Estuvimos charlando por más tiempo, la verdad es que
comenzaba a creer que los demás se habían ido a cenar sin nosotros y que todo
esto era obra de Tom y Melanie, y que habían envuelto a Dougie en sus planes
malignos, por eso habían tardado en salir de la cocina.
Se hizo un silencio incomodo entre Danny y yo, después de unos minutos. El no me quitaba los ojos de encima y yo simplemente me sentía realmente incomoda e intimidada, así que evitaba mirarlo a toda costa. Me ponía a ver todo el armario, pero siempre saltando la vista de Danny, el no captaba que me ponía incomoda, y ni se inmutaba, no era para nada tímido y ni siquiera intentaba ser discreto.
Después de unos segundos al parecer se canso de mirarme, y con una sonrisa quito sus ojos de sobre de mí y los clavo sobre su iPhone.
Ahora fue mi turno de mirarlo, si, yo si lo hacía con discreción. Tenía pecas por todo el cuerpo, a pesar de la poca luz que había dentro lograba verlas. Un tatuaje adornaba su brazo izquierdo. Era realmente sexy un tatuaje en el brazo. O bueno, eso creía, generalmente no me gustaban los hombres con tatuajes, pero el de Danny era diferente, era… perfecto.
Él elevo ligeramente su mirada de su iPhone y me descubrió mirándolo. Yo rápidamente gire mi vista hacia otro lado, haciendo que el sonriera un poco, para después regresar su vista hacia su celular.
Que vergüenza.
Pero lo seguí mirando, con menos insistencia, su cabello ligeramente rojizo y chino, un tanto despeinado… ¿había algo que no se le viera bien? Todo lo que era Danny Jones, era perfecto a su manera.
Sonreí.
|Danny|
Se hizo un silencio incomodo entre Danny y yo, después de unos minutos. El no me quitaba los ojos de encima y yo simplemente me sentía realmente incomoda e intimidada, así que evitaba mirarlo a toda costa. Me ponía a ver todo el armario, pero siempre saltando la vista de Danny, el no captaba que me ponía incomoda, y ni se inmutaba, no era para nada tímido y ni siquiera intentaba ser discreto.
Después de unos segundos al parecer se canso de mirarme, y con una sonrisa quito sus ojos de sobre de mí y los clavo sobre su iPhone.
Ahora fue mi turno de mirarlo, si, yo si lo hacía con discreción. Tenía pecas por todo el cuerpo, a pesar de la poca luz que había dentro lograba verlas. Un tatuaje adornaba su brazo izquierdo. Era realmente sexy un tatuaje en el brazo. O bueno, eso creía, generalmente no me gustaban los hombres con tatuajes, pero el de Danny era diferente, era… perfecto.
Él elevo ligeramente su mirada de su iPhone y me descubrió mirándolo. Yo rápidamente gire mi vista hacia otro lado, haciendo que el sonriera un poco, para después regresar su vista hacia su celular.
Que vergüenza.
Pero lo seguí mirando, con menos insistencia, su cabello ligeramente rojizo y chino, un tanto despeinado… ¿había algo que no se le viera bien? Todo lo que era Danny Jones, era perfecto a su manera.
Sonreí.
|Danny|
Me encontraba aburrido en casa, así que le había llamado a Tom, para ver qué planes tenía el día de hoy. El me dijo que iría a su casa junto con Melanie. No pude evitar preguntarle si iría Samantha, a lo que él me respondió que sí.
Estaba aburrido, así que aunque a ella le molestara mi presencia iría a casa de Tom, no dejaría de ver a mis amigos solo para que ella se sintiera cómoda.
Le llame a Harry, quien estaba con Karen y les dije que nos reuniríamos en casa de Tom.
Para cuando llegue a su casa, Harry y Karen habían llegado al mismo tiempo que yo, así que entramos juntos. Saludamos a Melanie y a Dougie, que al parecer seguían “saliendo” pero aun no eran novios oficialmente, no sé porque se estaba tardando tanto en preguntárselo, si Melanie se veía enamorada de él.
Inconscientemente me puse a buscar a Sam.
— ¿A quién buscas? —preguntaron a mi izquierda. No pude evitar dar un brinco, me había agarrado de sorpresa.
—Am…—dije.
—Danny.
—Melanie. —dije en el mismo tono de voz que ella.
—Estoy segura de que no buscas a Tom.
— ¿A quién buscaría entonces?
—No se… quizás… ¿a Sam? —dijo sin más. No dije nada. — ¿Danny Jones se ha puesto nervioso?
