Tal vez mucha gente pensaría que todas las personas cuando
muere alguien se la pasan deprimidas o encerradas en una habitación llorando.
Pero yo no era así. Cuando murió mi padre, a pesar de que si entendía, no lo
hice. Y ahora que murió mi madre, ni siquiera tuve el tiempo de deprimirme. Aun
tenía el dolor en mi pecho, y sentía que la vida era totalmente injusta
quitándome a las 2 únicas personas especiales de mi vida.
Comenzaba a creer que tenía una especie de maldición, ya que las personas que amaba, siempre terminaban dejándome por otra persona, o bien, muriendo.
Generalmente, peleaba con Ashley sobre esto, ya que ella decía que no podía ser una chica fría y cero sentimental toda mi vida. A pesar de que la amaba, y me conociera, o intentara hacerlo, yo ocultaba muchas cosas.
La primera relación “seria” y larga que tuve – si no es que la única – iba viento en popa, hasta que encontré que él me engañaba. Con una chica mayor… si, mayor, algo así como unos 10 años más grande que yo. El obviamente la prefirió a ella, supongo que porque tenía cosas que yo no estaba dispuesta a darle, así que después de 1 año 2 meses, decidí mandarlo a volar. No llore el que me haya engañado, ni siquiera llore por haber estado enamorada como una tonta. Simplemente, deje que no me afectara tanto.
—Si yo fuera tú, en estos momentos pensaría suicidarme. — me decía Ashley, yo solo la miraba con asco. ¿Quitarme la vida, solo porque alguien no me amaba de la misma menara en que yo lo hacía? No gracias. Paso.
Y así es mi vida sentimental. Soy totalmente un caos, o realmente no soy lo demasiado atractiva para que los chicos decidan acercarse a mí. No me gusta quedarme estancada en las cosas, me gustaba seguir adelante y no dejar que me afecten. Aunque sabía que no siempre podía hacerme la fuerte.
Comenzaba a creer que tenía una especie de maldición, ya que las personas que amaba, siempre terminaban dejándome por otra persona, o bien, muriendo.
Generalmente, peleaba con Ashley sobre esto, ya que ella decía que no podía ser una chica fría y cero sentimental toda mi vida. A pesar de que la amaba, y me conociera, o intentara hacerlo, yo ocultaba muchas cosas.
La primera relación “seria” y larga que tuve – si no es que la única – iba viento en popa, hasta que encontré que él me engañaba. Con una chica mayor… si, mayor, algo así como unos 10 años más grande que yo. El obviamente la prefirió a ella, supongo que porque tenía cosas que yo no estaba dispuesta a darle, así que después de 1 año 2 meses, decidí mandarlo a volar. No llore el que me haya engañado, ni siquiera llore por haber estado enamorada como una tonta. Simplemente, deje que no me afectara tanto.
—Si yo fuera tú, en estos momentos pensaría suicidarme. — me decía Ashley, yo solo la miraba con asco. ¿Quitarme la vida, solo porque alguien no me amaba de la misma menara en que yo lo hacía? No gracias. Paso.
Y así es mi vida sentimental. Soy totalmente un caos, o realmente no soy lo demasiado atractiva para que los chicos decidan acercarse a mí. No me gusta quedarme estancada en las cosas, me gustaba seguir adelante y no dejar que me afecten. Aunque sabía que no siempre podía hacerme la fuerte.
***
Después de la pésima noche que había tenido por la pequeña y desagradable visita que había tenido Ken, me desperté con un tremendo dolor de cabeza. Me quede sentada en la cama, mirando hacia la ventana. La luz aun me molestaba así que tenía que forzar la vista. Vi que de un auto que estaba estacionado frente a los departamentos en los que vivía, bajaba Danny.
Me puse de pie y camine hacia la ventana, para asegurarme de que era él.
Danny vestía unos jeans entubados y una camisa cuello V, debajo de una de cuadros desabotonada. Caminaba con esa manera despreocupada que le caracterizaba hacia la entrada.
Tal vez era mi momento de arreglar las cosas.
Camine hacia mi armario y saque unos jeans y una playera, junto con un sweater ligero. Me cepille el cabello y lave los dientes.
Estuve fuera de mi departamento, hasta ver que él salía. Al ver que se quedaba platicando un poco con un tipo en la puerta, decidí que era momento de salir y actuar como si no lo hubiera visto.
Me acerque con unas bolsas negras llenas de basura hacia donde estaban los contenedores. De reojo vi que Danny me observaba con el ceño fruncido. Cerré el contenedor y me gire discretamente, quedando frente a él. Lo mire. ¿Me acercaba a saludarlo? O ¿solo le hacia un gesto con la mano? Tal vez todo esto era mala idea, se notaba que él no quería entablar amistad conmigo. No digo que fuera obligatorio que fuéramos amigos, ni siquiera lo estaba pidiendo, solo quería que estuviera todo bien entre nosotros.
—Samantha. —dijo el primero. Yo había bajado mi vista hacia mis pies y la eleve cuando él dijo mi nombre.
—Danny. —dije elevando una comisura de mi boca, intentando dibujar una sonrisa. — ¿Cómo estás? —continúe al ver que el no decía nada.
—Bien…—dijo con un gesto raro. Al parecer se le hacía extraño. Coloque mis manos dentro de los bolsillos traseros de mis jeans y cruce hacia el otro lado de la calle, donde él se encontraba.
—Si, yo también estoy bien. —dije un poco sarcástica ya frente a él. El sonrió, ya que no me lo había preguntado.
—Estaba a punto de preguntarlo. —dijo frunciendo el ceño.
