, me iba quitando los zapatos. Todo estaba tan tranquilo, y era extraño, se supone que no debería preocuparme por si Ken esta o no está bien, ¿pero qué podía hacer? Tenía semanas sin verlo, tal vez esto era lo mejor para mi, no verlo ni saber nada de él, pero yo no era tan mala y tenia corazón. No podía evitar preocuparme por las personas, fueran buenas o malas.

Deje mi bolso sobre el sofá y camine hacia su habitación, con cuidado gire del pomo y abrí la puerta. Olía a colonia, al parecer ya había regresado. Cerré la puerta rápidamente, tome mi bolso y camine hacia mi habitación. No quería que el llegara y me viera en esa situación. Digamos que evitaría problemas. Creo que ya he tenido demasiados golpes en menos de un año, no querría sumarle uno más a la lista.

Avente mi bolso y abrigo sobre la cama, mientras me recogía el cabello en un chongo y camine hacia el armario para sacar mi pijama, cuando el teléfono comenzó a sonar. Corrí hacia él y lo tome.
— ¿Diga?
— ¿Sam? Soy Tom.
—Hola Tom ¿Qué tal todo? —respondí sentándome en el colchón.
—Todo bien, ¿estás ocupada?
—No, apenas llegue del día con Danny.
—Oh, cierto.
— ¿Qué pasa?
—Oye Sam, espero no olvides quien es tu mejor amigo… —comencé a reír. —hablo en serio, no me has platicado nada desde hace muchos días.
— ¿Estás en casa?
—Este… si, ¿Por qué?
—Pues para ir y charlar de todo lo que quieras saber.
—Es tarde para que salgas y vengas, podemos dejarlo para otro día, yo solo decía…
—Guarda silencio, estaré allá en unos minutos, pide una pizza.
Colgué el teléfono y reanude mí camino hacia el armario, pero esta vez para sacar un abrigo un poco más caliente y unos converse.

Tome un taxi, no planeaba irme caminando hasta casa de Tom. Raramente, a pesar de que el día había sido muy extraño, me sentía feliz. Danny, bueno… seguía sin entender su comportamiento, hacia mí. Siempre era lo mismo cuando teníamos algún acercamiento, el se alejaba y podía casi apostar que mañana o después de mañana, no tendría noticias de él, me había confesado varias cosas, pero ninguna de esas me daba la respuesta a su manera de ser conmigo. Un día casi me decía que le gustaba, y al otro se perdía.

Debía dejar claro cosas, más bien, darme mi lugar como mujer. No está bien que cada que nos viéramos, nos besáramos – o intentáramos-, nos abrazáramos, y nos sonriéramos como enamorados, siendo que la única enamorada aquí era yo y si, lo acepto, aunque sea un error.
¿Por qué no me había enamorado de Tom? Podríamos haber tenido una relación muy bonita, era mi mejor amigo y bueno, una relación perfecta se basa en ser amigos y amantes. La relación con Tom, podría haber funcionado, le había gustado, y me había gustado…
—Señorita, hemos llegado. —dijo el chofer sacándome de mis pensamientos.
—Gracias, tome —extendí el billete y él lo tomo. —quédese con el cambio, buenas noches.

Camine hacia la puerta de la casa de Tom y toque esperando que me abriera. Reí burlándome de mi misma, por haber pensando en enamorarme de Tom. Si, era un tanto tonta por haber si quiera dejado que eso pasara por mi mente, sería algo así como un ¿incesto? De acuerdo no, pero, lo quería como un hermano y ahora me sentía mal por haber pensado eso.
La puerta que estaba frente a mí se abrió, eleve la vista y ahí vi a Tom, quien me miraba con una gran sonrisa, intentando descifrar que estaba pensando.
— ¿Por qué vienes tan feliz? —pregunto divertido mientras pasaba a su lado, entrando a la calidez de su casa.
Me gire y lo mire.
—Nada, solo se me paso algo estúpido por la cabeza. —recorrí el lugar con mi vista— ¡Si pediste la pizza! Muero de hambre. —dije mientras caminaba hacia la cocina y me despojaba de mi abrigo.
Comencé a abrir las puertas que estaban sobre la encimera buscando algún vino. Ya que lo encontré se lo mostré a Tom con una gran sonrisa
—Si… iré por unas copas—dijo divertido.
Nos sentamos a comer y platicábamos de cosas estúpidas y cómicas, cosas que hacen dos grandes amigos.
—Y bueno…—dijo Tom, mientras tomaba su copa. — ¿Qué fue lo estúpido que paso por tu cabeza?
—Realmente es estúpido, no querrías saberlo. —dije restándole importancia mientras mordía mi pedazo de pizza.
—Ahora quiero saberlo mas, siempre me platicas cosas estúpidas —lo mire acusatoriamente— De acuerdo, no siempre, pero nunca te da pena contarme ese tipo de cosas, ¿Por qué ahora si?
—No es pena.
— ¿Entonces?
—Ok…—le di un sorbo a sexta copa de vino y lo mire. —Me puse a pensar en el porqué no me había enamorado de ti. —el me miro con los ojos bien abiertos y por primera vez en mi vida me había arrepentido de confesarle algo a Tom. —Te dije que era algo estúpido, y tú aun así quisiste saber. —deje de mirarlo y fije mi vista en la pizza mordisqueada que estaba frente a mí, comencé a jugar con ella. —Pero es la verdad ¿Por qué no me enamore de ti? Habríamos sido una pareja muy bonita ¿Sabes? De esas que las personas ven y se preguntan ¿Aun siguen juntos? ¿Cuándo es la boda? O ¿Qué nombre le quieren poner a su primera mascota juntos? —me encogí de hombros y suspire.
Vi que Tom se puso de pie, no tuve la suficientemente fuerza de mirarlo a la cara, me sentía realmente avergonzada.



