No me di
cuenta de cuanto tiempo había pasado, me encontraba sentada en el piso de la bodega,
rodeada de cajas abiertas, y varias cerámicas en mi regazo. Escuche la voz de Emma, y el cerrar de las persianas, así que suponía
que ya estábamos cerrando. Me puse de pie y guarde las últimas cosas en las
cajas.
Camine hacia donde estaba Emma, ella me miro preocupada, mientras guardaba algunas cosas. Yo me sacudí el polvo, mientras sacaba mi celular para ver la hora, ya eran las seis.
—Lamento no haberte ayudado mucho hoy. —dije mientras tomaba mi bolso.
—No te preocupes, entiendo cómo te sientes… ¿y que harás respecto al chico que te gusta pero que existe y a la vez no?
—Se me ocurrió algo…—dije tecleando el mensaje que no le había respondido a Danny. —El lunes te platicare mi idea, ahora se me hace tarde.
Le di un beso en la mejilla y salí de la tienda. Camine por varias cuadras, para después revisar mi cartera y fijarme si tenía el cambio suficiente, ya que vi que si, seguí mi camino hacia el Starbucks. Si, planeaba ver a Adam, aunque sinceramente no sabía si lo iba a encontrar de nuevo.
Camine hacia el mostrador, mientras veía el menú para ver que pediría. Fue mi turno, elegí un cappuccino caliente y pedí que me lo llevaran a mi mesa.
Estuve sentada varios minutos, mientras jugaba con la taza de café, era obvio que no vendría, ¿Quién iría al mismo Starbucks, teniendo miles en el país? Tal vez mi idea era un poco estúpida. Estaba a punto de darme por vencida, cuando lo vi entrar por la puerta. Me puse rápidamente de pie y camine hacia el mostrador, para que el me viera a mí.
—Disculpa me podrías regalar un vaso con agua. —dije metiéndome en la fila. Alguien toco mi hombro delicadamente, cruce los dedos antes de girarme. — ¿Si? —pregunte. — ¡Oh Adam! Que sorpresa. —mentí.
— ¿Sam? Hola, ¿Qué tal todo? Que sorpresa encontrarte de nuevo por aquí. —yo sonreí. —El otro día recibí tu sobre, pensé que me llamarías —sonrió. Yo me sonroje un poco.
—Lo siento por eso, no me había sentido bien esos días… ¿Qué te parece si nos sentamos hoy juntos? así ya ninguno le debe nada al otro.
—Perfecto.
Era algo así como mi día de suerte, básicamente mi idea, era acercarme más a Adam, el era muy, muy agradable y no era para nada feo, si lograba hacerlo mi amigo, tal vez podría ayudarme con Danny y su obsesión por saber quién era el chico que me gustaba.
Fuimos directo a mi mesa, mientras esperábamos a que le trajeran su café. No decíamos nada, solo sonreíamos, si, las típicas sonrisas de incomodidad, después comenzamos a charlar con mas fluidez, el me platicaba de su trabajo como modelo, y yo de mi trabajo en la tienda de antigüedades. Contamos varias anécdotas y demás, la verdad es que era muy agradable su presencia.
Mi celular comenzó a sonar de nuevo, esta vez no era un mensaje era una llamada. Le hice una seña a Adam, de que me disculpara y respondí.
— ¿Qué quieres?... no… estoy ocupada Danny… Si… no, no te diré donde estoy… no, no el momento… si… que no Danny, no… deja de molestar… no… adiós—Di por concluida la llamada, ante la mirada divertida de Adam. Danny supuso que estaba acompañada por mi gran amor, y quería que le dijera dónde estaba, era un idiota.
—Lo siento por eso. —dije avergonzada.
— ¿Tu novio? —pregunto mientras le daba un sorbo a su café.
—Oh no, era un amigo. —respondí.
—Vaya, ¿no tienes novio? —yo negué divertida. — ¡¿Cómo es eso posible?! —exclamo haciendo que yo comenzara a reír.
