jueves, 28 de febrero de 2013

Capítulo sesenta y ocho.


Aquí les dejo el nuevo capitulo. Bienvenidas las nuevas lectoras.
Espero les guste y me dejen sus comentarios al respecto.
Hoy si no tengo mucho que decir, ya que me pondré a escribir el siguiente capitulo.
Gracias por la espera.

Besos.

Y.

¡Por cierto! ¿sería mucha molestia si le dan like a mi página de McFLY? No importa que no sean de México, se los agradecería mucho: {xx}

¡Gracias!



Llegamos al mismo lugar en donde por primera vez Danny y yo habíamos ido a cenar solos, cuando los demás nos habían dejado encerrados en el armario. Entramos y pedimos lo mismo que habíamos pedido esa vez. Podría sentirse como un déjà vu, pero no lo hacía, había algo diferente.
Después de ordenar y de que nos dieran nuestras charolas con nuestro pedido, caminamos y buscamos una mesa libre. No decíamos nada, cosa que era demasiado extraño, desde que habíamos llegado habíamos hablado muy poco, no me preguntaba nada, no le preguntaba nada.
Mientras esperaba que Danny terminara de hacer una llamada, jugaba con mis uñas y observaba cada movimiento que hacía. Me encantaba verlo, podía estar todo el día haciéndolo.
— ¿Qué? —pregunto sacándome de mi ensoñación. Me había quedado fijamente mirándolo y no me había dado cuenta de que ya había terminado su llamada.
— ¿Te has preguntado alguna vez cuantas pecas tienes? —pregunte seria, a lo que el respondió con una gran y sonora carcajada que termino contagiándome.
—No realmente.
—Un día deberías intentarlo.
—Er… ¿no? —siguió riendo, mientras se ponía de pie, para que yo lo hiciera. Comenzamos a caminar hacia la salida. —Ya sabes que no les tengo mucho cariño que digamos.
Me abrió la puerta.
—Pues ya sabes que a mí me parecen demasiado adorables. —dije mientras salía, él se quedó un paso atrás de mi mirándome. — ¿Qué? —Me gire encarándolo— Ya te lo había dicho. No es algo nuevo.
Me miro de nuevo, después miro hacia su alrededor, volviendo a poner su mirada en mí.
— ¿Quieres caminar un rato? —alzó ambas cejas, mientras movía sus pies cómicamente. Solo asentí. Puso de nuevo la alarma de su auto a lo lejos y comenzamos a caminar.
Esta vez el silencio no era tan incómodo y extraño como el de la cena. Caminamos así por varios minutos. Se sentía bien, ya extrañaba estar así con Danny. De repente lo observaba de reojo y sonreía, aunque terminaba mordiendo mi labio inferior para que él no lo notara. Lo hice varias veces con éxito, hasta que me atrapo mirándolo y sonriendo ante su perfil.
— ¿Y ahora qué? —pregunto divertido. Negué con la cabeza también divertida y a la vez avergonzada, pero ahora no podía ocultar mi sonrisa. — ¿Cómo estuvo Barcelona? —pregunto por fin.
—Increíble. —respondí mientras me estremecía por una corriente de aire que había hecho que me abrazara a mí misma, el clima en Londres seguía siendo frío, a comparación de las soleadas semanas que había pasado con Melanie. Además, no sé por qué no se me ocurrió que haría frío, solo traía unos jeans, unas zapatillas sin tacón y una blusa ligera de botones al frente.
—Oh, ¿tienes frío?
—No, estoy bien, ¿tú? —pregunte, ya que él tampoco traía algo con lo que cubrirse.
— ¿Segura? Porque puedo regresar al auto a buscar algo. —señalo hacia atrás con su pulgar.
—Segura. —le sonreí y seguimos caminando.
—Entonces estuvo increíble..
—Sí, es una ciudad muy bonita, además, la casa de Mel y su mamá es espectacular… esta frente a la playa…

Empecé a platicarle de todo lo que habíamos hecho esas dos semanas. Otra corriente de aire me estremeció, logrando que varios mechones de cabello se salieran de su lugar. En un dos por tres, Danny había pasado su brazo derecho sobre mis hombros, atrayéndome hacia él. Trague saliva por la cercanía, pero no me importo, así que seguimos caminando así por un rato más hasta que llegamos a su auto de nuevo.

Pasaban de las 12 de la noche, cuando Danny me dejo en mi casa. Subimos a mi departamento, ya que no quería dejar que subiera yo sola mis maletas. Ya arriba, dejo las maletas de pie junto al sofá. Lo invite a quedarse un rato, para seguir platicando, ya que lo estábamos haciendo muy a gusto, pero se negó diciendo que ya era tarde y que ambos debíamos descansar. Una parte de mi agradeció su consideración, ya que estaba muerta, pero otra, se enojó y sintió triste, ya que nunca me había negado una invitación.
Nos despedimos con un beso y un abrazo. Lo vi alejarse por el pasillo hacia las escaleras, ya que el ascensor no servía, hasta que lo perdí de vista.

