No era la típica chica popular en la Universidad, era muy
normal. Si, tenía amigos, mucho en realidad, pero de vez en cuando me gustaba
estar sola.
Si tuviera que describirme, diría que tengo un cuerpo menudo, soy delgada, pero no en exceso y mi tono de piel era demasiado “normal” para mí, pero mis amigas me decían que lo envidiaban. Mi cabello rubio obscuro, largo y sedoso, con ondas naturales. Mis ojos eran verdes, pero a veces parecían color miel. Aun tengo muy marcado el acento ingles, a pesar del tiempo que tengo viviendo en California. Pero claro, después de tantos años, se me pegaban algunas maneras muy típicas de aquí.
Si tuviera que describirme, diría que tengo un cuerpo menudo, soy delgada, pero no en exceso y mi tono de piel era demasiado “normal” para mí, pero mis amigas me decían que lo envidiaban. Mi cabello rubio obscuro, largo y sedoso, con ondas naturales. Mis ojos eran verdes, pero a veces parecían color miel. Aun tengo muy marcado el acento ingles, a pesar del tiempo que tengo viviendo en California. Pero claro, después de tantos años, se me pegaban algunas maneras muy típicas de aquí.
No soy de tener muchas relaciones con los chicos, más bien
casi no he tenido novios, soy de relaciones largas. Y ya se, casi tengo 22 años
y solo he tenido un novio formal, pero no es algo que me preocupe.
(…)
Al término de mi última clase, tome mis cosas y camine hacia
mi casillero, unos días más y me graduaría.
— ¡Hey Dickens! — escucho que gritaban detrás de mí. Me giro y vi a Josh quien había sido mi compañero en Matemáticas.
— ¿Qué pasa? —dije en modo de saludo.
— ¿Cómo estás?
—Bien y ¿tu? ¿Qué tal los exámenes? —dije mientras comenzaba a caminar.
—Bien, creo que esta vez no dejare ninguno.
—Me alegro…
—Oye Sam…Samantha. —no me gustaba que me dijeran Sam, ya que me recordaba a mi padre. —me preguntaba qué harías este fin de semana…
—Oh, no lo sé… verás, mi madre no ha estado muy bien de salud y no me gusta dejarla sola.
—Comprendo… bueno, daré una fiesta —estiro su mano y me dio una hoja con las indicaciones de cómo llegar. —Estas invitada, y me encantaría que fueras, será la última fiesta antes del gran día.
—Haré lo posible por ir. Gracias Josh y suerte en tus exámenes. —dije haciendo una seña de despedida, para así comenzar a caminar hacia mi auto. No me gustaba dejar sola a mi mamá, a pesar de que tenía una enfermera a su servicio.
— ¡Hey Dickens! — escucho que gritaban detrás de mí. Me giro y vi a Josh quien había sido mi compañero en Matemáticas.
— ¿Qué pasa? —dije en modo de saludo.
— ¿Cómo estás?
—Bien y ¿tu? ¿Qué tal los exámenes? —dije mientras comenzaba a caminar.
—Bien, creo que esta vez no dejare ninguno.
—Me alegro…
—Oye Sam…Samantha. —no me gustaba que me dijeran Sam, ya que me recordaba a mi padre. —me preguntaba qué harías este fin de semana…
—Oh, no lo sé… verás, mi madre no ha estado muy bien de salud y no me gusta dejarla sola.
—Comprendo… bueno, daré una fiesta —estiro su mano y me dio una hoja con las indicaciones de cómo llegar. —Estas invitada, y me encantaría que fueras, será la última fiesta antes del gran día.
—Haré lo posible por ir. Gracias Josh y suerte en tus exámenes. —dije haciendo una seña de despedida, para así comenzar a caminar hacia mi auto. No me gustaba dejar sola a mi mamá, a pesar de que tenía una enfermera a su servicio.
Mi familia no era rica, pero si teníamos dinero para vivir
cómodamente, sin que nos faltara algo, así que mi auto, no era un Mercedes, ni
mucho menos un Audi, era un Ford fiesta color rojo.
Conduje hasta mi casa, y al llegar y estacionar el auto, vi
que Ken, ya había llegado. Suspire antes de entrar, ya que realmente no lo
soportaba.