***



Los rayos del sol comenzaban a colarse por las cortinas, abrí un ojo, mientras que con el dorso de mi muñeca tallaba el otro, me estire y bostece audiblemente. Ya con los ojos bien abiertos, me quede observando la habitación. No estaba en mi habitación. Me senté y seguí observando, la cabeza me pesaba, estaba con el cabello suelto. Eleve las blancas sabanas para mirarme mejor y traía un bóxer de hombre y una playera de ¿Linterna verde? Yo no tenía de esas…

Flashback

Tom coloco su mano sobre mi mandíbula, girando mi cabeza delicadamente, mis ojos se perdieron en los suyos por un momento, con la otra mano que tenia libre, acaricio mi mejilla, para después acomodar un poco un mechón de cabello que se había escapado de mi chongo.
Sabia cuáles eran sus intenciones, deje la pizza sobre la mesa y coloque mis brazos alrededor de su cuello, atrapando su boca con la mía, mordí un poco su labio, a lo que Tom respondió con un gruñido. Me puse de pie sin dejar de besarnos.
Era un beso un poco, ¿apasionado? ¿Salvaje? Era un beso totalmente desesperado, nos quitaba el aire, y ninguno de los dos hacia algo para separarse.
En un movimiento que hizo Tom, termine recargada sobre la pared, mientras él me seguía besando el cuello, baje mis manos de su cuello y comencé a quitarle la camisa que traía, no era de botones, lo cual hacia que se me dificultara un poco, el entendió y me ayudo. Ahora veía en todo su esplendor aquella estrella en su pecho. Ahora su turno, Tom me despojo de mi camisa, arrojándola hacia donde estaba la suya.
Y el beso desesperado continuo, pero ahora sobre el sofá…

Fin del flashback.


Me levante rápidamente de la cama y salí de la habitación, no recordaba nada de lo que había pasado después. Fui hacia la habitación de Tom y no estaba, ¿Dónde demonios se había metido Dougie? Si él hubiera estado la noche anterior en casa, eso no hubiera ocurrido.
Baje las escaleras y logre verlo con un sartén en la cocina. Su pecho estaba descubierto, haciendo que varias cosas se removieran dentro de mí.
Camine tímida hacia la barra y me senté en uno de los taburetes. Lo mire.
—Veo que ya despertaste —dijo sonriendo. —El desayuno no tarda en salir.
—Tom…
—Dime. —dijo mirándome aún sonriente.
— ¿Qué fue lo que paso… anoche… entre tú y yo? — su sonrisa se desvaneció confundido.
— ¿No recuerdas?

Lo mire mas confundida y a la vez tímida, sabía que no había estado en todos mis sentidos, pero sabía lo que habíamos hecho, al menos la mitad, y no me había resistido… ¿pero que más había pasado? Necesitaba saberlo.







 -------------------------------------------------------
¡ PERDÓNPERDÓN! perdonen no haberles subido la semana pasada, no tenia muchos ánimos y ni siquiera he usado la laptop... pero ahora esta acá el capitulo, el cual espero les guste. no tengo mucho que decir, puesto que estoy muy enferma de gripe y la cabeza me mata. ademas de que muero de hambre y la imagen que he subido no ayuda de mucho, quiero pizza.

¿alguna de ustedes escribe? ¿que hacen para inspirarse? necesito consejos, puesto que me esta costando mucho trabajo agarrar inspiración para escribir :|

dejen sus comentarios, que me encanta leerlos, amo hacerlo. 

las quiero.

Yanan.


1O+ likes.

viernes, 17 de febrero de 2012

Capítulo treinta y uno.



Danny se acerco con los boletos, abanicándose con ellos. Yo comencé a decir todas las oraciones religiosas y demás que me sabía.
Caminamos hacia la fila, la cual no era muy larga. Varios turistas, así como habitantes de aquí, charlaban, mientras esperaban su turno.

No podía decirle a Danny que no me gustaba mucho la idea de subirme, ya que solo al ver como sonreía y miraba el artefacto hacia que mi corazón se apachurrara. Golpeaba con mi zapato el piso, mientras íbamos dando pasitos hacia la entrada.
—Vamos, es solo un paseo, no dura mucho. Te va a gustar.
—Espero. —dije sin dejar de mirar la imponente rueda que estaba frente a mí.
El cielo comenzaba a obscurecer, así que empezaron a encender las luces que la adornaban.