Cerré bien la puerta con llave y camine a la cocina por un vaso con agua. Tenía demasiada flojera como para deshacer mi maleta, así que solo tome mi bolso y me dirigí hacia mi habitación.
Saque un pijama limpia del armario y me cambie. Me tumbe en la cama con el celular en la mano, percatándome de que no tenía pila, así que lo conecte al interruptor y lo encendí. Al momento de hacerlo, unos veinte mensajes de texto  y unas llamas perdidas aparecieron ante mis ojos. Unas eran de Melanie, pero la mayoría de las llamadas y mensajes eran de Adam.
Le mande un mensaje de texto a Melanie avisándole que ya había llegado y después, me dispuse a llamarle a Adam, pero no respondía, así que le envié otro mensaje diciéndole que ya estaba en casa, lista para dormir.
Generalmente, los respondía rápidamente, pero ya habían pasado diez, quince minutos desde que se lo había enviado y no había respondido, deje mi celular a mi lado y me acomode para dormir.



(…)



El timbre de llamada de mi celular comenzó a sonar. Aún con los ojos cerrados, estire mi brazo para tratar de buscarlo entre todas las cobijas que me había puesto durante la noche. Cuando lo encontré, con un ojo cerrado y otro medio abierto, me di cuenta que era Adam. Eran las 7am. Me talle los ojos y respondí a su llamada, tratando de ocultar un bostezo.
—Hola. —dije, mientras me acomodaba en la cama. —Ayer se me termino la batería y no pude llamarte hasta más tarde, no recordaba que no había tenido tiempo de cargar el celular antes de salir de Barcelona. Cuando llegue aún tenía algo de pila, pero al salir del aeropuerto fui a cenar con Danny y para cuando llegue a casa y conecte el celular, me di cuenta de todos los mensajes y llamadas.
— ¿Danny? —respondió molesto.
—Err… sí.
— ¿Por qué viste a Danny?
— ¿Cómo que porque lo vi? Él fue por mí al aeropuerto.
—Tom iba a ir por ti, no él.
— ¿Por qué no fuiste tú? —pregunté algo molesta por su actitud. —Se suponía que tu irías por mí, no ellos.
—No pude, me salió un compromiso, así que le había pedido el maldito favor a Tom, quien no entendió que si no se lo pedí a cualquiera de los otros fue por algo.
Ya me encontraba sentada en la cama y más despierta que nunca. ¿Qué le pasaba?
—Bueno, ninguno de ellos es mi chofer, si no podías recogerme tú, me hubieras llamado y yo hubiera pedido un estúpido taxi, si tanto te molesta que Tom no me haya podido recoger, Adam.
Otra pelea más.
—No es eso.
— ¿Entonces qué es? —bufé— No me digas que no lo es, porque si lo es, te molesta que Danny haya ido por mí, pero lo peor del caso es que yo no le pedí que fuera por mí, de seguro Tom le pidió el favor porque él no podía, yo que sé, Adam.
— ¿Por qué se lo pidió a él y no a Doug o a Harry? —seguía con ese tono de voz que me hacía querer golpear cosas.
— ¿Sabes qué? No sé, pregúntaselo tú. —dije y termine la llamada.
Me pare de la cama y camine hacia el armario por un cambio de ropa deportiva. Saldría a caminar para despejar mi mente. Estaba que echaba humo por las orejas. Ya que me cambie, me hice una coleta, me puse mis tenis, tome mi iPod, y una ligera chamarra. Deje el celular sobre mi cama, al cual Adam estaba llamando. No le contestaría hasta que el coraje que me había hecho pasar, bajara.


(…)



Tenía ya un rato caminando, cuando mire el reloj del iPod y ya pasaban de las ocho de la mañana, me senté en una banca cercana a descansar un poco. Por lo agitada que estaba, humo blanco salía de mi boca, haciendo que mi mente viajara a cuando era pequeña y jugaba a suponer que estaba fumando y soltaba el humo del cigarrillo.

Un Beagle con la correa suelta se acercó a mí, me gustaban los perros, así que sin miedo me estire y lo acaricie. Comencé a hablarle, como si de una persona se tratara, hasta que una voz claramente conocida por mí, gritaba el nombre del perro.
— ¡Bruce! —Gire mi cuerpo para poder toparme con aquella mirada de ojos azules— ¿Sam? —Se sentó a mi lado, mientras tomaba una gran bocanada de aire. Le ofrecí de mi botella de agua, mientras me quitaba los audífonos y el gustoso la acepto, dándole un gran trago. —Que sorpresa verte por aquí, no sabía que también caminabas por acá.
—La verdad es que tenía mucho sin salir a caminar, así que hoy decidí salir para despejarme un poco y termine aquí. Pare para tomar un descanso y regresar al departamento.
— ¿Y eso?
—Solo quería pensar un rato. —deje de acariciar a Bruce y me cruce de brazos.
— ¿Todo bien?
—Sí. —le sonreí, el me examino por un rato.
— ¿Qué harás hoy?
—Dormir. —reímos juntos.
—Tom me invito a desayunar, vamos. —le hice una mueca. —Anda, mueve tu trasero, muero de hambre —se puso de pie y me incito a hacer lo mismo.
—No planeas ir caminando hasta casa de Tom ¿cierto?
—Obvio no, vamos a mi casa por el auto.
— ¿Y Vanessa viene?
—No. —respondió mientras acomodaba la correa de Bruce para que la pudiera tomar bien. El llevaría a Ralphie. —Está en Bolton por unos días.
—Oh. —fue lo único que dije. Él se enderezo y deposito la correa en mis manos, con una sonrisa.