—Hola. —dijo él en cuanto traspase la sala. Solo hice un movimiento con la cabeza a modo de saludo. —Tu madre está dormida, no subas a molestarla. —dijo desde el sofá en el que estaba bebiendo y comiendo cacahuates. Al ver que tenía una cerveza en la mano sentí que la sangre me hervía, no pasaban ni siquiera de las dos de la tarde y el ya estaba embriagándose. — ¿Qué me ves? —Dijo cuando se dio cuenta de que lo miraba con repulsión
—Nada, iré a mi habitación.
Antes de entrar a mi habitación, pase por la de mi madre, para ver si en realidad estaba dormida. Cuando vi, que él no me había mentido, camine a la mía y me tumbe en la cama, mirando hacia el techo.
—Hola. —dijo él en cuanto traspase la sala. Solo hice un movimiento con la cabeza a modo de saludo. —Tu madre está dormida, no subas a molestarla. —dijo desde el sofá en el que estaba bebiendo y comiendo cacahuates. Al ver que tenía una cerveza en la mano sentí que la sangre me hervía, no pasaban ni siquiera de las dos de la tarde y el ya estaba embriagándose. — ¿Qué me ves? —Dijo cuando se dio cuenta de que lo miraba con repulsión
—Nada, iré a mi habitación.
Antes de entrar a mi habitación, pase por la de mi madre, para ver si en realidad estaba dormida. Cuando vi, que él no me había mentido, camine a la mía y me tumbe en la cama, mirando hacia el techo.
Después de unos minutos, saque mi cuaderno de dibujo y
comencé a dibujar todo lo que se me viniera a la mente, arboles, hadas, ojos,
manos… podía estar horas dibujando, era lo que más amaba, antes que la
fotografía y claro, después de mi madre.
***
Al día siguiente en la noche mi madre no durmió nada bien,
se la pasó tosiendo y en una ocasión estuvo a punto de ahogarse, mientras Ken
dormía en la habitación de huéspedes, yo me la pase en vela cuidando de ella junto
con la enfermera, quien le coloco una mascarilla de oxigeno.
A la mañana siguiente, cuando desperté, me di cuenta que me había quedado dormida junto a mi madre. Tallé mis ojos y la mire, al parecer se sentía mejor, porque estaba despierta.
— ¿Cómo dormiste? —pregunte en un bostezo.
—Pésimo. —dijo. Yo me senté junto a ella. —Hija, te quiero decir unas cuantas cosas…
Me sorprendí y la mire atenta.
—No empieces mamá… te vas a poner mejor.
—No lo sabemos, Sam… —solo ella podía llamarme así.
—Los doctores…
—Los doctores no saben porque estoy así cariño. —dijo interrumpiéndome. —Solo escúchame sin decir nada ¿De acuerdo? — gire los ojos, en realidad no quería escucharla hablar de eso.
—De acuerdo.
—Si algo me llega a pasar, quiero que me prometas que no te quedaras sola, y no dejaras a Ken, quien prácticamente es el único familiar…
—El no es nada mío. —interrumpí. Mi madre me miro seriamente. —De acuerdo continua.
—Ken es lo único que tienes aquí, y prácticamente en todo el mundo. Ya que perdimos la comunicación con la familia de tu padre. Así que… si me llega a pasar algo, prométeme que iras a donde el vaya, y en serio, que no lo dejaras. ¿Lo prometes?
—Mamá, esto es estúpido.
—Promételo. —dijo tosiendo.
—Lo prometo. — dije para no hacerla enojar.
— Todos mis ahorros y los de tu padre, están en un banco en Inglaterra, pero podrás disponer de él hasta que tengas 22 años, no podrás sacarlo todo hasta que cumplas los 24… otra cosa, el día en que muera, quiero que lleven mi cuerpo y lo entierren junto a tu padre, —tosió de nuevo. Yo estaba aguantándome las lagrimas — Hija, no estoy diciendo que moriré hoy. Solo quiero dejarte avisada y quiero dejarte en buenas manos y que sepas lo que quiero. Sam, eres una chica buena, pero no quiero que te quedes sola. Lo hago porque te amo.
—Lo sé mamá, pero…
—Pero nada, cariño. Este tema no se volverá a tocar. Ahora ve a tu último día de clases.