Llego nuestro turno, entramos a una especie de ovalo, solo íbamos nosotros dos, así que pude relajarme un poco. Comenzamos a subir, y yo ya más tranquila logre mirar a Danny, quien me observaba divertido.
—Sabes que no me gustan mucho los espacios cerrados.
—Aja, pero esto no dura mucho. Acércate, —hizo una seña con su mano, ya que él se encontraba recargado sobre uno de los barandales que había alrededor, para que te recargaras y pudieras asomarte y observar bien todo Londres. Yo estaba en el centro, estática, mis piernas no respondían. —Ya estamos en la cima, ven, te aseguro que no conoces muy bien, así que esto te servirá.
Camine temerosa y me acerque, coloque mis manos en el barandal y comencé a observar con detenimiento.
—Wow. —fue lo único que logre decir. De pronto, nos detuvimos estrepitosamente. Nuestro compartimiento se movía delicadamente de izquierda a derecha. Mire a Danny con pánico.
—Creo que… creo que ocurrió algo, nos hemos detenido. —me miro cuidadoso. Yo abrí la boca y los ojos lo más que pude.
—No, no, no, puede que sea parte del recorrido. —solté las palabras rápidamente.

Danny comenzó a moverse y a asomarse hacia afuera, para ver si había algo que nos diera la respuesta a lo que estaba pasando. Yo muerta de miedo, solo lo miraba.
Una bocina, dentro del lugar, comenzó a hablar.
“Han ocurrido unas fallas técnicas, el motor ha hecho corto circuito, y se han detenido todos los compartimientos, les rogamos mantener la calma, ya vienen los mecánicos a arreglarlos. No sabemos cuánto tarden, pero por favor, quédense tranquilos. Gracias por su atención.”
Mire a Danny y sentí que me iba a soltar a llorar.
—Calma, esto tiene ventilación, el aire circula, no te preocupes.
— ¡No me importa el aire, me dan pánico las alturas! —dije perdiendo la calma, mientras intentaba no morderme las uñas o aventarme al vacio. Danny me miro preocupado y se acerco a mí, un tanto tímido.

Ya más cerca de mí, me miro un poco asustado. Yo mordí mi labio intentando no llorar. Desde chica había odiado las alturas, aunque era extraño, porque podía subirme a un árbol perfectamente, pero esto era diferente, sentía que podíamos caer y morir.
Comencé a sentí que sudaba frío y que mis manos temblaban.
—Tranquila. —dijo Danny más cerca de mí. —Esto va a moverse rápido. No nos va a pasar nada. —Me abrazo rápidamente, intentando que guardara la calma, ni siquiera había tenido tiempo de calmarme en sus brazos, porque no había reaccionado, ya se estaba separando de mi, cuando fui yo quien lo abrazo más fuerte, ocultando mi rostro en su pecho. El se quedo estático, y comenzó a rodear mi cintura con sus brazos, lentamente, colocando su mandíbula sobre mi cabeza, mientras que con una de sus manos, daba suaves masajes en mi espalda.

Mi respiración volvió a la normalidad, me sentía un poco más tranquila, los temblores se habían ido, al igual que el miedo. En sus brazos me sentía en calma, segura, muy, muy segura. Los minutos pasaban, y el abrazo no se disolvía.
—Sentémonos. —dijo Danny separando su rostro y haciendo que lo mirara, pero sin dejar de abrazarme. Yo asentí aun un tanto nerviosa.

Nos sentamos en el piso, recargando nuestras espaldas, en lo que venía siendo un espacio de cristal acrílico. Me acomode a su lado, paso su brazo sobre mi hombro y me atrajo más hacia él. Recargue mi cabeza en su hombro y comenzó a jugar con mi cabello, mientras yo jugaba con mis manos.
—Siento haber perdido el control. —dije tímidamente.
—No te preocupes, a muchos nos pasa… eso de tener miedos y así. —yo reí.
— ¿Tu a que le tienes miedo? —levante mi cabeza y lo mire, no dejo de acariciar mi cabello, bajo la mirada y me miro.
—A quedarme solo.
—No creo que eso te llegue a pasar. —dije sincera. —Como te dije en la mañana, —regrese mi vista hacia el frente— tienes a muchas personas que te quieren y se preocupan por ti, nunca te dejarían solo.
— ¿Tu me dejarías solo? —pregunto después de unos segundos. Eleve mi cabeza y lo mire confundida.
—Eh, si no quieres no. —volví a decir sincera. —Te lo repito, tienes muchas personas que…
— ¿Así que tú me quieres y te preocupas por mi? — pregunto interrumpiéndome, un tanto divertido. Me miro fijamente, yo no pude evitar ponerme nerviosa y que mi corazón latiera como caballo desbocado en mi pecho. Elevo ambas cejas, esperando una respuesta.
—Si, porque te considero mi amigo. —dije al fin.
—Oh. —fue lo único que dijo, mordí ligeramente mi labio, sin que él se diera cuenta de que mentía.

