antes que nada, quiero decirles que este es de mis capítulos favoritos, -hasta el momento-, espero les guste tanto como a mi.
La casa de Tom era muy bonita, y a pesar de que era habitada
por dos chicos, la tenían muy limpia. Antes de que nos pusiéramos a platicar,
Tom me dio un recorrido por su casa, me había presentado a sus gatos. No soy
fan de los gatos, pero estos eran adorables.
El recorrido lo terminamos en la última planta, donde tenía un pequeño estudio, me mostro sus guitarras, y algunas de sus canciones.
Seguí caminando por el estudio, hasta que me perdí en unas pinturas que tenia sobre un pequeño mueble.
— Son increíbles, ¿tú las hiciste? —me gire para verlo. Tom solo asintió con una sonrisa. — ¿Qué mas escondes? Haces de todo, ¿hay algo que no puedes hacer?
—Ser vegetariano. —los dos comenzamos a reír ante eso. —No en serio, lo intente y fui un total fracaso. Amo la carne.
—Nunca lo he intentado, y creo que también sería un fracaso.
Salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras para reunirnos con los demás en la sala, ya que Danny y Harry habían llegado.
— ¿Te puedo preguntar algo? —dijo deteniéndose antes de llegar a la planta baja.
—Si, dime.
— ¿Por qué te cae tan mal Danny?
—No es que me caiga mal. —Dije —Solo, no se… desde la primera vez que lo vi, fue extraño. —suspire y él me miro raro, intentando ocultar una sonrisita. — ¿Qué? ¿Por qué te ríes?
—Por nada, Sam.
—Solo al verlo, me dan ganas de discutir con él. —me encogí de hombros y reanude el paso.
Llegamos a la sala y en cuanto Harry me vio, se acerco a saludarme, junto con Karen. Yo los salude muy efusivamente, ya que teníamos unos días sin vernos, y bueno… les había agarrado cariño. Después de saludarlos, no sabía si saludar a Danny, o que, así que para no verme grosera, lo mire y le dije solo hola con la mano, el imito mi gesto, pero con una ligera sonrisa, la que percibí sincera, así que se la regrese.
Melanie, Karen y yo fuimos a la cocina para preparar unas botanas, mientras los chicos iban por unas cervezas. Bueno, en realidad solo habían ido Tom, Dougie y Harry. Danny se quedo mirando un partido de futbol.
— ¿Qué tanto miras? —pregunto Mel detrás de mí.
— ¿Qué? —dije enderezándome y regresando mi vista hacia los nachos que tenía en mis manos.
— ¿Cómo que qué? Estabas viendo a Danny. —dijo en mi oído. Yo sentí que me sonrojaba.
—Mentira, estaba viendo que es lo que él estaba viendo en la televisión.
—Si claro, lo que digas Samantha. — se alejo burlándose de mí.
Ok, eso había sido un poco vergonzoso, no sé ni porque lo estaba viendo tan detenidamente, pero… debo admitir que esa pequeña sonrisa que me mostro hoy, había logrado sonrojarme, aunque lo había ocultado muy bien.
Melanie me estaba observando con una sonrisa maliciosa desde el otro lado de la cocina, yo solo la miraba con el ceño fruncido, y Karen nos observaba a ambas como intentando descifrar que era lo que hacíamos.
Los chicos entraron a la cocina con las cervezas y varios refrescos. Yo seguía preparando los nachos, si, aun. Lo que pasa es que la pelea de miradas con Melanie había tomado su tiempo.
Cuando termine, salí de la cocina con Karen y Harry, Tom, Dougie y Melanie aun se quedaron dentro arreglando algunas cosas.
Pusimos las botanas y las cervezas sobre la mesa que estaba en medio de la sala. No sabía donde sentarme, así que me senté en el sofá que estaba frente al de Danny. Los que estaban en la cocina, llegaron y se sentaron junto a nosotros.
Bebimos y hablamos por un rato, todo era agradable. Todos reíamos y contábamos chistes, si, hasta Danny participaba. Al parecer él era siempre así, decía bromas y demás, pero siempre que estaba yo se ponía serio, esta vez era diferente.