A la mañana siguiente, cuando desperté, me di cuenta que me había quedado dormida junto a mi madre. Tallé mis ojos y la mire, al parecer se sentía mejor, porque estaba despierta.
— ¿Cómo dormiste? —pregunte en un bostezo.
—Pésimo. —dijo. Yo me senté junto a ella. —Hija, te quiero decir unas cuantas cosas…
Me sorprendí y la mire atenta.
—No empieces mamá… te vas a poner mejor.
—No lo sabemos, Sam… —solo ella podía llamarme así.
—Los doctores…
—Los doctores no saben porque estoy así cariño. —dijo interrumpiéndome. —Solo escúchame sin decir nada ¿De acuerdo? — gire los ojos, en realidad no quería escucharla hablar de eso.
—De acuerdo.
—Si algo me llega a pasar, quiero que me prometas que no te quedaras sola, y no dejaras a Ken, quien prácticamente es el único familiar…
—El no es nada mío. —interrumpí. Mi madre me miro seriamente. —De acuerdo continua.
—Ken es lo único que tienes aquí, y prácticamente en todo el mundo. Ya que perdimos la comunicación con la familia de tu padre. Así que… si me llega a pasar algo, prométeme que iras a donde el vaya, y en serio, que no lo dejaras. ¿Lo prometes?
—Mamá, esto es estúpido.
—Promételo. —dijo tosiendo.
—Lo prometo. — dije para no hacerla enojar.
— Todos mis ahorros y los de tu padre, están en un banco en Inglaterra, pero podrás disponer de él hasta que tengas 22 años, no podrás sacarlo todo hasta que cumplas los 24… otra cosa, el día en que muera, quiero que lleven mi cuerpo y lo entierren junto a tu padre, —tosió de nuevo. Yo estaba aguantándome las lagrimas — Hija, no estoy diciendo que moriré hoy. Solo quiero dejarte avisada y quiero dejarte en buenas manos y que sepas lo que quiero. Sam, eres una chica buena, pero no quiero que te quedes sola. Lo hago porque te amo.
—Lo sé mamá, pero…
—Pero nada, cariño. Este tema no se volverá a tocar. Ahora ve a tu último día de clases.
(…)
Llegue a la universidad, aun un poco molesta por lo que mi
madre me había dicho. Me dirigí hacia mi casillero y saque los libros que
usaría durante las dos primeras horas de clase, para después dirigirme al aula
donde me tocaba Historia del Arte.
Camine por el pasillo, hasta llegar a su asiento. Dejo mi bolso en el piso, para después dejar caer mis brazos sobre la banca.
—Alguien no tuvo una buena noche. —dijeron a mi izquierda. Me gire y vi a mi amiga Ashley.
Nadie creía que éramos amigas, ya que éramos muy diferentes, Ashley era la típica chica de California: rubia, de ojos azules y tez bronceada. Lo opuesto a mí: tez blanca, cabello castaño y ojos verdes.
—La verdad no. Mi mamá sigue enferma…—dije con una mueca de preocupación.
— ¿Y que han dicho los médicos?
—Siguen sin saber nada, y realmente eso me está matando. ¿Puedes creer que hoy hablo conmigo de lo que quería que hiciera cuando muera? —hice un ademan con la cabeza, al recordar la plática que habíamos tenido.
—Vamos, Samantha… no creo que lo diga en serio. Ella se va a poner mejor, vas a ver.
—Espero. —dije al percatarme que el profesor ya había entrado. —De igual manera…—seguí diciendo en voz baja. — No tienes idea de lo que me pidió.
— ¿Qué te cases y tengas hijos? —dijo divertida.
—No, aunque preferiría eso… Me pidió que me quedara con Ken, pase lo que pase. —fruncí el ceño. —Y créeme que no me pude negar. Tuve que prometérselo.
—Pero, ¿Qué tu mamá no ve lo que en realidad es ese tipo? — me encogí de hombros. —Vaya, es un claro ejemplo de que el amor ciega.
—Gracias a Dios, nunca me he enamorado así. Pero, él la hace feliz, no puedo hacer nada.