—Como sea—me encogí de hombros. —Oye…—moje mis labios, realmente me ponía nerviosa hablar con él.
—No me vas a aventar otro plato de espaguetis ¿cierto?
—No. —dije avergonzada. —Sobre eso…
— ¿Sabes qué? me costó mucho trabajo sacar la salsa de tomate de mi cabello. —dijo serio y yo lo mire fijamente. ¿Era enserio? Yo intentaba arreglar las cosas y el volvía a portarse como un ególatra.
—Al parecer eres un caso perdido, Jones. —dije un tanto molesta.
— ¿Yo? ¿Qué hay de ti? Pareces una loca amargada. No se puede jugar ni bromear contigo. —contraataco. Le hubiera dado una cachetada, pero sabía que eso solo empeoraría las cosas, así que tome aire.
—No todo lo que dices es cómico. Usa un poco tu cerebro y deja de pensar en ti. —dije, para después darme la vuelta y dejarlo con la boca abierta.
— ¡Oye Sam!
— ¡No me digas Sam! — grite girándome furiosa. El solo me veía con los ojos como platos.
Entre a mi habitación enojada, ¿Por qué él me sacaba de quicio con tal solo unos comentarios? Gruñí debajo de mi almohada. Enserio lo detestaba y ya no intentaría arreglar nada con él, no le veía el caso. Era un idiota.
***
La semana había pasado y ya
era el día de la fiesta. Sonaría raro, pero a pesar de que al principio no
quería ir, ahora tenía unas ganas inmensas de estar ahí, los chicos me caían
muy bien, al igual que las chicas, además de que Tom se había convertido en mi
mejor amigo y se lo había prometido.
Esa tarde mientras sacaba todo de mi armario para ver que me pondría, me llego un mensaje de Tom.
“Sam, solo para recordarte que hoy es la fiesta, y no me puedes quedar mal. Por Danny no te preocupes, no creo que se dé cuenta de que estas ahí –eso hizo que me sintiera mal inconscientemente- Así que, no tienes ahora una excusa para faltar. Vamos, sal y conoce gente nueva :).”
“Tom, de acuerdo… iré. Olvide por un momento que soy una especie de fantasma para él, así que… nos veremos ahí, a menos de que un camión me atropelle. No faltare” envié.
Saque todo de mi armario, pero no encontré nada adecuado para una fiesta de “estrellas” me rasque la cabeza, mientras veía mi armario desnudo. Resople.
«Bueno, Sam, aun tienes lo que resta de la tarde para decidir que ponerte.» Me dije.
Salí de mi habitación dispuesta a comer algo cuando me sorprendí al ver a Ken sentado en el sofá. Era muy “temprano” para que estuviera despierto.
Mi comida consistía en un vaso de soda y un emparedado de jamón. Últimamente, el apetito, se me había quitado.
Lave los platos que había usado y puse a calentar la comida de Ken.
—Hoy saldré. —dije sin importancia. —hay comida en el horno y la cena esta en el refrigerador. —el me miro fijamente, para después regresar su vista hacia el televisor.
Bufe.
Saque mi celular y le envié un mensaje a Melanie.
“Mel, si iré. Te veo allá a las 8.”
Esa tarde mientras sacaba todo de mi armario para ver que me pondría, me llego un mensaje de Tom.
“Sam, solo para recordarte que hoy es la fiesta, y no me puedes quedar mal. Por Danny no te preocupes, no creo que se dé cuenta de que estas ahí –eso hizo que me sintiera mal inconscientemente- Así que, no tienes ahora una excusa para faltar. Vamos, sal y conoce gente nueva :).”
“Tom, de acuerdo… iré. Olvide por un momento que soy una especie de fantasma para él, así que… nos veremos ahí, a menos de que un camión me atropelle. No faltare” envié.
Saque todo de mi armario, pero no encontré nada adecuado para una fiesta de “estrellas” me rasque la cabeza, mientras veía mi armario desnudo. Resople.
«Bueno, Sam, aun tienes lo que resta de la tarde para decidir que ponerte.» Me dije.
Salí de mi habitación dispuesta a comer algo cuando me sorprendí al ver a Ken sentado en el sofá. Era muy “temprano” para que estuviera despierto.
Mi comida consistía en un vaso de soda y un emparedado de jamón. Últimamente, el apetito, se me había quitado.
Lave los platos que había usado y puse a calentar la comida de Ken.
—Hoy saldré. —dije sin importancia. —hay comida en el horno y la cena esta en el refrigerador. —el me miro fijamente, para después regresar su vista hacia el televisor.
Bufe.
Saque mi celular y le envié un mensaje a Melanie.
“Mel, si iré. Te veo allá a las 8.”
Esta es mi primer novela de McFly y la verdad me pone nerviosa jsdfhhdf.
¡Gracias por leer! en serio, lo aprecio demasiado.
no olviden comentar y poner "like" (obvio, si les gusto) se aceptan criticas constructivas haha.
tengan bonito día :D
Yanan.
No debo odiar a Danny! No debo odiar a Danny! No debo odiar a Danny! pero Agh! que molesto se ha vuelto! ¬¬ Le doy permiso a Sam para que le lance encima los platos de Spaguetti que quiera!
ResponderEliminarHola nueva lectora!!!
ResponderEliminarme encanta como escribes debes seguirla :D
Aly.-
Hello!
ResponderEliminarwoooop amo tu blog haha está incre! de verdad y en serio nunca has pensado en dedicarte a escribir novelas? realmente eres una increíble escritora! Xx
Arantxa.