— ¿Qué? ¿Yo? Para nada. —sentía que mis mejillas se ponían rojas, así que me gire rápidamente hacia Dougie.
—Como digas. —dijo Melanie en mi oído. Yo me gire para decirle algo, pero ella comenzó a caminar.
Demonios.
Samantha venia bajando las escaleras muy sonriente junto con Tom. Saludo a Harry y a Karen y después se quedo parada como preguntándose si debía saludarme o no. Sus ojos verdes se posaron en mí y nerviosa me dijo “hola” con la mano. Yo le sonreí abiertamente e imite su gesto, obteniendo una sonrisa sincera, pero aun nerviosa de vuelta. Eso hizo que intentara sonreír, pero no lo hice. No entendía porque quería hacerlo, así que me gire y camine hacia Harry, quien se había ido a charlar con Tom y Dougie.
Los chicos fueron por cervezas y las chicas se habían ido a la cocina a preparar botanas, yo no tenía ganas de salir, así que me quede viendo un partido de futbol. No sabía ni quienes estaban jugando, solo quería ver la televisión.
(…)
Estábamos jugando a “5 minutos en el paraíso” ya habían pasado varias parejas al armario y yo solamente pedía que no me tocara con Sam, porque sería muy incomodo para ambos.
—Samantha y… Danny. —dijo Dougie, yo estuve a punto de escupir mi cerveza.
— ¿Qué? —dijimos ambos. Todos comenzaron a reír.
—Reglas son reglas. —dijo Melanie.
—Vamos, Sam. —dijo Tom dándole su mano.
—No es justo.
—Solo es un juego.
—Si bueno, ya no quiero jugar.
—Solo debes soportar 5 minutos dentro. No es mucho tiempo o ¿sí?
—Con Danny si es mucho tiempo.
—Pues yo tampoco quiero estar contigo dentro. —dije mientras escuchaba su plática, al parecer no se habían percatado de que venía detrás de ellos.
—Bueno… —Tom nos empujo dentro del armario. —Su tiempo comienza a correr… ya.
Yo entre y me quede parado al fondo del armario, mientras
ella se quedo mirando la puerta, como esperando que por arte de magia los 5
minutos terminaran y así salir disparada hacia la sala. ¿Tan mal le caía?
La observe por unos segundos, solo nos iluminaba una bombilla que estaba sobre nosotros. La luz un tanto amarilla de esta, iluminaba ligeramente sus facciones, tan finas y perfectas.
—Podrías por favor dejar de hacer eso. —dije después de unos segundos. No dejaba de golpear el suelo con su pie.
—No quiero.
—Sam.
—Samantha. — me corrigió rápidamente, aun sin mirarme.
—Como sea, podrías... —señale sus pies. —Gracias. —dije en cuanto ella lo dejo de hacer.
Yo no dejaba de tronar bombitas de saliva, lo hacía cuando estaba aburrido, y este era uno de esos momentos.
Los minutos pasaban y pasaban.
— ¿No crees que ya pasaron 5 minutos? —dijo. Yo dirigí mi mirada a mi reloj
—Si, ya pasaron. —camine hacia la puerta y comencé a tocarla. — ¡Chicos! Ya abranos.
— ¡Hey! —comenzó a hacer lo que yo hacía.
—Creo que nos tendieron una trampa, no nos abrirán. —dije después de unos segundos intentando.
— ¿Estás jugando verdad? — pregunto mirándome.
—No, pero mira, —acerque mi oreja a la puerta. —No se escucha absolutamente nada. — me miro fijamente como si no me creyera. —Escucha por ti misma. —me aleje para que ella lo escuchara por sí misma.
—Idiotas. No puede pasarme esto. Debe ser un juego. —comenzó a decir.
— Sam… Samantha—corregí rápido. —No creo que tarden.
—No es eso. Solo que... no me agrada estar en lugares sin ventilación. Solo eso.
— ¿Segura? ¿No es porque me odies y todo eso? —La mire fijamente a los ojos.
Sam comenzó a reír, mientras se deslizaba con una facilidad hacia el piso, sentándose.
—No te odio. —dijo sincera. La imite y me senté frente a ella. —Tú me odias o que se yo.
—Yo no te odio, ni siquiera me dejas conocerte, ¿Cómo se puede odiar a alguien sin conocerlo? —dije sincero.
—Buen punto. Oye, lamento todo lo que te he tirado encima. —dijo divertida, su sonrisa era… perfecta.
—Y yo lamento todo lo que te he dicho, nada de eso es cierto. Solo que… no sé, eres una chica “molestable”. Me gusta hacerlo.
Me sentía realmente nervioso, no sabía el porqué, así que me puse a jugar con las agujetas de mi tenis.