El día siguió su curso normal, estaba por terminar mi último examen, cuando mi celular comenzó a sonar. Intente acallar el sonido colocando mi mano sobre él, pero no pude así que conteste al azar las dos últimas preguntas, mientras tomaba mi bolso y me ponía de pie.
— ¿Listo? —pregunto la Señora Kingsley. Yo asentí. —Bueno, si es así, suerte y buen fin de semana.
Cuando salí del aula, mi celular ya no sonaba, así que lo saque para ver quién me había llamado, cuando vi varias llamadas perdidas provenientes de mi casa. El corazón se me puso a mil por hora. De repente, comenzó a sonar de nuevo, y esta vez sí logre tomar la llamada.
— ¿Diga?
—Samantha, ven a casa ahora.
— ¿Qué paso? —dije mientras corría hacia mi auto.
— Es tu mamá.
Camine por el pasillo, hasta llegar a su asiento. Dejo mi bolso en el piso, para después dejar caer mis brazos sobre la banca.
—Alguien no tuvo una buena noche. —dijeron a mi izquierda. Me gire y vi a mi amiga Ashley.
Nadie creía que éramos amigas, ya que éramos muy diferentes, Ashley era la típica chica de California: rubia, de ojos azules y tez bronceada. Lo opuesto a mí: tez blanca, cabello castaño y ojos verdes.
—La verdad no. Mi mamá sigue enferma…—dije con una mueca de preocupación.
— ¿Y que han dicho los médicos?
—Siguen sin saber nada, y realmente eso me está matando. ¿Puedes creer que hoy hablo conmigo de lo que quería que hiciera cuando muera? —hice un ademan con la cabeza, al recordar la plática que habíamos tenido.
—Vamos, Samantha… no creo que lo diga en serio. Ella se va a poner mejor, vas a ver.
—Espero. —dije al percatarme que el profesor ya había entrado. —De igual manera…—seguí diciendo en voz baja. — No tienes idea de lo que me pidió.
— ¿Qué te cases y tengas hijos? —dijo divertida.
—No, aunque preferiría eso… Me pidió que me quedara con Ken, pase lo que pase. —fruncí el ceño. —Y créeme que no me pude negar. Tuve que prometérselo.
—Pero, ¿Qué tu mamá no ve lo que en realidad es ese tipo? — me encogí de hombros. —Vaya, es un claro ejemplo de que el amor ciega.
—Gracias a Dios, nunca me he enamorado así. Pero, él la hace feliz, no puedo hacer nada.
El día siguió su curso normal, estaba por terminar mi último examen, cuando mi celular comenzó a sonar. Intente acallar el sonido colocando mi mano sobre él, pero no pude así que conteste al azar las dos últimas preguntas, mientras tomaba mi bolso y me ponía de pie.
— ¿Listo? —pregunto la Señora Kingsley. Yo asentí. —Bueno, si es así, suerte y buen fin de semana.
Cuando salí del aula, mi celular ya no sonaba, así que lo saque para ver quién me había llamado, cuando vi varias llamadas perdidas provenientes de mi casa. El corazón se me puso a mil por hora. De repente, comenzó a sonar de nuevo, y esta vez sí logre tomar la llamada.
— ¿Diga?
—Samantha, ven a casa ahora.
— ¿Qué paso? —dije mientras corría hacia mi auto.
— Es tu mamá.
NO quiero lectoras fantasmas.
Ahhhhhhhhhhh ¿qué pasó con su mamá? D: ¿porqué el capítulo se corta hasta ahí? D:
ResponderEliminar¡¡¡¡Quiero saber que pasaaaa!!!! >.<
tq miss jones! <3
AAAhh! la mamá!!!!!!! Por que, reina? Por que haces esto?!?! Bueeeno, avisame cuando vuelvas a publicar! Y si no me avisas, no te vuelvo a perdonar! :P
ResponderEliminarAcabo de descubrir esta novela y me encanto lo que pusistes, los primeros capítulos un tanto tristes, pero no mates a su madre ya que es lo único que le queda.
ResponderEliminarSe que mi novela no es nada comparada a la tuya pero me encantaría que pasaras y me dieras tu opinión: http://amorconfusosoaresisuenas.blogspot.com/
Publica pronto que me has dejado con la duda de lo que va a pasar :)