—No tengo idea, pero no es algo que me quite el sueño. —respondí sincera— ¿Tú tienes novia? —fue mi turno de preguntar. Esperaba un no por respuesta, así mi plan podría salir a la perfección.
—No, tampoco tengo. Hagamos un club de los corazones solitarios.
—Pido ser la presidenta. —agregue.
Seguimos platicando, hasta que el cielo se puso negro. No nos habíamos dado cuenta de que la cafetería estaba a punto de cerrar, pero que solo esperaba que nos fuéramos. Nos pusimos de pie avergonzados y salimos de ahí.
Caminamos por la calle varios minutos acompañados de varias risas. Adam era muy divertido, realmente lo era, pero no como Danny. Esto iba a ser más difícil de lo que creía.
—Ya es algo tarde. —dije elevando mi vista y observando la luna. —Me la pase muy bien, Adam, eres muy agradable.
—Igual yo, Sam. —Guardo silencio y me miro— ¿Seria mucha molestia si me das tu número telefónico? Me encantaría invitarte a salir algún día. —yo le sonreí y se lo di, de igual manera yo guarde el suyo.
—Bueno, creo que es hora de que me vaya. —dije acercándome a su mejilla para despedirme. —Estamos en contacto.
—Te llevo. —dijo rápidamente.
—Oh no, no te preocupes, otro día será. Cuídate. —dije mientras comenzaba a caminar.
Camine hacia donde estaba Emma, ella me miro preocupada, mientras guardaba algunas cosas. Yo me sacudí el polvo, mientras sacaba mi celular para ver la hora, ya eran las seis.
—Lamento no haberte ayudado mucho hoy. —dije mientras tomaba mi bolso.
—No te preocupes, entiendo cómo te sientes… ¿y que harás respecto al chico que te gusta pero que existe y a la vez no?
—Se me ocurrió algo…—dije tecleando el mensaje que no le había respondido a Danny. —El lunes te platicare mi idea, ahora se me hace tarde.
Le di un beso en la mejilla y salí de la tienda. Camine por varias cuadras, para después revisar mi cartera y fijarme si tenía el cambio suficiente, ya que vi que si, seguí mi camino hacia el Starbucks. Si, planeaba ver a Adam, aunque sinceramente no sabía si lo iba a encontrar de nuevo.
Camine hacia el mostrador, mientras veía el menú para ver que pediría. Fue mi turno, elegí un cappuccino caliente y pedí que me lo llevaran a mi mesa.
Estuve sentada varios minutos, mientras jugaba con la taza de café, era obvio que no vendría, ¿Quién iría al mismo Starbucks, teniendo miles en el país? Tal vez mi idea era un poco estúpida. Estaba a punto de darme por vencida, cuando lo vi entrar por la puerta. Me puse rápidamente de pie y camine hacia el mostrador, para que el me viera a mí.
—Disculpa me podrías regalar un vaso con agua. —dije metiéndome en la fila. Alguien toco mi hombro delicadamente, cruce los dedos antes de girarme. — ¿Si? —pregunte. — ¡Oh Adam! Que sorpresa. —mentí.
— ¿Sam? Hola, ¿Qué tal todo? Que sorpresa encontrarte de nuevo por aquí. —yo sonreí. —El otro día recibí tu sobre, pensé que me llamarías —sonrió. Yo me sonroje un poco.
—Lo siento por eso, no me había sentido bien esos días… ¿Qué te parece si nos sentamos hoy juntos? así ya ninguno le debe nada al otro.
—Perfecto.
Era algo así como mi día de suerte, básicamente mi idea, era acercarme más a Adam, el era muy, muy agradable y no era para nada feo, si lograba hacerlo mi amigo, tal vez podría ayudarme con Danny y su obsesión por saber quién era el chico que me gustaba.
Fuimos directo a mi mesa, mientras esperábamos a que le trajeran su café. No decíamos nada, solo sonreíamos, si, las típicas sonrisas de incomodidad, después comenzamos a charlar con mas fluidez, el me platicaba de su trabajo como modelo, y yo de mi trabajo en la tienda de antigüedades. Contamos varias anécdotas y demás, la verdad es que era muy agradable su presencia.