Los minutos pasaban, y esto no se movía. Ya habíamos cambiado de lugar, no sabíamos como acomodarnos para quedar cómodos, así que terminamos acostados a lo ancho del ovalo. Nuestras cabezas estaban al centro, y nuestras piernas estaban acomodadas en dirección contraria.

Obligue a Danny a que me hablara de él. Me conto todo, Sus papas se llaman Kathy y Alan, tiene una hermana llamada Vicky, sus papás están separados y su madre tiene una nueva pareja. No me conto mucho de su papá, pero yo tampoco le pregunte, ya que al parecer le incomodaba ese tema.
Me platico todo absolutamente todo, de cómo se formo la banda, al saberlo de su boca y no de artículos de internet, hacia que me sintiera orgullosa de mis amigos. Me dijo también, que su gran ídolo era Bruce Springsteen y que al primer concierto al que fue, fue de él.
Confeso que cuando se sentía nervioso o estresado, mordía sus uñas, yo reí ante eso, porque yo era igual…
Estuvimos charlando de él, por mucho tiempo, ya que cuando me di cuenta, el cielo estaba completamente obscuro. Ni si quiera me había acordado que estábamos a varios kilómetros del suelo.

Otro movimiento, hizo que se me pusieran los pelos de punta. Volví a mirar a Danny asustada, mientras nos poníamos de pie.
—Creo que ya nos están bajando. —dijo, se asomo hacia el vacio y después me miro de nuevo. —Sí, ya nos estamos moviendo. —sonrió.
—Gracias a Dios. —dije exhalando.
— ¿Tan mal te pareció el tiempo que compartimos aquí arriba?
—No. —reí, y el rio junto conmigo.
Ya estando en tierra, suspire aliviada. Comenzamos a caminar sin destino alguno, ninguno traía automóvil.
— ¿Regresamos al estudio? —pregunte.
—Si, y así te puedo llevar a tu casa.
—Me parece perfecto. —le sonreí.

Fue extraño, inconscientemente, lo tome de la mano y el no protesto, si no que me agarro con más fuerza y así comenzamos a caminar. Íbamos en silencio, pero no era en lo absoluto incomodo. Danny sonreía, y yo sonreía solo de verlo sonreír.
Después de caminar por varios minutos, llegamos y el auto de Danny seguía estacionado fuera.
Entramos para ver si no había nadie, pero estaba todo solitario. De repente, me puse triste, el día había acabado y ya no estaría con Danny a solas como hoy.
— ¿Te encuentras bien? —pregunto al darse cuenta de mi repentino cambio de ánimo.
—Sí. —dije fingiendo una sonrisa.
—De acuerdo. —respondió intentando creerme, le sonreí de lado. —Vayámonos.
Apago las luces y cerro el estudio.
Salimos, me abrió la puerta y después subió el. Durante el trayecto a casa seguíamos hablando, pero ahora de nuestros amigos. Los dos coincidimos en que debíamos buscarle una novia a Tom, y que debía ser como Emma.

(…)

Detuvo el auto fuera del edificio donde vivía. Los dos nos quedamos en silencio y suspiramos ligeramente, ya había acabado el día, y era hora de que cada quien regresara a la normalidad, supongo. Me desabroche el cinturón, Danny rápidamente se bajo de su lado y camino hacia el mío y me abrió la puerta ayudándome a bajar.
—Gracias. —dije dándole la mano.
Caminamos en silencio hasta la entrada.
—Sam, gracias por haber hecho sentir mejor el día de hoy. En serio, me ha servido mucho que me escucharas y me apoyaras, no sé cómo pagarte lo que hiciste por mí.
—Ya te dije, Danny. ¿Cuántas veces me vas a hacer repetírtelo? No me molesto en lo absoluto, eres mi amigo y quiero verte bien, ya sabes que puedes confiar y contar conmigo.
—Gracias. —se acerco rápidamente y me abrazo fuerte. Me tomo otra vez tiempo en corresponder el abrazo.  Se separo de mí, y yo sentí como si se estuviera llevando algo mío, me sentí incompleta. —Por cierto, —dijo de pronto— ¿Recuerdas el 2 x 1 el día del armario? —yo asentí intentando comprender su punto. —Me debes el tuyo, yo ya te platique todo de mí, me falta a mi saber todo de ti.
—No lo he olvidado, cuando quieras te platico mi triste, patética y aburrida vida. —hice una mueca. —Danny estiro su brazo y acaricio mi mejilla. Yo lo mire confundida y sonreí nerviosamente.
—Perfecto. Bueno… creo que debo irme, y dejarte descansar.
—Si… creo que tu—recalque esa palabra. —debes descansar. Háblame si necesitas algo, ¿De acuerdo?
—De acuerdo. —se acerco a mí y beso rápidamente mis labios. —nos vemos luego, Sam. —dijo mientras se separaba de mi y caminaba sonriente hacia su auto.
Me quede más confundida que antes, mientras veía como se alejaba.
¿Por qué había sido ese pico? Negué con la cabeza, sonreí y entre a casa, creo que a pesar de saber ya todo de él, nunca podría entender su manera tan cambiante de ser.