—Tengo una idea. —dijo de repente Dougie mientras le daba un sorbo a su cerveza.
— ¿Cuál? —dijo Harry.
— Juguemos a algo, ya basta de chistes y cursilerías.
— ¿Qué tienes en mente? —pregunto Tom.
—No sé, que tal si ponemos nuestros nombres en un papel, lo hacemos bolita, y sacamos 2 papelitos al mismo tiempo, los dos nombres que salgan, se irán al armario—señalo detrás de él— y se quedaran ahí solos, por 5 minutos.
— ¿Haciendo qué? — dijo Karen.
—Lo que quieran, todo está permitido. ¿Qué nunca han jugado 5 minutos en el paraíso? No importa que sea mujer con mujer, u hombre con hombre o mujer y hombre, deben estar ahí dentro. ¿Qué dicen?
—Yo juego. —dijeron al mismo tiempo Harry y Tom.
—Si, igual yo.
—y Yo.
—Como sea, estoy aburrida, hagámoslo.
— ¿y tu Samantha? —todos me miraron, incluso Danny había dicho que si.
—Pues sí, ya que. —dije nerviosa.
Bueno, todo estaba bien mientras no me tocara con Danny.
El juego comenzó y ya habían pasado Melanie y Karen, Karen y Tom, Dougie y Harry… yo cruzaba los dedos para que no sacaran mi nombre, cuando de pronto.
—Samantha y… — abrí los ojos como platos, mientras decía todas las oraciones que conocía, para que no me tocara con él. —Danny. —dijo Dougie.
— ¿Qué? —dijimos ambos. Todos comenzaron a reír.
—Reglas son reglas. —dijo Melanie guiñándome el ojo. Yo solo le avente una mirada de “me las vas a pagar”.
—Vamos, Sam. —Tom se puso de pie y me dio la mano, para ayudarme a parar del sofá.
—No es justo. —dije en voz bajita.
—Solo es un juego.
—Si bueno, ya no quiero jugar.
—Solo debes soportar 5 minutos dentro. No es mucho tiempo o ¿sí?
—Con Danny si es mucho tiempo.
—Pues yo tampoco quiero estar contigo dentro. —dijo Danny detrás de mí. Yo solo gire los ojos.
—Bueno… —Tom nos empujo dentro del armario. —Su tiempo comienza a correr… ya.
El recorrido lo terminamos en la última planta, donde tenía un pequeño estudio, me mostro sus guitarras, y algunas de sus canciones.
Seguí caminando por el estudio, hasta que me perdí en unas pinturas que tenia sobre un pequeño mueble.
— Son increíbles, ¿tú las hiciste? —me gire para verlo. Tom solo asintió con una sonrisa. — ¿Qué mas escondes? Haces de todo, ¿hay algo que no puedes hacer?
—Ser vegetariano. —los dos comenzamos a reír ante eso. —No en serio, lo intente y fui un total fracaso. Amo la carne.
—Nunca lo he intentado, y creo que también sería un fracaso.
Salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras para reunirnos con los demás en la sala, ya que Danny y Harry habían llegado.
— ¿Te puedo preguntar algo? —dijo deteniéndose antes de llegar a la planta baja.
—Si, dime.
— ¿Por qué te cae tan mal Danny?
—No es que me caiga mal. —Dije —Solo, no se… desde la primera vez que lo vi, fue extraño. —suspire y él me miro raro, intentando ocultar una sonrisita. — ¿Qué? ¿Por qué te ríes?
—Por nada, Sam.
—Solo al verlo, me dan ganas de discutir con él. —me encogí de hombros y reanude el paso.
Llegamos a la sala y en cuanto Harry me vio, se acerco a saludarme, junto con Karen. Yo los salude muy efusivamente, ya que teníamos unos días sin vernos, y bueno… les había agarrado cariño. Después de saludarlos, no sabía si saludar a Danny, o que, así que para no verme grosera, lo mire y le dije solo hola con la mano, el imito mi gesto, pero con una ligera sonrisa, la que percibí sincera, así que se la regrese.