Mi celular comenzó a sonar de nuevo, esta vez no era un mensaje era una llamada. Le hice una seña a Adam, de que me disculpara y respondí.
— ¿Qué quieres?... no… estoy ocupada Danny… Si… no, no te diré donde estoy… no, no el momento… si… que no Danny, no… deja de molestar… no… adiós—Di por concluida la llamada, ante la mirada divertida de Adam. Danny supuso que estaba acompañada por mi gran amor, y quería que le dijera dónde estaba, era un idiota.
—Lo siento por eso. —dije avergonzada.
— ¿Tu novio? —pregunto mientras le daba un sorbo a su café.
—Oh no, era un amigo. —respondí.
—Vaya, ¿no tienes novio? —yo negué divertida. — ¡¿Cómo es eso posible?! —exclamo haciendo que yo comenzara a reír.
—No tengo idea, pero no es algo que me quite el sueño. —respondí sincera— ¿Tú tienes novia? —fue mi turno de preguntar. Esperaba un no por respuesta, así mi plan podría salir a la perfección.
—No, tampoco tengo. Hagamos un club de los corazones solitarios.
—Pido ser la presidenta. —agregue.
Seguimos platicando, hasta que el cielo se puso negro. No nos habíamos dado cuenta de que la cafetería estaba a punto de cerrar, pero que solo esperaba que nos fuéramos. Nos pusimos de pie avergonzados y salimos de ahí.
Caminamos por la calle varios minutos acompañados de varias risas. Adam era muy divertido, realmente lo era, pero no como Danny. Esto iba a ser más difícil de lo que creía.
—Ya es algo tarde. —dije elevando mi vista y observando la luna. —Me la pase muy bien, Adam, eres muy agradable.
—Igual yo, Sam. —Guardo silencio y me miro— ¿Seria mucha molestia si me das tu número telefónico? Me encantaría invitarte a salir algún día. —yo le sonreí y se lo di, de igual manera yo guarde el suyo.
—Bueno, creo que es hora de que me vaya. —dije acercándome a su mejilla para despedirme. —Estamos en contacto.
—Te llevo. —dijo rápidamente.
—Oh no, no te preocupes, otro día será. Cuídate. —dije mientras comenzaba a caminar.
***
Mi celular no dejaba de sonar, abrí los ojos con cuidado ya que la luz comenzaba a colarse por mis cortinas. Vi la hora y respondí.
— ¿Quién te crees que eres para llamarme a las ocho de la mañana en domingo? —dije recostándome de nuevo y cerrando los ojos.
—Danny, soy Danny. —dijo burlándose.
— ¿De cuando acá tenemos la confianza para despertarnos en domingo? Nunca te he despertado, ya se te está haciendo costumbre. —dije molesta.
—Lo siento, pensé que te agradaría salir hoy conmigo, podríamos ir al Zoológico, hacer un picnic, algo. El día esta soleado, Sam, y por si no sabes, estos días deben aprovecharse al máximo.
—Ugh… —dije mientras me quitaba el edredón de encima. —Son las ocho de la mañana.
—Paso por ti a las nueve. —colgó.
Me quede mirando mi celular por unos segundos, para después aventarlo a mi lado y taparme el rostro con una almohada.
El timbre de la entrada comenzó a sonar, me levante asustada y mire el reloj, me había dormido de nuevo y Danny ya había llegado. Salí de mi habitación y corrí hacia la de Ken, para ver si estaba ahí, no, no había llegado a dormir de nuevo. Talle mi rostro y camine más tranquila hacia la puerta, la abrí cerrando los ojos, esperando el discurso de Danny.
—Te llame hace una hora y sigues en pijama… claro, si a eso se le puede llamar pijama. —dijo burlándose de mi. No le hice caso y camine hacia mi habitación de nuevo, tirándome sobre la cama. — ¿Es en serio, Sam? —pregunto desde el marco de mi puerta.