------------------------------------------------------
Chicas, muchas gracias por sus comentarios, en serio me alegran el día cuando los leo, son muy lindas, me alegra que si les este gustando la novela. Me gustaria subirles mas seguido, pero no puedo, porque si no me quedo sin capitulos y si me quedo sin capitulos tardaria mas en subirles y no queremos eso ¿verdad? bueno, como sea, intentare escribir ahorita, tengo 2 semanas sin escribir y ya casi se me acaban los adelantados. Muchisimas gracias por tomarse el tiempo de leerme.

Las quiero..

Yanan.


1O+likes.


Fic de Dougie {}

miércoles, 15 de febrero de 2012

Capítulo treinta.


Los minutos pasaron hasta convertirse en horas, nadie decía nada. Danny se encontraba en silencio viendo hacia la nada y yo jugaba con mis manos. No sabía que decirle, de vez en cuando lo miraba, pero el parecía estar perdido en sus pensamientos. Amaría poder entrar a su mente y saber que era lo que pensaba, o a su corazón y saber que era lo que sentía.
La confesión que me hizo, había hecho que me la tomara personal, como si me estuviera pasando a mí, quería ayudarlo, quería lograr sacar el Danny que él era antes, ¿Pero cómo? A pesar de que se había abierto a mí, aun sentía que tenía como una coraza cubriéndolo, como si no me pudiera acercar a él… Me sentí identificada con él.

En una de las tantas veces en las que lo miraba, sentí como si una luz se hubiera encendido sobre de mi. Me puse de pie de golpe y me pare frente a él, extendí mi brazo hacia él y me miro confundido, para que me tomara de la mano. Después de pensarlo por unos segundos, la tomo y se puso de pie, sentí como si una corriente eléctrica me recorriera. Trague saliva, Danny me seguía mirando como esperando una respuesta.
—No sé tú, pero no planeo quedarme aquí toda la mañana.
—Sam, yo…
—Sam nada, Danny. —jale de su mano y comenzamos a caminar hacia la salida del estudio.

Íbamos por un largo pasillo y nos encontramos con Tom. Danny se tenso. Tom nos miraba extrañado, se veía arrepentido, hice una mueca y me le quede mirando fijamente, intentando hacer que él entendiera que iba a “secuestrar” a Danny por unas horas, Tom pareció comprender y detuvo su paso, mientras me sonreía.
Danny quería soltar mi mano para acercarse a Tom, pero yo la sujete con más fuerza, haciendo que Danny dirigiera su vista hacia nuestras manos y después a Tom, asustado.
Me acerque a su oído.
—Después tendrás tiempo de hablar con Tom, pero hoy pasaras el día conmigo. —Se separo y me miro extrañado.
Comencé a caminar, pero Danny iba aún dudoso, así que lo volví a jalar hacia a mí, obligándolo a seguirme.

Dejamos a Tom atrás y salimos a las húmedas calles de Londres, si estábamos casi a finales de Julio, que se supone que es aun verano, pero las lluvias nunca se hacían esperar.

Estuvimos caminando por unos minutos, Danny no decía nada, y no me había dado cuenta de que aun íbamos tomados de la mano, mire nuestra unión, así que intente separarla, pero Danny apretó mas mi mano, entrelazando nuestros dedos, yo lo mire y el solo me sonrió de costado, a lo que yo imite.
Mire mi reloj, ya casi era hora de comer, así que me detuve y mire a Danny.
— ¿Tienes hambre?
—Si, mucha. No tuve tiempo de desayunar.
—Perfecto. —me puse a buscar con la mirada un buen restaurante. En la calle de enfrente, había uno italiano. Así que aun, tomados de la mano, cruzamos la calle y entramos.

Nos sentamos en una mesa para dos, que estaba cerca de la ventana. Una chica nos trajo la carta, y un tanto descarada comenzó a coquetear con Danny, él solo le sonreía y me miraba de reojo. Yo intentaba no prestarles atención, aunque sintiera ganas de tomarla de los cabellos y alejarla de la mesa. Si, era tonto, aunque quisiera no podría, porque ni él, ni yo somos algo. Solo amigos, si eso éramos, amigos.