Melanie, Karen y yo fuimos a la cocina para preparar unas botanas, mientras los chicos iban por unas cervezas. Bueno, en realidad solo habían ido Tom, Dougie y Harry. Danny se quedo mirando un partido de futbol.
— ¿Qué tanto miras? —pregunto Mel detrás de mí.
— ¿Qué? —dije enderezándome y regresando mi vista hacia los nachos que tenía en mis manos.
— ¿Cómo que qué? Estabas viendo a Danny. —dijo en mi oído. Yo sentí que me sonrojaba.
—Mentira, estaba viendo que es lo que él estaba viendo en la televisión.
—Si claro, lo que digas Samantha. — se alejo burlándose de mí.
Ok, eso había sido un poco vergonzoso, no sé ni porque lo estaba viendo tan detenidamente, pero… debo admitir que esa pequeña sonrisa que me mostro hoy, había logrado sonrojarme, aunque lo había ocultado muy bien.
Melanie me estaba observando con una sonrisa maliciosa desde el otro lado de la cocina, yo solo la miraba con el ceño fruncido, y Karen nos observaba a ambas como intentando descifrar que era lo que hacíamos.
Los chicos entraron a la cocina con las cervezas y varios refrescos. Yo seguía preparando los nachos, si, aun. Lo que pasa es que la pelea de miradas con Melanie había tomado su tiempo.
Cuando termine, salí de la cocina con Karen y Harry, Tom, Dougie y Melanie aun se quedaron dentro arreglando algunas cosas.
Pusimos las botanas y las cervezas sobre la mesa que estaba en medio de la sala. No sabía donde sentarme, así que me senté en el sofá que estaba frente al de Danny. Los que estaban en la cocina, llegaron y se sentaron junto a nosotros.
Bebimos y hablamos por un rato, todo era agradable. Todos reíamos y contábamos chistes, si, hasta Danny participaba. Al parecer él era siempre así, decía bromas y demás, pero siempre que estaba yo se ponía serio, esta vez era diferente.
—Tengo una idea. —dijo de repente Dougie mientras le daba un sorbo a su cerveza.
— ¿Cuál? —dijo Harry.
— Juguemos a algo, ya basta de chistes y cursilerías.
— ¿Qué tienes en mente? —pregunto Tom.
—No sé, que tal si ponemos nuestros nombres en un papel, lo hacemos bolita, y sacamos 2 papelitos al mismo tiempo, los dos nombres que salgan, se irán al armario—señalo detrás de él— y se quedaran ahí solos, por 5 minutos.
— ¿Haciendo qué? — dijo Karen.
—Lo que quieran, todo está permitido. ¿Qué nunca han jugado 5 minutos en el paraíso? No importa que sea mujer con mujer, u hombre con hombre o mujer y hombre, deben estar ahí dentro. ¿Qué dicen?
—Yo juego. —dijeron al mismo tiempo Harry y Tom.
—Si, igual yo.
—y Yo.
—Como sea, estoy aburrida, hagámoslo.
— ¿y tu Samantha? —todos me miraron, incluso Danny había dicho que si.
—Pues sí, ya que. —dije nerviosa.
Bueno, todo estaba bien mientras no me tocara con Danny.
El juego comenzó y ya habían pasado Melanie y Karen, Karen y Tom, Dougie y Harry… yo cruzaba los dedos para que no sacaran mi nombre, cuando de pronto.
—Samantha y… — abrí los ojos como platos, mientras decía todas las oraciones que conocía, para que no me tocara con él. —Danny. —dijo Dougie.
— ¿Qué? —dijimos ambos. Todos comenzaron a reír.
—Reglas son reglas. —dijo Melanie guiñándome el ojo. Yo solo le avente una mirada de “me las vas a pagar”.
—Vamos, Sam. —Tom se puso de pie y me dio la mano, para ayudarme a parar del sofá.