— A mí también me gusta molestarte. —dijo. — ¿Puedes creer que pequeño es el mundo? ¿Quién iba pensar que el tipo con el que había chocado, era amigo de mi mejor amiga? —eleve mi vista y la mire divertida.
—Cierto. Oye Sam…antha.
—Dime, Sam.
— ¿Y ese cambio? —pregunte sorprendido.
—Bueno, como se que no me odias… puedes llamarme así. Es más corto.
—Gracias. —Le sonreí — ¿Cómo es posible que una chica de California terminara en Londres?
— ¿No lo recuerdas? —frunció el ceño. —Ya te había dicho que no soy de California, tienes mala memoria, Danny.
—Lo siento, pero bueno, ¿Cómo fuiste de Londres a California y de California a Londres?
—Es una larga historia, tal vez luego te la cuente.
— ¿Lo prometes?
—Solo si tú me enseñas a tocar la guitarra. —no pude evitar reír.
—Prometido. — ella se inclino a mí, no sabía que planeaba hacer. Me extendió su dedo meñique, así que la imite e hice lo mismo. Ella enredo el suyo en el mío. Bueno, supongo que esto era como las chicas sellaban sus promesas. Un poco estúpido, a mi parecer, pero era adorable al mismo tiempo.
—Ahora no te puedes echar para atrás. Te contare mi vida, si tú me enseñas a tocar. —dijo mientras se acomodaba en su posición anterior.
—De acuerdo… ¿pero tú no quieres saber de mi vida? Soy muy interesante, en serio. —hice un puchero. La verdad es que me encantaría saber de ella y que ella supiera de mí, que viera como era en realidad.
—Me encantaría, pero… ¿deben ser 2 promesas, o puede ir incluida con lo de la guitarra? —pregunto sincera.
— Que te parece un… ¿2 x 1? — le guiñe el ojo y un color rojizo comenzó a aparecer en sus mejillas.
Estuvimos charlando por mucho tiempo, incluso hubo momentos en los que no decíamos nada. Hubo algunos juegos de miradas, acepto que yo era más descarado y la miraba fijamente sin importar que ella supiera que lo hacía, pero cuando ella me miraba, una sonrisa se formaba en sus labios. En una de esas, yo eleve mi vista de lo que estaba haciendo y la mire, ella rápidamente se sonrojo y miro hacia otro lado. No sé porque, pero me gustaba saber que mi mirada la intimidaba.
Sam no era como las otras chicas y a pesar de que no sabía nada de ella, solo que era la mejor amiga de Melanie y que tenía poco tiempo de que había regresado de California, se me hacia realmente interesante. Intentaba descifrar todo lo que pasaba por su mente.
—Tengo hambre. —dije recostando mi cabeza sobre sus piernas. Ella se exalto y elevo sus manos a la altura de su pecho, yo solo sonreía. Esto de ponerla nerviosa me mataba. Poco a poco se fue relajando y puso una de ellas sobre mi cabello y la otra la coloco sobre mis manos, las cuales estaban sobre mi abdomen. Su contacto, había logrado que un gran escalofrió recorriera todo mi cuerpo. Esto me asusto un poco, nunca había sentido algo así, pero era agradable. Cerré mis ojos. Ella había comenzado a jugar delicadamente con un mechón de mi cabello.
—Yo también tengo hambre. Son unos malvados. —dijo riendo. Yo abrí mis ojos y ella me estaba mirando fijamente, pero esta vez no evito mi mirada.
—Tienes unos ojos muy bonitos ¿lo sabías? —ella sonrió sonrojándose un poco.
—Gracias… Nunca me lo habían dicho.
— ¿En serio?
—En serio… —dijo sincera. Suspiro.
— ¿Sabes?
— ¿Qué? —dijo atenta, sin dejar de tocar mi cabello.
—Tal vez deba agradecerle a los chicos que nos hayan dejado encerrados aquí. —ella sonrió de nuevo. Tenía una sonrisa tan tierna y sincera. — Si no hubiera sido por esta trampa, tal vez nunca habríamos aclarado las cosas. En serio creía que me odiabas.
—Si, bueno… Yo había intentado arreglar las cosas una vez…— la mire confundido. —Una vez, fuera de mi casa, había salido solo a intentarlo, pero tú abriste la boca e hiciste que me enfureciera y regresara al departamento.
—Lo recuerdo. —quite una de mis manos, y la puse sobre la de ella. Ella miro rápido nuestras manos y después me miro de nuevo. — y lo siento.