Las risitas exageradas de la mesera comenzaban a hacer que perdiera la paciencia, deje la carta sobre la mesa y la mire.
—Creo que deberías hacer tu trabajo. —ella dejo de reír y con una mirada un tanto venosa me observo. Danny oculto una risa, dándole un sorbo a su copa de agua.
—En eso estoy. —dijo secamente.
—Oh vaya, coqueteando con mi acompañante. Wow, —mire a Danny y después a la chica quien miraba a Danny de nuevo. — ¿Podrías traer lo que pedimos? —volví a decir, haciendo que está me mirara enojada. Yo le sonreí cínicamente.
La mesera se alejo, un mesero, iba pasando al lado de nuestra mesa e hice que se detuviera. —Disculpa, quisiera cambiar de mesera.
—Oh, claro, yo los atenderé. —se alejo y camino hacia la que era nuestra mesera, ella me miro mas enojada todavía, mientras le entregaba la hoja con nuestro pedido, yo le volví a sonreír.
Tome un sorbo de mi bebida, mientras sentía la mirada de Danny sobre de mi, intentando no reír.
— ¿Qué? —dije mirándolo.
— ¿Celosa?
— ¿Yo? — Reí irónica— ¿de ti? —volví a reír.
—Si, por eso hiciste que nos cambiaran de mesero, te pusiste celosa de que la chica me coqueteara.
—Claro que no. —el me miro con cara de obviedad— Piensa lo que quieras, tenía hambre y ella se estaba tardando demasiado.
Nuestros platillos llegaron, yo había pedido spaguetti a la bolognesa y Danny una lasagna y comenzamos a comer, de vez en cuando platicábamos y reíamos. Era agradable.

En una de esas, Danny estiro su mano, y con su dedo pulgar limpio un poco de salsa que tenía en la comisura de mis labios. Al retirar su dedo me quede mirándolo fijamente, sentía como si me estuviera quemando donde había estado su dedo. Me comenzaba a frustrar lo que hacía Danny en mí, lo que provocaba que sintiera.

Después de pedir el postre y jugar a ver quien se manchaba la cara con helado, pedimos la cuenta. Danny iba a sacar su billetera, pero lo detuve.
—Yo, —dije colocando la mano sobre su brazo— Yo pagare todo el día de hoy.
—No puedo dejarte hacer eso, Sam. Anda déjame.
—Ya dije que no, en otra oportunidad si quieres, recuerda que te robe por este día, yo invitare todo. —el bufo molesto, pero gane la pelea y guardo su billetera de nuevo.
Nos pusimos de pie y salimos del establecimiento, estaba comenzando a refrescar mas, ya que el sol cada vez estaba más abajo. Pasaban de las cinco de la tarde.

Estuvimos por las calles de Londres, y terminamos en el centro. Nos acercamos a la barda, para lograr ver el rio y los ferries llenos de turistas. Durante todo el tiempo que estuvimos caminando, íbamos riendo, platicando y contando chistes, por cierto, malísimos. También me conto varias anécdotas de la banda.

Seguimos caminando, hacia donde estaba el Big Ben, pero varias fans nos detuvieron, para pedirle fotos y autógrafos. Me hice a un lado, observándolo con una sonrisa, sentía cierto orgullo, porque sabía que el amaba estar en la banda, que amaba a los chicos y que era todo para él, era de lo poco que lo hacía feliz actualmente. Y sin embargo, a pesar de que en estos momentos, Danny no se sentía completamente feliz, sonreía y posaba para las cámaras por sus fans.

Al término de las fotos, se acerco a mí con una sonrisa, muy sincera. Mi corazón dio un vuelco.
«Vaya, Sam, si no te conociera a la perfección, diría que estas enamorada de Danny. El te gusta y mucho…» mi conciencia suspiro y yo junto a ella. Sin dejar de mirar como el chico de las pecas y ojos azules caminaba hacia mí. Le sonreí cuando llego hasta a mí y me coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.
«¿Tú crees?» le respondí irónica.
—Gracias por esperar, no podía negarme a mis fans. —dijo mientras escondía sus manos en sus bolsillos delanteros.
—No te preocupes. —respondí sincera. —Y… ¿Qué quieres hacer ahora? Te dejare elegir. —le guiñe el ojo. El elevo los suyos de sobre de mí y comenzó a recorrer las calles con su mirada.
—Tengo una idea. —me miro por fin. Tomo mi mano y me hizo caminar.
—Se supone que la que debe obligarte a caminar, soy yo. —dije intentando acomodar mi paso al de él.

Cruzamos el puente, teniendo cuidado con los autos que iban a nuestra izquierda. Yo solo lo seguía, el iba caminando rápido, y mis pies no daban para tanto. Ya estando del otro lado, caminamos hacia la izquierda, quedando frente al London Eye, yo lo mire intentando comprender que hacíamos aquí.
—Vamos a subir. —dijo interpretando mi silencio.
— ¿Arriba?
—Claro. —sonrió.

Regrese mi mirada a la gran construcción mecánica que estaba frente a mí, Danny se alejo de mi a comprar los pases. Yo trague saliva nerviosa. Bueno, supongo que no perdería nada arriba de eso, ¿qué eran unos minutos en las alturas? Nada.















 -------------------------------------------------------------
Lo prometido es deuda, acá esta el capítulo. espero les haya gustado. El otro capitulo que les prometi, se los subire el viernes, asi que espero mucho comentarios en esta entrada :D
Hoy no tengo mucho que decir, se le acaba la pila a esto.
Las quiero mucho.

10+ likes y subo.

Yanan.