—No es justo. —dije en voz bajita.
—Solo es un juego.
—Si bueno, ya no quiero jugar.
—Solo debes soportar 5 minutos dentro. No es mucho tiempo o ¿sí?
—Con Danny si es mucho tiempo.
—Pues yo tampoco quiero estar contigo dentro. —dijo Danny detrás de mí. Yo solo gire los ojos.
—Bueno… —Tom nos empujo dentro del armario. —Su tiempo comienza a correr… ya.
En cuanto Tom cerró la puerta, yo bufe. Danny solo perdió su
mirada sobre la bombilla que estaba sobre nosotros. ¿Qué eran 5 minutos? No
dejaba de golpetear el piso con mi zapato.
—Podrías por favor dejar de hacer eso.
—No quiero.
—Sam.
—Samantha. —corregí. Aunque no miento que la manera en la que había dicho “Sam” había logrado que me cosquillara el estomago.
—Como sea, podrías... —señalo mis pies. Deje de hacerlo. —Gracias.
Danny no dejaba de tronar bombitas de saliva. No era molesto, pero si un poco asqueroso. Ninguno de los dos hablábamos, ni siquiera nos mirábamos.
Los minutos pasaban y pasaban.
— ¿No crees que ya pasaron 5 minutos? —dije rompiendo el silencio. El miro su reloj.
—Si, ya pasaron. —camino hacia la puerta y comenzó a tocarla. — ¡Chicos! Ya abranos.
— ¡Hey! —gritaba yo también, mientras imitaba a Danny tocando la puerta.
—Creo que nos tendieron una trampa, no nos abrirán. —dijo después de unos segundos.
— ¿Estás jugando verdad? —lo mire por primera vez en todo el tiempo que teníamos dentro.
—No, pero mira, —acerco su oreja a la puerta. —No se escucha absolutamente nada. —lo mire escéptica. —Escucha por ti misma. —se alejo para dejarme espacio y lo averiguara yo sola. Y si, como había dicho, todo estaba en completo silencio.
—Idiotas. —dije separándome de la puerta. —No puede pasarme esto. Debe ser un juego. —comencé a decir.
— Sam… Samantha—corrigió rápido. —No creo que tarden.
—No es eso. Solo que... no me agrada estar en lugares sin ventilación. Solo eso.
— ¿Segura? ¿No es porque me odies y todo eso? —lo mire. El me miro fijamente a los ojos. Yo comencé a reír, mientras me deslizaba por la pared para tomar asiento en el piso.
—No te odio. —dije sincera. El me imito y se sentó frente a mí. —Tú me odias o que se yo.
—Yo no te odio, ni siquiera me dejas conocerte, ¿Cómo se puede odiar a alguien sin conocerlo?
—Buen punto. Oye, lamento todo lo que te he tirado encima. —dije divertida.
—Y yo lamento todo lo que te he dicho, nada de eso es cierto. Solo que… no sé, eres una chica “molestable”. Me gusta hacerlo.
Danny jugaba con sus agujetas. Yo solo lo observaba sin que él se diera cuenta.
— A mí también me gusta molestarte. —dije sincera. — ¿Puedes creer que pequeño es el mundo? ¿Quién iba pensar que el tipo con el que había chocado, era amigo de mi mejor amiga? —el elevo su vista y me miro divertido.
—Cierto. Oye Sam…antha.
—Dime, Sam.
— ¿Y ese cambio? —pregunto sorprendido.
—Bueno, como se que no me odias… puedes llamarme así. Es más corto.
—Gracias. —sonrió con todos los dientes y ahí me percate de que tenía el delantero un poco más grande que el resto. Eso era adorable. — ¿Cómo es posible que una chica de California terminara en Londres?
— ¿No lo recuerdas? Ya te había dicho que no soy de California, tienes mala memoria Danny.
—Lo siento, pero bueno, ¿Cómo fuiste de Londres a California y de California a Londres?
—Es una larga historia, tal vez luego te la cuente.
— ¿Lo prometes?