—Como sea, no importa. Ese día me prometí no intentarlo de nuevo… ¿Crees que nos traigan algo de comer? —dijo cambiando de tema. Yo seguía perdido en su rostro. Era hermosa ¿Por qué no me había dado cuenta de su belleza antes?
La observe por unos segundos, solo nos iluminaba una bombilla que estaba sobre nosotros. La luz un tanto amarilla de esta, iluminaba ligeramente sus facciones, tan finas y perfectas.
—Podrías por favor dejar de hacer eso. —dije después de unos segundos. No dejaba de golpear el suelo con su pie.
—No quiero.
—Sam.
—Samantha. — me corrigió rápidamente, aun sin mirarme.
—Como sea, podrías... —señale sus pies. —Gracias. —dije en cuanto ella lo dejo de hacer.
Yo no dejaba de tronar bombitas de saliva, lo hacía cuando estaba aburrido, y este era uno de esos momentos.
Los minutos pasaban y pasaban.
— ¿No crees que ya pasaron 5 minutos? —dijo. Yo dirigí mi mirada a mi reloj
—Si, ya pasaron. —camine hacia la puerta y comencé a tocarla. — ¡Chicos! Ya abranos.
— ¡Hey! —comenzó a hacer lo que yo hacía.
—Creo que nos tendieron una trampa, no nos abrirán. —dije después de unos segundos intentando.
— ¿Estás jugando verdad? — pregunto mirándome.
—No, pero mira, —acerque mi oreja a la puerta. —No se escucha absolutamente nada. — me miro fijamente como si no me creyera. —Escucha por ti misma. —me aleje para que ella lo escuchara por sí misma.
—Idiotas. No puede pasarme esto. Debe ser un juego. —comenzó a decir.
— Sam… Samantha—corregí rápido. —No creo que tarden.
—No es eso. Solo que... no me agrada estar en lugares sin ventilación. Solo eso.
— ¿Segura? ¿No es porque me odies y todo eso? —La mire fijamente a los ojos.
Sam comenzó a reír, mientras se deslizaba con una facilidad hacia el piso, sentándose.
—No te odio. —dijo sincera. La imite y me senté frente a ella. —Tú me odias o que se yo.
—Yo no te odio, ni siquiera me dejas conocerte, ¿Cómo se puede odiar a alguien sin conocerlo? —dije sincero.
—Buen punto. Oye, lamento todo lo que te he tirado encima. —dijo divertida, su sonrisa era… perfecta.
—Y yo lamento todo lo que te he dicho, nada de eso es cierto. Solo que… no sé, eres una chica “molestable”. Me gusta hacerlo.
Me sentía realmente nervioso, no sabía el porqué, así que me puse a jugar con las agujetas de mi tenis.
— A mí también me gusta molestarte. —dijo. — ¿Puedes creer que pequeño es el mundo? ¿Quién iba pensar que el tipo con el que había chocado, era amigo de mi mejor amiga? —eleve mi vista y la mire divertida.
—Cierto. Oye Sam…antha.
—Dime, Sam.
— ¿Y ese cambio? —pregunte sorprendido.
—Bueno, como se que no me odias… puedes llamarme así. Es más corto.
—Gracias. —Le sonreí — ¿Cómo es posible que una chica de California terminara en Londres?
— ¿No lo recuerdas? —frunció el ceño. —Ya te había dicho que no soy de California, tienes mala memoria, Danny.
—Lo siento, pero bueno, ¿Cómo fuiste de Londres a California y de California a Londres?
—Es una larga historia, tal vez luego te la cuente.
— ¿Lo prometes?
—Solo si tú me enseñas a tocar la guitarra. —no pude evitar reír.
—Prometido. — ella se inclino a mí, no sabía que planeaba hacer. Me extendió su dedo meñique, así que la imite e hice lo mismo. Ella enredo el suyo en el mío. Bueno, supongo que esto era como las chicas sellaban sus promesas. Un poco estúpido, a mi parecer, pero era adorable al mismo tiempo.
—Ahora no te puedes echar para atrás. Te contare mi vida, si tú me enseñas a tocar. —dijo mientras se acomodaba en su posición anterior.
—De acuerdo… ¿pero tú no quieres saber de mi vida? Soy muy interesante, en serio. —hice un puchero. La verdad es que me encantaría saber de ella y que ella supiera de mí, que viera como era en realidad.
—Me encantaría, pero… ¿deben ser 2 promesas, o puede ir incluida con lo de la guitarra? —pregunto sincera.
— Que te parece un… ¿2 x 1? — le guiñe el ojo y un color rojizo comenzó a aparecer en sus mejillas.