P.d. espero se la hayan pasado bonito ayer :).


Fic de Dougie {x}


martes, 7 de febrero de 2012

Capítulo veintinueve.




Salí del pub de Carl, a las ocho de la mañana. Era jueves. Si lo sé, ¿Quién abre hasta estas horas de la mañana entre semana? Sencillo, nadie, pero pedí que me dejaran un tiempo más a solas, dando dinero extra.
Camine con pesadez y un tanto mareado hacia mi auto, debía ir al estudio a una junta con los chicos, no tenía tiempo de llegar a casa a ducharme, así que comencé a conducir hasta allá.

Antes de bajar, metí una mentita a mi boca, peine mi cabello un poco y me puse un poco de perfume. Me seguía sintiendo perdido, mareado y un tanto atolondrado, pero nada que no se pudiera ocultar.

Camine hasta el estudio, logre escuchar las voces de Dougie y Harry, suspire, me coloque mis gafas de sol y abrí la puerta. Ambos se me quedaron viendo en silencio, me tumbe en uno de los sofás que estaba dentro, ante su mirada atenta.
— ¿Qué? —dije seco.
—Nada. —respondió Dougie, mientras se giraba y me daba la espalda. Harry solo negó con la cabeza. Ambos parecían molestos conmigo, pero no le di importancia.
Me acomode más en el sofá, hasta quedar cómodo.

No se cuanto tiempo paso, pero cuando abrí los ojos, Tom estaba sentado frente a mí, con un semblante muy serio y un tanto indignado, mirándome acusadoramente.
— ¿Y la junta? —pregunte mientras me enderezaba y me quitaba los lentes de sol.
—Se cancelo. —dijo sin más. No dejaba de mirarme, les digo, si las miradas mataran, yo ya estaría enterrado.
— ¿Por qué? —pregunte, no comprendía nada.
— ¡¿Todavía preguntas el porqué?! —grito mientras se ponía de pie. Yo lo mire con los ojos como platos; así como cuando los padres regañan a sus hijos, y estos no tienen nada más que mirarlos hacia arriba, sin pestañear. — ¡Mírate como estas, sigues con la misma ropa de ayer, hueles a cigarro y a alcohol, te quedaste dormido en el sofá! —siguió gritando, mientras hacía ademanes con sus manos y caminaba por la habitación. Yo no decía nada, solo escuchaba. — ¡Por Dios, Danny! ¡¿Qué te ocurre?! ¡¿Qué carajos estas haciendo con tu vida?! —pregunto, mientras se detenía frente a mí. Bajé mi cabeza, no tenía el valor de mirarlo.
La puerta del estudio se abrió, dejando ver a una Sam atónita, los dos la miramos.
—Oh, lo siento… yo… yo ya me iba.
—No, el que se va soy yo. —dijo Tom rápidamente, mientras tomaba sus cosas y salía de ahí. Estaba furioso.

Oculte mi cabeza en mis manos y me comencé a preguntar lo mismo que Tom me había cuestionado segundos antes ¿Qué carajos estaba haciendo con mi vida?



|Sam|



Llegue al estudio, y después de esperar a que me dieran el pase de “entrada”, camine hacia donde se suponía tenían que estar los chicos.
Recorrí un largo pasillo, hasta llegar a una puerta, que por lo que me había dicho Tom, era donde hacían sus juntas, acomodaban las letras y demás de sus canciones.
Raramente, hoy estaba ¿feliz? No sé, me sentía contenta, después de haber estado tres días, sumida en depresión y sin querer hacer nada. 

Abrí la puerta, pero al momento me había arrepentido de haberlo hecho.
— ¡¿Qué carajos estás haciendo con tu vida?! —chillo Tom. De pronto, ambos me miraron confundidos.
—Oh, lo siento… yo… yo ya me iba. —dije boquiabierta, asustada… no sé, me había sorprendido demasiado verlo, gritándole de esa manera a Danny.
—No, el que se va soy yo. —dijo Tom rápidamente, mientras tomaba sus cosas y caminaba a mi lado, sin decir nada y sin mirarme, salió de la habitación.
Trague saliva, ¿Qué hacia? ¿Me iba? Me quede debajo del marco de la puerta por unos segundos.
Sentía mi corazón apachurrarse al ver a Danny en ese estado. Estaba sentado sobre el sofá, ocultando su rostro en sus manos.