—Solo si tú me enseñas a tocar la guitarra. —el soltó una carcajada que hizo que yo comenzara a reír. Su risa era contagiosa.
—Prometido. —me incline hacia él y le extendí mi dedo meñique, el hizo lo mismo y los dos enredamos nuestros meñiques en señal de una promesa.
—Ahora no te puedes echar para atrás. Te contare mi vida, si tú me enseñas a tocar. —dije regresando a mi posición anterior.
—De acuerdo… ¿pero tú no quieres saber de mi vida? Soy muy interesante, en serio. —hizo un puchero, intentando hacer cara de cachorrito.
—Me encantaría, pero… ¿deben ser 2 promesas, o puede ir incluida con lo de la guitarra?
— Que te parece un… ¿2 x 1? —me guiño el ojo. Yo sentí que me sonrojaba.
No se cuanto tiempo teníamos dentro, comenzamos a platicar y olvidamos por completo que el tenia un reloj, así que no íbamos contando los minutos ni los segundos. Danny era muy agradable, demasiado. Era casi como yo, como había dicho Tom, solo que en una versión masculina y mejorada. Me encantaba cuando reía y sus grandes ojos azules se iluminaban.
Nota mental: No juzgar a las personas sin antes conocerlas.
—Podrías por favor dejar de hacer eso.
—No quiero.
—Sam.
—Samantha. —corregí. Aunque no miento que la manera en la que había dicho “Sam” había logrado que me cosquillara el estomago.
—Como sea, podrías... —señalo mis pies. Deje de hacerlo. —Gracias.
Danny no dejaba de tronar bombitas de saliva. No era molesto, pero si un poco asqueroso. Ninguno de los dos hablábamos, ni siquiera nos mirábamos.
Los minutos pasaban y pasaban.
— ¿No crees que ya pasaron 5 minutos? —dije rompiendo el silencio. El miro su reloj.
—Si, ya pasaron. —camino hacia la puerta y comenzó a tocarla. — ¡Chicos! Ya abranos.
— ¡Hey! —gritaba yo también, mientras imitaba a Danny tocando la puerta.
—Creo que nos tendieron una trampa, no nos abrirán. —dijo después de unos segundos.
— ¿Estás jugando verdad? —lo mire por primera vez en todo el tiempo que teníamos dentro.
—No, pero mira, —acerco su oreja a la puerta. —No se escucha absolutamente nada. —lo mire escéptica. —Escucha por ti misma. —se alejo para dejarme espacio y lo averiguara yo sola. Y si, como había dicho, todo estaba en completo silencio.
—Idiotas. —dije separándome de la puerta. —No puede pasarme esto. Debe ser un juego. —comencé a decir.
— Sam… Samantha—corrigió rápido. —No creo que tarden.
—No es eso. Solo que... no me agrada estar en lugares sin ventilación. Solo eso.
— ¿Segura? ¿No es porque me odies y todo eso? —lo mire. El me miro fijamente a los ojos. Yo comencé a reír, mientras me deslizaba por la pared para tomar asiento en el piso.
—No te odio. —dije sincera. El me imito y se sentó frente a mí. —Tú me odias o que se yo.
—Yo no te odio, ni siquiera me dejas conocerte, ¿Cómo se puede odiar a alguien sin conocerlo?
—Buen punto. Oye, lamento todo lo que te he tirado encima. —dije divertida.
—Y yo lamento todo lo que te he dicho, nada de eso es cierto. Solo que… no sé, eres una chica “molestable”. Me gusta hacerlo.
Danny jugaba con sus agujetas. Yo solo lo observaba sin que él se diera cuenta.
— A mí también me gusta molestarte. —dije sincera. — ¿Puedes creer que pequeño es el mundo? ¿Quién iba pensar que el tipo con el que había chocado, era amigo de mi mejor amiga? —el elevo su vista y me miro divertido.
—Cierto. Oye Sam…antha.
—Dime, Sam.
— ¿Y ese cambio? —pregunto sorprendido.
—Bueno, como se que no me odias… puedes llamarme así. Es más corto.