—Oh vamos, Danny, ¿Qué son quince minutos?
—Si no te pones de pie, caminas hacia tu armario, sacas tu ropa, caminas de nuevo hacia el baño y te duchas y arreglas, vas a ver lo que voy a hacer. —amenazo.
—No puedes hacer nada. —dije acomodándome en el colchón con los ojos cerrados.
—Te lo advertí, Sam.
—Uy, que miedo. —me burle.
De pronto, ya no escuche a Danny, así que me relaje un poco.
Mi relación con Danny después de todo lo que habíamos pasado el fin de semana, y todo lo que nos habíamos confesado y demás, se estaba haciendo cada vez más fuerte, y eso me gustaba mucho.
Los minutos pasaban, así que abrí los ojos de nuevo y con la mirada entrecerrada comencé a buscarlo por la habitación, me hinque sobre el colchón, y me acerque hacia el final de mi cama, cuando saque un poco mi cabeza del borde de esta, él grito, asustándome y haciendo que cayera hacia atrás.
— ¡Por Dios, Daniel! Casi me matas. —dije colocando mi mano sobre mi pecho.
—Te lo advertí. —dijo con dificultad debido a la risa.
—Ahora menos me voy a arreglar. —me cruce de brazos, mientras miraba hacia el techo. Danny rio bajito, no pensaba sentarme para mirar lo que estaba pasando por su mente. Estaba molesta. Odiaba que me asustaran. —Hagas lo que hagas, no me voy a mover de aquí. Lo siento.
En un dos por tres, Danny se encontraba sobre mí, haciendo fuerza con sus brazos a mis lados, para que su peso no cayera del todo en mi cuerpo, yo estaba con los ojos bien abiertos, y muerta de nervios. El solo sonreía.
— ¿Segura que no te vas a mover? —dijo muy cerca de mis labios.
—N-no.
—Bueno, entonces podemos quedarnos aquí. —dijo mirando mis labios y después mirándome a los ojos, cosa que me ponía realmente nerviosa. —Sam…—susurro de nuevo muy cerca de mis labios, yo sentía que el corazón se me iba a salir. Comenzó a acercarse un poco más, logrando que mis labios rozaran con los suyos. No sé de donde saque fuerza, pero lo empuje de arriba de a mí, haciendo que cayera a mi lado y me puse de pie y camine hacia el armario, tome rápidamente la ropa que me pondría.
—Eres un imbécil. —grite antes de cerrar de un portazo la puerta del baño. Solo escuche la risa ronca de Danny del otro lado.
A veces ese tipo de bromas me hacían molestar un poco, ya que yo si sentía algo mas por é, que solo “cariño” de amigos y eso me hacía sentir mal, ya que el no entendía ninguna de mis indirectas o de lo que tenía que hacer para darle celos. Era tan frustrante.
YANAN.
Me encanto, me encanto y me re encanto!!!
ResponderEliminarMorí de risa con lo del susto y todos me vieron con una cara de "al manicomio" ¿Me puedo enamorar aun mas de Danny? Sam también debería darse cuenta de esas indirectas que mas que indirectas eran DIRECTISISIMAS y asi. Me da coraje lo de Adam -.- pero en fin :3 me encanto y fue perfecto como siempre :)
ResponderEliminarMe gusta!! :3
ResponderEliminarAWWW ME ENCANTO!! TONTO DANNY ¬¬ POBRE SAM.. NO SE DA CUENTA QUE MUERE POR EL?? U.U AGGG ME ENCANTO, SEGUILA PRONTO, BESITOS ♥
ResponderEliminarla leiii completa en un soloo diiaa... me encanto ♥... espero que la sigas protoo xD
ResponderEliminarIafsshudhdbs Ay! Danny!
ResponderEliminarPorq no comprende las indirectas de Sam!
espero y no se complique todo por Adam! :|
aunq por la descripcion se ve que esta bien :9
Haahaha
Bueno esperare el sig!! <3^^