Cerré la puerta con cuidado y camine hacia donde estaba el, me senté a su lado, pensando el que hacer. Danny elevo su cabeza y me miro.
— ¿Qué haces aquí? Como viste, Tom se fue…—dijo con voz más ronca de lo habitual. Yo lo miraba con preocupación, mientras intentaba entender todo.
—No me pareció adecuado dejarte solo… —dije. — ¿Estas bien? — él solo se encogió de hombros. Sabía que mi pregunta había sido muy estúpida, viendo el estado en el que él se encontraba. —Tom y los chicos se molestaron contigo porque empezaste a tomar de nuevo… ¿estoy en lo correcto? —el me miro sorprendido y asintió, para después regresar su mirada hacia el frente. — Dirás que soy una metida y que no me importa, pero por mi puedes pensar lo que quieras. —Lo mire— Solo te diré que, es de estúpidos estar consumiéndose lentamente por un corto momento de placer.
— ¿Con eso te refieres a…?—bromeo.
—Eres un pervertido. —le acuse. Me sorprendía que no dejara de bromear, a pesar de estar casi llorando.
—Solo jugaba. —dijo serio.
—Eres imposible, Danny. Estoy intentado hacerte sentir mejor y tú no me ayudas. —me puse de pie molesta y comencé a caminar hasta la puerta.
—Tienes razón, Sam… soy un completo estúpido, idiota, lo que quieras. —soltó un gran y doloroso suspiro.
—Yo no he dicho que seas todas esas cosas. —dije girándome. Me entro el remordimiento, al verlo así. Camine de nuevo hacia el sofá y me senté. —Estoy segura que eres un chico muy agradable y con un gran corazón.
—Al menos antes era así. —murmuro no lo suficiente bajo, porque lo logre escuchar perfectamente.
— ¿Y porque ahora no?
—Por culpa de las circunstancias. —respondió encogiéndose de hombros de manera simple, mientras se recargaba en el respaldo de aquel negro sofá.
— ¿Qué cosa tan mala te pudo haber pasado? —el suspiro y miro hacia sus manos— Entiendo, debe ser muy malo. —opine.
— ¿No has sentido alguna vez esa tristeza cuando alguien te deja, te pisotean, cuando te decepcionan o te abandonan? —me pregunto, mientras me miraba con esos grandes ojos azules, ahora un tanto rojos por no haber dormido bien, y por haber estado reprimiéndose las ganas de llorar. Sentí que un gran y espeso nudo se formaba en mi garganta. Lo mire directo a los ojos y suspire.
—Si. —conteste bajito. —Pero esa no es razón suficiente —intente animarlo—, no debes dejar que nunca, ningún tipo de circunstancia te cambie.
—Me siento perdido, Sam. No sé qué hacer con mi vida, no sé qué hacer con esto que siento, no entiendo porque de pronto me siento solo. La última vez que me había sentido así, fue cuando termine con mi novia de varios años. Tenía mucho tiempo sin sentir este vacío dentro de mí, que quema. —toco su pecho. — Nunca he sido un alcohólico —prosiguió, yo solo lo escuchaba, el necesitaba desahogarse y era lo que dejaría que sucediera. —, Solo tomo en exceso cuando me siento mal. En estos momentos me siento patético contándote todo esto, pero no me importa, sé que no te vas a burlar. —me miro rápidamente, después regreso sus ojos azules a sus manos. —He intentado llenar este vacío también fumando… pero prefiero tomar —rió irónicamente—, se que las dos cosas hacen mal. También intente llenarlo con mujeres, con viajes, con cosas caras, pero no, nada lo llena, al contrario se va haciendo mas y mas grande. Llegue al punto en el que siento que todos me odian, incluso yo lo hago. Dougie y Harry cuando me vieron llegar, parecían incómodos y molestos. Y ahora Tom, se fue furioso conmigo, y es por mi culpa, ¿y si por mí la banda se desintegra? ¿Si no soportan mi actitud y ocurre eso? Me mataría, Sam… es lo único que me hace sentir vivo. —suspiro y aclaro su garganta. Puse mi mano sobre su hombro y lo apreté. Me había quedado sin palabras ante todo lo que me dijo. Nunca me había pasado por la mente que se sintiera así.
—Ellos te quieren y mucho, Danny. Les preocupas, por eso están así, no les gusta que tomes. —guarde silencio y lo mire. — ¿Has hablado con ellos de cómo te sientes?
—No.
— ¿Y porque no?
—Me da vergüenza.
—No debería darte, ellos serian los últimos en juzgarte, al contrario, te apoyarían.
—Ayúdame, Sam. —soltó, mientras me clavaba la mirada en los ojos. Esos grandes y azules ojos, no brillaban.
Su repentino comentario me dejo sin palabras.
¿Por qué me lo pedía a mí? Su mirada me lo rogaba, una parte me decía que “no” pero otra parte estaba más que dispuesta a ayudarlo… ¿pero en qué?














 --------------------------------------------------------------

Perdón por haber tardado en subir, pero no he tenido tiempo de usar la compu y ahorita me tome 5 minutos para subirles el capítulo. no es tan largo, pero era necesario que lo cortara ahí.
El próximo capitulo se los subiré el Miércoles o Jueves, porque estaré ocupada, pero espero subirles 2 días será mi regalo de san valentin hehe, ya sea el miércoles y el sábado o el jueves y el domingo, aun no estoy segura.

Si alguna quiere que le avise, no olvide de dejarme su user de twitter si no lo ha hecho.
Las quiero y ya saben los 10+ likes y algunos comentarios, me encanta leerlos :)

Yanan.

x


P.d no olviden de pasarse a leer este fic de Dougie {x}