—Gracias. —sonrió con todos los dientes y ahí me percate de que tenía el delantero un poco más grande que el resto. Eso era adorable. — ¿Cómo es posible que una chica de California terminara en Londres?
— ¿No lo recuerdas? Ya te había dicho que no soy de California, tienes mala memoria Danny.
—Lo siento, pero bueno, ¿Cómo fuiste de Londres a California y de California a Londres?
—Es una larga historia, tal vez luego te la cuente.
— ¿Lo prometes?
—Solo si tú me enseñas a tocar la guitarra. —el soltó una carcajada que hizo que yo comenzara a reír. Su risa era contagiosa.
—Prometido. —me incline hacia él y le extendí mi dedo meñique, el hizo lo mismo y los dos enredamos nuestros meñiques en señal de una promesa.
—Ahora no te puedes echar para atrás. Te contare mi vida, si tú me enseñas a tocar. —dije regresando a mi posición anterior.
—De acuerdo… ¿pero tú no quieres saber de mi vida? Soy muy interesante, en serio. —hizo un puchero, intentando hacer cara de cachorrito.
—Me encantaría, pero… ¿deben ser 2 promesas, o puede ir incluida con lo de la guitarra?
— Que te parece un… ¿2 x 1? —me guiño el ojo. Yo sentí que me sonrojaba.
No se cuanto tiempo teníamos dentro, comenzamos a platicar y olvidamos por completo que el tenia un reloj, así que no íbamos contando los minutos ni los segundos. Danny era muy agradable, demasiado. Era casi como yo, como había dicho Tom, solo que en una versión masculina y mejorada. Me encantaba cuando reía y sus grandes ojos azules se iluminaban.
Nota mental: No juzgar a las personas sin antes conocerlas.
espero les haya gustado el capitulo tanto como a mi!!! POR FAVOR DÉJENME SU COMENTARIO, quiero saber que les pareció :)
shfjsdhfkdhg gracias por leer!!
Podría pasar toda la eternidad encerrada en un armario con Danny :3
ResponderEliminarPerfecto! Lo lograste Yanan, me encantó! Mmmmm que tendrás pensado hacer con ellos... ya quiero saberlo!!! :D
Love ya! *3*
Leer tu fic, mientras escucho la voz ronca de Danny en Obviously, no tiene precio! ... Ahora no tengo ningún comentario chistoso :( Pero me encantó<3
ResponderEliminarLove you, Queen<3
Es buenisima tu fic! cuando se moria la mamá de Sam llore, cuando se murio el papá llore... este capitulo con Danny me encanto, fue como muy dasjkhgjgfjdsska nose ni como decirlo. Pero amo tu fic!
ResponderEliminarBesoooos xoxo
Hermoso Yanan. HER-MO-SO, *notese la separación de silabas (?) askdjblaskd. Muy lindo, tener 5 minutos con Danny encerrada en un armario, sí, el perfecto paraiso.
ResponderEliminarMe ha encantado. Ahora Sam y Danny parece que ya son más amigos jeje. Mejor, porque no me puedo imaginar a alguien que no le caiga bien Danny Jones. Un beso! (acuérdate de pasar por mi novela, que subo capítulo!)
ResponderEliminarAsddfagsgsgdhdhhdjdjfkdjdlgahshsllsldkdfjjfkdldkhdgdhdksljshdgsjsldjdlalsjslajsjslajdjk!!!!! Kfouwwwwww Y siguen en el armario OhmiDios!!! Que pasara?? Subeprontoelotro que tambn me encanto, me imagine a danny con su tipica carcajada!! Hahha
ResponderEliminarDioooooooooos, leí todos los capítulos en menos de una hora. Justo terminando de leer 'I just wanted to say I love you'.
ResponderEliminarMe encantaaaaa <3 Sube pronto :)
Me muero, me muero, me muero. ¡Una capítulo hermoso! Como ya he dicho antes y seguiré diciendo, ¡me encanta esta novela! xo.
ResponderEliminar