Estuvimos charlando por mucho tiempo, incluso hubo momentos en los que no decíamos nada. Hubo algunos juegos de miradas, acepto que yo era más descarado y la miraba fijamente sin importar que ella supiera que lo hacía, pero cuando ella me miraba, una sonrisa se formaba en sus labios. En una de esas, yo eleve mi vista de lo que estaba haciendo y la mire, ella rápidamente se sonrojo y miro hacia otro lado. No sé porque, pero me gustaba saber que mi mirada la intimidaba.
Sam no era como las otras chicas y a pesar de que no sabía nada de ella, solo que era la mejor amiga de Melanie y que tenía poco tiempo de que había regresado de California, se me hacia realmente interesante. Intentaba descifrar todo lo que pasaba por su mente.
—Tengo hambre. —dije recostando mi cabeza sobre sus piernas. Ella se exalto y elevo sus manos a la altura de su pecho, yo solo sonreía. Esto de ponerla nerviosa me mataba. Poco a poco se fue relajando y puso una de ellas sobre mi cabello y la otra la coloco sobre mis manos, las cuales estaban sobre mi abdomen. Su contacto, había logrado que un gran escalofrió recorriera todo mi cuerpo. Esto me asusto un poco, nunca había sentido algo así, pero era agradable. Cerré mis ojos. Ella había comenzado a jugar delicadamente con un mechón de mi cabello.
—Yo también tengo hambre. Son unos malvados. —dijo riendo. Yo abrí mis ojos y ella me estaba mirando fijamente, pero esta vez no evito mi mirada.
—Tienes unos ojos muy bonitos ¿lo sabías? —ella sonrió sonrojándose un poco.
—Gracias… Nunca me lo habían dicho.
— ¿En serio?
—En serio… —dijo sincera. Suspiro.
— ¿Sabes?
— ¿Qué? —dijo atenta, sin dejar de tocar mi cabello.
—Tal vez deba agradecerle a los chicos que nos hayan dejado encerrados aquí. —ella sonrió de nuevo. Tenía una sonrisa tan tierna y sincera. — Si no hubiera sido por esta trampa, tal vez nunca habríamos aclarado las cosas. En serio creía que me odiabas.
—Si, bueno… Yo había intentado arreglar las cosas una vez…— la mire confundido. —Una vez, fuera de mi casa, había salido solo a intentarlo, pero tú abriste la boca e hiciste que me enfureciera y regresara al departamento.
—Lo recuerdo. —quite una de mis manos, y la puse sobre la de ella. Ella miro rápido nuestras manos y después me miro de nuevo. — y lo siento.
—Como sea, no importa. Ese día me prometí no intentarlo de nuevo… ¿Crees que nos traigan algo de comer? —dijo cambiando de tema. Yo seguía perdido en su rostro. Era hermosa ¿Por qué no me había dado cuenta de su belleza antes?
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espero les haya gustado el capitulo tanto como a mi, es otro de mis favoritos!!! POR FAVOR DÉJENME SU COMENTARIO, quiero saber que les pareció :)
Owwwwn :3 quiero "5 minutos" que parezcan una eternidad con Danny en un armario!!!
ResponderEliminarSi el capitulo pasado fue lindo, este se paso de adorable!!
Me gusta, me gusta me gusta! :3
Cosoooooos<3 No se me ocurre nada gracioso por decir & lo peor es que si tengo algo que decir! :/ Me da pena expresarme :P Okno
ResponderEliminarI loved it<3
Yanan haces que grite dentro de mi e hiperventile, dios santo ya quiero saber que es lo que ella sintio cuando se recosto sobre sus piernas... Ohmidios!!! Yyayayaya me haces el dia mujer!:) estubo heeerrrrrrrrrrrmoso:)
ResponderEliminarWow hace rato que no pasaba a leer por acá y déjame decirte que me encanta tu novela :D no sabes el grito que lance cuando Sam le tiro el vino fue super gracioso imaginarlo y aun mas cuando están en el armario awww se respira amor jajaja simplemente me encanta, haré lo posible para venir mas seguido Cuídate mucho que escribes increíble xD
ResponderEliminarMe siento tan mal por haber dejado de leer tu novela Yanan, he andado totalmente perdida, pero AWWW amé este capítulo, se enamorarán y será tan hermoso, si soy una romántica empedernida (?) D: jajaja, terminaré de leer los capítulos. (:
ResponderEliminarMariposas en el estomago al cien!!!
ResponderEliminar¿Qué si me gustó? Por dios... Lo amé. No es posible que Danny causé tantas emociones en una persona hkfkdgs. Saludos.
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