{***}


Terminando de desayunar, entre los tres recogimos la cocina y nos sentamos de nuevo alrededor de la mesa para seguir platicando, yo les platicaba de mi viaje a Barcelona y ellos de lo que habían hecho esas dos semanas. Esto era tanto como los viejos tiempos, en los que los tres simplemente nos juntábamos para platicar de cualquier cosa. Tom nos preparó un poco de chocolate caliente, así que estuvimos un largo rato ahí.

Después de unos minutos, el teléfono de Tom sonó, él se paró a responder, mientras hablaba me miraba.
—Sí, aquí esta… de acuerdo… ¿te la paso?… ah, ok… adiós. —Tom colgó y se dirigió hacia nosotros. —Era Adam, dice que te ha estado llamando toda la mañana y que no le contestas.
—Obviamente, no le contesto porque no tengo mi celular conmigo.
— ¿Lo olvidaste? Puedes llamarle de aquí si quieres.
—No lo olvide, lo deje a propósito ahí. —comencé a jugar con la taza vacía, mientras sentía la mirada de ambos chicos en mí. — ¿Qué? —pregunté después de un rato.
— ¿Está todo bien entre ustedes? —preguntaba Tom, Danny no decía nada.
—Sí, solo quería un poco de tiempo para relajarme y pensar. —le ofrecí la mejor sonrisa que tenía. No iba a hablar de mis problemas con Adam con ellos, Tom ya me había ofrecido una solución al igual que Melanie y simplemente con Danny, no podía hablar de Adam, o más bien, no quería hablar de Adam con él.




{***}



La fecha de boda de Harry y Karen estaba próxima. Así que los preparativos estaban a la orden del día. Justamente, apenas ayer, había ido a comprar mi vestido con Emma, estaba encantada con él y moría por usarlo.

Las cosas con Adam, desde nuestra pelea sobre mi viaje a Barcelona, se habían enfriado, pero desde la última pelea que habíamos tenido, por el asunto del aeropuerto, casi no nos habíamos visto, ni hablado como lo hacíamos antes, más bien todo lo que hacíamos era producto de la costumbre de hacerlo, nos estábamos alejando poco a poco y eso me ponía un tanto mal, así que había decidido que hoy debíamos vernos y hablar.

Levante la mirada de la computadora, cuando la campanita que avisaba que un cliente había llegado, comenzaba a sonar. Era Adam, Emma del otro lado de la tienda me lanzo una mirada. Me puse de pie, tome mi abrigo y mi bolso y camine hacia él, lo salude como siempre. Me despedí de Emma con la mano, mientras Adam le hacia una seña.

Caminamos juntos, pero no tomados de la mano, solo sujetaba su brazo ligeramente y el caminaba con sus manos escondidas en los bolsillos de su abrigo, aunque había una pequeña separación entre nosotros . Iríamos a comer y después hablaríamos de todo lo que quisiéramos, necesitábamos saber que estaba pasando entre nosotros.
Algo había cambiado, no se sentía la presión entre nosotros, más bien era como una especie de liberación.

Llegamos al restaurante, fuimos hacía nuestra mesa, y dejamos que todo, absolutamente todo fluyera.






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6 comentarios:

  1. AHHHHHHHH AME EL CAPITULO
    CADA DIA ME ENAMORO MAS DE DANNY(? ES QUE ME LO IMAGINO Y ASDFASDKJFASDFLKJAFSDHKJ Y ENCIMA SALEN BRUCE Y RALPHIE AJDFHLAKJD :33

    SIGUELA, AMO TU NOVELA! :)

    ATT. iMustSurvive c:

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  2. Jjkahsdjhasjds me encanta, en serio, es todo tan jahdjk no sé, amo leer esto <3

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  3. Ame este capitulo con todo mi ser!!! No puedo creer que ya vaya por el capitulo 68! la empece cuando iba por el capitulo 10 o 13 o algo asi, y desde ese momento no la abandone. Tenes que saber que tenes muchisimmo talento para escribir! Amo tu historia, es simplemente perfecta, no como todas las historias normales que todo sale como esperan y solo hay una chica molesta de por medio. Hay mucho mas que eso, aparte de que me siento totalmente identificada con el personaje.
    Lo dije mil veces y lo voy a repetir mil mas, SOS UNA GENIA!!!
    Por favor, seguila y no la dejes, no la abandones!

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    1. omg, me harás llorar, era una tierna, muchísimas gracias por tu comentario, en serio lo aprecio demasiado <3

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  4. Por que lo dejas ahí? Asdfghjlk, amo tanto a Adam , pero si, ya no es como en un principio. Muero por saber como sigue, sube pronto :B

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